Los Lionheart (2)
“De nuevo, ¿quién era Gerhard?”
“Ese sujeto, el que vive en una esquina de la provincia de Gidol.”
“¿Y dónde exactamente queda esta provincia de Gidol?”
“Queda en el extremo occidental del imperio… ah, ¿qué sentido tiene? No es como si en algún momento tuviésemos que ir a un área tan rural.”
Dos niños soltaban una risilla burlona mientras chismeaban acerca del recién llegado. Esos dos eran Cyan y Ciel, mellizos nacido de la segunda esposa de la casa principal.
Aunque su madre era la segunda esposa, no era un secreto que el Patriarca la favorecía sobre la primera esposa. Estos motivos hacían que los dos niños de trece años fueran tan arrogantes como para mantener sus narices tan altas que apuntaban directamente al cielo.
(T/N: La gente arrogante es comúnmente ilustrada como alguien que mira por encima del hombro a los demás. La metáfora se debe a eso.
Les dejo una imagen para entender el concepto.)
“¿El nombre de ese bastardo es…?” preguntó Cyan descarrilando sus palabras.
“Escuché que es Eugene y que tiene nuestra misma edad.” Dijo Ciel.
“¿Y qué? No es como si nos fuéramos a hacer amigos solo porque nuestra edad es similar.” Declaró Cyan arrogantemente mientras soltaba una risilla.
Observando el anexo a la distancia continuó hablando. “Escuché que es su primera vez en la capital. Gordon me dijo que no podía alejar su vista de la ventana todo el tiempo que estuvo dentro del carruaje. Bueno, es entendible. Viene de en medio de la nada, después de todo. ¿Tendría ese lugar algo para ver además de bosques y cultivos?” Le preguntó Cyan a su hermana.
“Como podría saberlo, tampoco he estado allí antes. Aunque seguramente sea como dices ya que está en el campo. ¿Escuchaste si se mareó por la puerta de teletransporte?” Preguntó Ciel de vuelta.
(T/N: El termino es ‘motion sickness’ que en realidad se traduce como ‘cinetosis’ pero puse como ‘mareo’.)
“Escuché que tenía una expresión nauseabunda en su rostro.”
“Entonces parece que no terminó vomitando. Ah, que decepción. Si hubiese vomitado, estaba pensando en mandarlo a limpiar el carruaje.” Dijo Ciel con una sonrisa traviesa.
A la respuesta bromista de su hermana, quien era más joven que él por unos pocos segundos, Cyan chasqueó su lengua y agitó su dedo frente a ella.
“Tonta. Si quieres ordenarle que limpie el carruaje no es necesario que haya vomitado en él.”
“¿Qué quieres decir?” Preguntó Ciel.
“Ya que ese mocoso viene del campo, su cuerpo debe apestar a caca de vaca. En mi opinión, él debe haber levantado más horquillas durante su vida que espadas de madera.” Dijo Cyan desdeñosamente.
“¡Ajá!” Exclamó Ciel en entendimiento.
“Ya que estuvo en el carruaje por días, el olor de caca de cada pegado a su cuerpo debe haberse pegado al carruaje también.” Corroboró Cyan.
“Sip, eso es cierto.” Ciel Aceptó.
“Justo da la casualidad que escuché que tan pronto ese chico llegó al anexo, fue derecho al gimnasio y comenzó a practicar balanceando una espada de madera.” Dijo Cyan.
“Que presumido.” Ciel estalló en carcajadas.
Los mellizos, quienes nacieron el mismo día, siempre se habían llevado bien.
“Bueno, es su primer día en la capital. Además, acaba de llegar a la casa principal. Probablemente por eso es que está poniendo tal fachada.” Cyan se burló.
“¿Poniendo una fachada? Dilo como es, hermano. Está intentando presumir.”
Ciel siguió riéndose mientras le daba palmadas en el brazo a su hermano, divirtiéndose. Sin embargo, contrastándola, Cyan puso una expresión severa y enderezó su espalda.
“Hablando de este estúpido familiar nuestro, parece haber venido a la Ceremonia de Continuación del Linaje con altas expectativas en sí mismo. Parece que no fue educado correctamente por su padre.” Mencionó Cyan.
“Sipi.” Ciel se puso de acuerdo.
(T/N: De los creadores de ‘Yep’. Viene ‘Yep Yep’. ¿Como se supone que…?)
“Primero arruina el carruaje untando su olor por todas partes, y ahora intenta presumir frente a los adultos pretendiendo que entrena. Que descarado de su parte.” Dijo Cyan.
“Parece que necesita ser castigado.” Dijo Ciel
“Oye, puede que castigar sea un poco exagerado. ¿Por qué no solo le recordamos las cosas que puede y no puede hacer? Es por su propio bien. Después de todo, no queremos que los mayores lo regañen luego.”
“Eres demasiado amable, hermano.” Ciel mostró concordancia con una sonrisa a pesar de saber las verdaderas intenciones de su hermano. Los jóvenes gemelos hacía tiempo habían aprendido que estas bromas disimuladas eran mucho más divertidas que el bullying real.
“¡Vamos!” Cyan lideró la marcha con un grito contundente.
Ciel corrió tras él antes de girar su cabeza al sentir una mirada observándole a lo lejos. Los mellizos habían practicado maná desde su infancia y podían sentir cosas intangibles como miradas.
Dentro de la majestuosa mansión, un joven hombre estaba parado frente a una ventana del tercer piso. Luego de intercambiar miradas con Ciel, se movió hacia atrás y cerró las cortinas. Frente a esto, Ciel sonrió levemente y sacó su lengua.
***
Hasta el día de la Ceremonia de Continuación del Linaje, los niños de las líneas colaterales tenían prohibido usar armas afiladas.
Aunque Eugene no tenía ningún respeto por una tradición tan ridícula, su padre Gerhard nunca se atrevería a ignorar una tradición familiar de los Lionheart. Había demasiados ojos en su propia mansión como para esconder el secreto de la familia principal.
‘Es demasiado liviana.’
Eugene frunció el ceño mientras miraba la espada de madera. Él blandió una espada de madera con un núcleo de hierro desde los siete años y, a los doce años, había empezado a practicar sus balanceos con una barra de hierro que apenas y se parecía a una espada de madera. Pudo haber estado cubierta con una pequeña capa de madera, pero la ‘espada de madera’ que Eugene había estado usando por más de un año era lo suficientemente pesada como para romper huesos con un balanceo casual.
Sin embargo, no era un arma afilada, así que estaba bien. Incluso si se le había añadido más hierro para incrementar su peso y había crecido hasta un punto que solo algunos podrían levantar, seguía siendo solo una espada de madera.
Para controlar su cuerpo perfectamente, Eugene había entrenado cada día; sin desperdiciar ni uno descansando.
Ya que había recibido una segunda oportunidad con la reencarnación, tenía que exprimir todo lo que pudiera de su nueva vida. Pero, graciosamente, esa no era su razón para trabajar duro.
Eugene había sido así desde el principio. Incluso mientras viajaba con Vermouth y sus compañeros, nunca perdía la oportunidad de entrenar a menos que fuera inevitable.
‘E incluso así, ese malnacido tuvo las bolas para decir que no estaba esforzándome lo suficiente.’
Vermouth, ese desagradable bastardo; Eugene apretaba sus dientes recordando la mirada inexpresiva de ese sujeto.
Eugene se había dado cuenta de que estaba forzando su cuerpo mucho más que en su vida pasada. Cada vez que se esforzaba físicamente, se sentía como si su cuerpo se elevara sobre los limites imaginados anteriormente.
Él aun no podía estar seguro de si el cuerpo con el que nació siendo descendiente de Vermouth era superior al de el mismo Vermouth. Sin embargo, era claro que este cuerpo era muy superior al de ‘Hamel el Estúpido’. Aún no había empezado a salpicarse con maná. Entonces, ¿Qué sentido tiene que pueda levantar un trozo de metal tan pesado con el cuerpo subdesarrollado de un niño de trece años?
“¿No tienen espadas de madera más pesadas que esta? Sería bueno si fueran más grandes también.” Preguntó Eugene.
Se sentía como si la hubiera balanceado cientos de veces ya, pero apenas estaba sudando. Eugene frunció el ceño y volvió su cabeza hacia Nina.
“También, te dije que te quedaras bajo la sombra. ¿Qué haces aquí parada bajo el sol?”
“Es…Estoy bien.” Respondió Nina.
“Como si pudieras estar bien cuando estás sudando de esa manera. Deja de ser necia y ve a sentarte en la sombra. No, espera. Antes de eso, ¿tienen otras espadas de madera?”
Aunque Nina estaba sudando profusamente, tenía una expresión perpleja en su rostro. La persona frente a ella era un niño de trece años de una línea colateral. Aun así, como una sirvienta novata de la familia principal, él no era alguien que ella pudiera ignorar. A pesar de que solo temporalmente, ella se había asignado como su sirvienta personal, por lo que era imposible que ella descansara bajo la sombra mientras su maestro estaba entrenando.
“Las espadas de madera… el almacén del gimnasio debería tener todas disponibles. Cualquier otra espada debería estar en el gimnasio principal…”
“¿Puedes traerme algunas aquí?”
“Eso… yo… me temo que no puedo asegurar esos. Si lo desea, puedo ir a preguntar, pero…”
“Si es así, entonces está bien. No hace falta que vayas.”
Eugene sacudió su cabeza sin reluctancia. Él había escuchado de ella que Nina solo tenía dieciséis. Apenas había adquirido sus calificaciones de aprendiz, por lo que no quería dificultar su trabajo con demandas irrazonables.
‘Esto es simplemente muy obvio.’
Eugene suprimió una sonrisa mientras bajaba la espada de madera. ¿Por qué le asignaron una sirvienta que recién se había convertido en aprendiz? ¿No era obvio? Si dejara salir su frustración en la torpe sirvienta cuando cometiera un error o lo irrespetara de alguna forma, él estaría preparándose a sí mismo para ser castigado.
‘No sé quien tuvo la idea, pero seguro que son astutos.’
Si él siguiera balanceando esta espada de madera, ni siquiera podría calentar. Empezando a caminar casualmente, Eugene se dirigió al almacén. Esto causó que Nina intentara detenerlo inmediatamente.
“Maestro Eugene, si hay algo que necesite instrúyame a hacerlo en su lugar por favor.”
“Si fuera cualquier otra cosa, tal vez. Pero si voy a usarlo para entrenar, pues es mejor que lo seleccione yo mismo. ¿Qué sentido tendría que te pida traerme algo y luego no me sirviese? ¿Debería de malgastar nuestro tiempo mandándote repetidamente hasta que consigas algo que pueda usar? En su lugar, si voy yo mismo, se resolverá en un segundo.”
Saltaba a la vista que el almacén no se había usado regularmente en un tiempo, ya que todo estaba cubierto en polvo. Nina sintió sudor frio corriendo por su espalda al ver el polvo ondeando por el viento. De hecho, ella había querido limpiar este lugar desde hace algunos días, pero la sirvienta encargada del anexo la detuvo diciendo que era innecesario, por lo que se había dejado así.
“Mi…Mis disculpas.” Dijo Nina.
“¿Por?” Eugene no le prestó atención a Nina pidiendo disculpas detrás de él. Caminó a través del polvo hasta que encontró lo que había estado buscando: Sacos de arena que podían usarse en el cuerpo. También encontró algo útil en el estante.
Una cota de malla que no había sido engrasada correctamente y estaba cubierta de polvo. Aunque era muy grande para el cuerpo de Eugene, le gustaba el gran peso que sintió al ponérsela. Después de eso, Eugene tomó una lanza mucho más alta que él.
“…Hum… ¿Hay algo con lo que pueda ayudarle?” Preguntó Nina.
“Intenta pararte sobre esto.” Dijo Eugene mientras señalaba la lanza que justo había sacado y puesto en el suelo.
Siguiendo sus instrucciones, Nina se paró sobre la lanza. Esto hizo que no rodara, permitiéndole a Eugene amarrar los sacos de arena a la lanza.
Nina observó con una expresión abrumada en su rostro. Eugene estaba vistiendo una cota de malla varias veces más grande de lo que debería y sacos de arena en cada brazo. Pero para terminar de ajustar, estaba poniendo más sacos de arena a la lanza.
‘No hay manera.’
A simple vista, la lanza tenía que ser al menos el doble de pesada que Eugene. Aun así, Eugene le hizo un gesto para que se apartara con una expresión satisfecha.
“Te puede mover ahora.”
“S…Sí.”
Eugene se agachó y levantó la lanza con ambas manos. Aunque apretó sus dientes por un breve instante debido al vertiginoso peso, la manera en que sus músculos se tensaban y sus huesos temblaban lo llenó de alegría.
“Aléjate… No, aléjate más… ¡Simplemente sigue alejándote hasta que alcances la sombra!” Instruyó Eugene.
“¡S…Si!” Asustada, Nina dio un paso atrás.
Luego de asegurarse que Nina no estaba en el camino, Eugene hizo un gran arco al balancear la lanza.
¡Whoosh!
La lanza pesaba más que él, pero dado que había puesto más peso sobre él mismo, no se vio arrastrado por ella. Este era el motivo secundario por el que se puso la cota de malla y los sacos de arena encima.
Dando pasos pesados, Eugene continuó balanceando ferozmente la lanza. Cada vez que la balanceaba se sentía como si sus brazos se saldrían de sus cuencas. Y su cintura, que controlaba la rotación, gritaba en agonía. Viendo esto, Nina cubrió su boca jadeando. Ella sintió que este tipo de ejercicio podría causar una catástrofe más allá de la recuperación en un cuerpo tan joven.
Sin embargo, aunque parecía que Eugene podría colapsar en cualquier momento, él siguió de pie. Cada vez que parecía que su cuerpo le iba a fallar, él incrementaba la velocidad de sus balanceos incluso más. Entonces, Eugene se forzaría a detener el impulso de su movimiento e instantáneamente cambiaría a un movimiento de apuñalamiento
¡Pop!
Sintió los callos de sus dos manos rasgándose. ¡Este dolor! No podía evitar sentirse agradecido de no usar guantes, porque de otra forma, no sería capaz de sentir este dolor.
Eugene continuó balanceando la lanza, riendo de pura alegría. Compensó los resbalones, causados por sus manos llenas de sangre, sosteniéndola con incluso más fuerza. Sus ojos se habían enrojecido, inyectados en sangre, mientras respiraba agitadamente debido al uso excesivo de fuerza.
“Oye.”
Mientras Nina observaba asombrada, se sobresaltó por una voz viniendo de su costado.
“¿Qué está haciendo ese bastardo?”
Eran Cyan y Ciel. Estos malvados mellizos habían hecho a innumerables sirvientas empapar sus almohadas con lágrimas. Los dos se había movido sigilosamente al lado de ella y sus ojos brillaban con curiosidad.
“J.… joven maestro, joven maestra, ¿que los trae por aquí…?
“Te pregunté qué estaba haciendo ese bastardo.” Cyan gruñó con el ceño fruncido.
Estaba disgustado porque esta sirvienta sin nombre no había respondido a su pregunta inmediatamente. En una situación normal, la habría atormentado tan a fondo que nunca más se atrevería a cometer el mismo error. Pero en este momento, estaba mucho más interesado en las acciones del aldeano.
“¿No puedes entenderlo simplemente viendo?”
Esta respuesta no venía de Nina. Respirando hondo, Eugene se detuvo y bajó su lanza al suelo.
“¿Sabes qué es esto?” Preguntó Eugene tocando la lanza con el pie.
¿Qué está pensando este bastardo? Cyan no respondió de inmediato y, en su lugar, simplemente entrecerró los ojos. Pero Ciel, quien estaba parada a su lado, sonrió y respondió.
“Idiota, es una lanza, obviamente. ¿Ni siquiera sabes eso?”
“Estás en lo correcto, es una lanza.” Dijo Eugene
“¿Y?” Preguntó Ciel.
“Ya que sabes que es una lanza, ¿no sabes que es balancear una lanza?” dijo Eugene
“¡Si lo sé!”
“¿Entonces por qué le preguntaste a ella que estaba haciendo?”
“Yo no fui la que preguntó eso. Fue mi hermano el que preguntó.”
“Entonces, ¿por qué no intentas explicarle a tu estúpido hermano? Dile, ‘ese bastardo está balanceando una lanza’” Dijo Eugene.
Los ojos de Ciel se abrieron hasta ser círculos ante este insulto.
En contraste, los ojos de Cyan se entrecerraron aún más.
“¿Estúpido? ¿Yo?”
“Viendo como no sabía que estaba pasando incluso cuando lo estabas viendo directamente, no pareces ser tan inteligente.”
“Hermano, ese patán te está llamando Idiota.”
Ciel soltó una risilla mientras tocaba el costado de Cyan. En lugar de enojarse como su hermano, ella sabía instintivamente que podría hacer la situación más interesante al avivar la rabia de su hermano de esta manera.
La leve incitación de su hermana, que era más joven que el por unos segundos, fue suficiente para hacer a Cyan gritar. “¡Como te atreves!”
Notas:
(T/N 1: Al autor le gusta poner puntos muy pequeños sobre las cosas que hacen un efecto mayor del que se supone que sea. Antes ya se había mencionado que Ciel era más joven que Cyan por “unos segundos”. Así que insiste en esto para indicar que ella, molestándolo, tiene más efecto.)
(T/N 2: Cualquier error que vean, por favor déjenlo en los comentarios.)





