Search

Maldita reencarnación—Capítulo 8: Ciel (2)

Ciel (2)

 

No pasó nada.

“…”

De verdad no pasó nada. Aunque Eugene había estado esperando que se le infringiera algún tipo de castigo por dejar a Cyan, un vástago de la casa principal, en tal estado… El anexo estaba en completa paz, como si el duelo con Cyan nunca hubiera sucedido.

Francamente, aunque en realidad no había sucedido algo que pudiera llamarse un incidente, no era como si no hubiera habido ningún cambio en absoluto. Luego del duelo, las miradas de los sirvientes del anexo habían cambiado. Ahora se mantenían conscientes del estado de animo de Eugene y no tenían ningún afán por acercársele.

Probablemente no querían quedar involucrados en las consecuencias junto a él.

“¿Estás de acuerdo con esto?” Preguntó Eugene mientras miraba a Nina.

Su primera noche en el anexo había terminado, y ahora era la mañana siguiente. Cuando Nina y Eugene llegaron al comedor del primer piso, se dieron cuenta de que eran los único allí. Aun así, una amplia variedad de platos se había servido en la mesa.

“¿Puedo preguntarle qué quiere decir?” Indagó Nina.

“Me refiero a acompañarme.” Dijo Eugene mientras cortaba bruscamente un pedazo de carne para él.

Los coretes de carne eran demasiado grandes para un desayuno. Lo único que Eugene había solicitado de entre todos esos platos de comida era la carne. Si no se aseguraba de comer abundantemente luego de forzar su cuerpo con tanto vigor ambos su aguante, y por supuesto, su estado físico se deteriorarían.

“…Hum…” Nina no se apresuró a responder.

Mientras vacilaba, Eugene metió en su boca la carne que acababa de cortar, con un cuchillo.

“…No es como que no esté al tanto de la situación… pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Por lo tanto, mientras el maestro Eugene siga en esta casa, seguiré asistiéndole como su sirvienta personal.”

“No necesitas mostrarle lealtad a una persona que se irá en máximo un mes. Después de todo, ¿no tienes que seguir trabajando aquí en cuanto me vaya?”

“…No es del todo por lealtad. El mayordomo principal de la mansión me asignó como la sirvienta personal del Maestro Eugene, y, probablemente, la que le ordenó a hacerlo fue la Segunda Señora.”

Nina sonrió amargamente y negó con su cabeza.

“Si fuese a desatender mis deberes para alejarme de los problemas, estaría desobedeciendo indirectamente las ordenes de la Segunda Señora. Por eso, incluso con más razón, debería actuar de acuerdo a la situación y seguir sirviendo al Maestro Eugene.

“Tienes una buena cabeza sobre tus hombros.” Halagó Eugene con una sonrisa, alejando su plato vacío.

Entonces, agarró una pierna de cordero más gruesa que su propio brazo.

“Cuando dijiste que no era del todo por lealtad, ¿no significa eso que eres, al menos, algo leal a mí?” Recalcó Eugene.

“…Aunque sea temporal, sigues siendo mi maestro.” Dijo Nina.

“Entonces yo también tengo que actuar como un maestro . Si alguna de mis acciones termina causándote dolor, no te lo guardes para ti misma y dímelo de inmediato.”

“… ¿Huh?”

“¿’Huh’ que? Tú fuiste lo suficientemente desafortunada para terminar siendo mi sirvienta persona, y yo también fui un poco desafortunado de tener una sirvienta como tu asignada a mí. Por eso, lo mínimo sería intentar mantener las aguas tranquilas entre nosotros.”

“P-pero…”

“Suficiente. No debes cuestionar ninguna de mis órdenes desde ahora y simplemente síguelas. ¿Entendido?”

“…Si.”

“Entonces ve y tráeme un par de toallas húmedas.” Si más que decir, Eugene comenzó a despedazar la pierna del cordero con sus dientes.

Nina estuvo aturdida ante esta escena por unos instantes, pero pronto asintió con su cabeza y empezó a retirarse.

“… Creo que solo toallas van a resultar insuficientes, así que regresaré cuando haya preparado una cuenca llena.” Dijo Nina perspicazmente.

“Eso es lo que me gusta ver, una persona que puede pensar por sí misma.” Dijo Eugene con una sonrisa, mientras masticaba una bocanada de carne.

“Oh, y ya que vas a pasar por la cocina, déjale un mensaje al chef de mi parte. Dile que aumente la porción de carne sobre cualquier cosa para el almuerzo y, en lugar de aumentar los platos con cocina gourmet, puede simplemente servir más carne magra.”

“Bien.”

Mientras seguía retirándose educadamente de la habitación, le dio una mirada a la mesa. ¿Eso quería decir que él de verdad se acabaría todo eso?

Por supuesto, Eugene terminó de comerse todo. Aun desde su vida pasada, nunca fue del tipo quisquilloso y disfrutaba comer todo tipo de cosas.

‘Incluso he intentado comer monstruos y demonios.’

Luego de retirar un pedacito de carne atorado entre sus dientes, Eugene lavó sus manos en la cuenca. Entonces, dándose palmaditas en su estómago lleno, dejó la mesa. Nina siguió a Eugene con paso ligero.

“¿Has escuchado si alguien llegará hoy?” Le preguntó Eugene.

“Mis disculpas, pero no se me ha dicho nada.” Respondió Nina.

“Entonces ve y pregunta. Estaré en el gimnasio si me necesitas.”

“Entendido. Sin embargo, por favor tenga en cuenta… acaba de terminar de comer. Me temo que, si comienza a ejercitarse de inmediato, su estómago podría empezar a doler…”

“Gracias por preocuparte, pero no hace falta. Mi estómago no duele incluso si comienzo a correr luego de comer.”

Nina tenía un cuerpo normal y le resultaba imposible comprender tal físico. Aun así, se retiró silenciosamente sin hacer más preguntas.

Eugene no le mintió. Desde que era joven, su cuerpo nunca sufrió una enfermedad persistente. Incluso las palmas de sus manos, que se habían desgarrado al balancear la lanza ayer, ya se habían curado completamente sin ningún rasguño.

‘Este cuerpo es realmente injusto.’

Pensando en eso, incluso en su vida pasada, difícilmente fue necesario para Vermouth usar algo como magia sanadora o pociones. Aunque era raro para él ser herido, su cuerpo sanaría por si solo en las pocas ocasiones en que se lastimó.

Gracias a esto, la magia sanadora de Anise y Sienna se había dedicado casi exclusivamente para curar a Hamel y a Molon.

 

– ¡La razón por la que sigues saliendo herido es porque sigues embistiendo al frente sin pensar!

– ¡Oye, ese bastardo estúpido de Molon fue el que cargó al frente primero!

 -Ese sujeto lo hace porque es tonto. Así que, ¿por qué sigues copiando lo que hace? ¿Eres tonto también?

– Pero mierda, ¿debería dejar a ese bastardo solo para que los monstruos le den una paliza? ¡¿Por qué te está enojando conmigo?!

– Fuuf, simplemente dejemos de discutir. Mira a Vermouth. ¿Por qué no puedes pelear cuidadosamente como él, sin herirte a ti mismo? (T/N: Lo primero es un intento de onomatopeya de suspiro, busqué y la rae decía que era ¡ay!… ¡Pero no tiene sentido! Se queda así.)

– Si quieres que dejemos de discutir, ¿por qué sigues diciendo mierda como esa?

 

Cada vez que volvía cubierto de heridas, Sienna siempre atacaría a Hamel verbalmente. Y aunque ya habían pasado trece años desde su reencarnación… las memorias de su vida pasada no se habían desvanecido en lo más mínimo, manteniéndose tan claras como siempre.

‘…A Vermouth se le hizo un funeral luego de que murió, pero no sé si los otros tres siguen vivos o no.’

Sienna la Sabia, luego de mantener el periodo más largo como Maestra de la Torre de Magia en toda la historia del Reino Mágico de Aroth, desapareció repentinamente hace doscientos años. Su paradero desde ese momento era desconocido.

Incluso Anise la Devota, aclamada como santa por el Santo Imperio de Yuras, se retiró de su trabajo in en el Templo Central durante sus últimos años y se fue en una peregrinación solitaria. Ni siquiera el Papa del Santo Imperio consiguió que ella divulgara el destino de su peregrinación.

Y con respecto a ese tonto de Molon, el primer rey del Reino del Norte Ruhr, afortunadamente ese sujeto seguía por ahí, siendo visto relativamente hace poco. Aunque ‘relativamente’, en este caso, significaba hace cien años… Luego de abdicar del trono, vivió una vida tranquila. La última vez que hizo una aparición fue hace unos cien años en el aniversario de la fundación de su reino.

‘Sin importar cuanto piense en ello, no puedo imaginar a ninguno de ellos muriendo tranquilamente, pero…’

Pero tal pensamiento no tenía sentido.

Porque Vermouth, el que parecía menos probable que muriera, en realidad murió hace más de doscientos años.

Mientras sentía un sabor amargo apareciendo en su boca, Eugene sacudió su cabeza para despejarla.

El gimnasio en el que Cyan había esparcido su vomita ayer ahora estaba limpio y organizado. Por supuesto, la que se encargó de limpiarlo fue Nina.

“¿Qué estás haciendo tu aquí?” Preguntó Eugene.

“Estaba esperándote.” Ciel estaba parada en el gimnasio. Ella sonrió mientras lo saludaba con la mano y dijo. “Viniste aquí luego de comer, ¿verdad? Aun puedo oler la carne.”

“Pero me lavé los dientes.”

“¿Qué sentido tiene solo lavar tu boca? El olor viene de todo tu cuerpo.”

“¿No es el olor de excremento de vaca?”

“Eso es algo que dijo mi hermano. Yo nunca dije que tu cuerpo huele a caca de vaca. Además, ni siquiera sabría a que huele eso.”

“¿A que más podría oler la caca de vaca? Es excremento. Si no sabes, puedes darle una olida a tu propio popó.” (T/N: Hago todo lo posible por replicar los sinónimos en español. Así es más divertido.)

“Que asqueroso.”

“¿Entonces, por qué me esperabas aquí?”

Ayer no pasó nada, pero, ¿podría ser que ella de verdad vino aquí después de un día para bromear con él? Eugene entrecerró sus ojos y observó a Ciel.

“Vine a entrenar contigo.” Respondió Ciel, soltando una risita. “Incluso me puse mi uniforme de entrenamiento, ¿ves?”

“Se ve bien.” Comentó Eugene casualmente mirando las prendas que vestía Ciel.

Su uniforme de entrenamiento tenía el emblema de los Lionheart bordado a la izquierda de su pecho, declarando que era una descendiente de la línea principal.

‘Y por supuesto, no hay un león en las prendas que me dieron a mí.’ Prensó Eugene antes de decir. “¿Acaso dejaste a tu hermano solo en algún lugar para venir aquí?”

“Mi hermano está entrenando con Hazard. ¿Sabes? Ayer, mi madre se enfureció por tu culpa. Abofeteó a mi hermano más de diez veces.”

“¿De verdad lo golpeó?”

“Ujum.”

Eugene parpadeó ante estas noticias. Y él había estado tan seguro que ese chico había crecido sin experimentar un amor estricto.

“Pero, ¿por qué no ha intentado abofetearme a mí?” Preguntó Eugene.

“¿Por qué te abofetearía mi madre?” Ciel se veía confundida.

“¿No dijiste que golpeó a tu hermano porque yo la hice enojar?”

“Hummm… Eso es correcto, pero mi madre estaba enojada porque mi hermano te retó a un duelo, y entonces se dio el caso de que lo derrotaste.”

“No, pero… al final, es por culpa que se enojó, ¿verdad?”

“Podría decirse.”

Sin importar cuan precoz, un niño sigue siendo un niño. Ahora Eugene tenía un entendimiento más profundo sobre este hecho.

“… ¿Tu madre también sabe que viniste aquí?” Eugene cambió de tema.

“Lo sabe. Mi madre dijo que debería intentar hacerme tu amiga.” Confesó Ciel sin vacilar.

‘¿Por qué diría basura de hacer amigos cuando fui yo el que la enojó tanto como para abofetear a ese mocoso en la cara?’ Eugene a duras penas pudo sofocar un grito antes de que saliera de su boca.

Después de todo, ¿cómo podría una pequeña niña como Ciel saber que era lo que estaba planeando la Segunda Señora de la casa principal en realidad?

“…Está bien.” Reconocí Eugene finalmente.

“¿No dijiste ayer que podíamos ser camaradas ya que teníamos la misma edad?” Ciel trajo a cuento las palabras que dijo Eugene el día anterior.

“Pero tu hermano dijo que solo porque tengamos la misma edad no significa que seamos amigos.”

“Esos son solo las palabras de mi hermano. No es como si hubiera concordado con él. Entonces, ¿No quieres ser mi amigo?”

“… Bien, seamos amigos. Ahora bien, amiga, ya que estaré entrenando, ¿por qué no te vas por allá a jugar en lugar de molestarme?”

“¿Vas a jugar conmigo?”

“Noooo, estaré entrenando.”

“Entonces también entrenaré.”

‘Mejor rindámonos e ignorémosla. Debería haber hecho eso desde el inicio.’ Eugene pensó mientras chasqueaba la lengua y se movía al almacén del gimnasio en la esquina del pasillo.

“Balanceaste una lanza ayer. ¿Lo harás hoy también?”

“Nop.”

“¿Entonces qué? ¿Un cuchillo?”

“Para empezar, voy a calentar un poco.”

Eugene dio un portazo al entrar al almacén. El interior de la habitación, que había estado cubierta en montañas de polvo apenas ayer, había sido limpiada exhaustivamente. Era obvio quien lo había hecho. Parece que Nina había limpiado toda la noche.

“Justo lo que me gusta ver.” Eugene repitió en un murmullo mientras entraba al almacén.

No solo se había barrido todo el polvo, también se había organizado y limpiado todo. Especialmente los sacos de arena, que tenían superficies más suaves y lucían más pesados que ayer. Adicionalmente, parecía que su cuero había sido pulido e incluso la arena de adentro había sido rellenada.

‘…Aun así, no hay mucho aquí para empezar, por lo que no hay nada que llame mi atención en realidad.’

Por algún motivo, sentía un antojo de trabajar con hachas hoy. Aunque no habían hachas aquí. Eventualmente, Eugene dejó el almacén, cargando solo un montón de sacos de arena.

“¿Qué hay de tu arma?” Preguntó Ciel.

“Estaré entrenando mi cuerpo en su lugar.” Explicó Eugene

Eugene se sentó en el suelo y comenzó a atar los sacos de arena a sus extremidades. Ciel lo miró por un momento antes de dirigirse al almacén, volviendo con algunos sacos de arena también.

“Quiero hacerlo contigo.” Dijo Ciel. (T/N: No voy a decir mucho. Solo que en este punto aún no se refiere a eso)

“¿Por qué querrías hacer eso?”

“Porque será aburrido solo observarte.”

“Haz lo que quieras.”

Eugene se puso de pie con su cuerpo cubierto en sacos de arena. Entonces, empezó a correr alrededor del interior del gimnasio repentinamente.

‘… Es pesado.’ Pensó Ciel, tambaleándose para mantenerse de pie.

El maná que generaba en el núcleo de su cuerpo empezó a circular por todo su cuerpo, mejorando su fuerza en el proceso. Ciel solo pudo mover su cuerpo de la manera que quería luego de hacer esto.

‘¿Cómo es que él puede correr así usando solo su cuerpo?’

Los ojos incrédulos de Ciel siguieron a Eugene por la habitación. Eugene apenas acababa de comenzar a correr, pero ya estaba terminando una vuelta al gimnasio mientras respiraba tranquilamente. Ciel se mantuvo en su lugar por un momento, esperando a que Eugene regresara para que pudieran correr juntos.

“¿De verdad no has entrenado tu maná?” Ciel sintió que tenía que preguntar.

“Ya les he dio que no lo he hecho. Deja de hablarme.”

“Impresionante… ¿Cómo puedes correr con todo eso encima cuando no has entrenado tu maná?”

“Deja. De. Hablarme.” Eugene espetó con una mirada furiosa.

En respuesta, Ciel sacó su lengua hacia él y luego procedió a mantenerse en silencio

 

***

 

Nina regresó de la casa principal habiendo seguido las ordenes de Eugene. Ella se había preparado en secreto para recibir críticas amargas de los demás sirvientes de la mansión, pero, para su sorpresa, ninguno la trató groseramente.

 

– ¿El maestro Eugene te dijo que preguntaras por esto?

– Si.

– Entendido. Hoy, al final de la tarde….

 

Aunque mostraban señales de cautela, ellos respondieron educadamente a todas sus preguntas. Aun sintiéndose perpleja por este hecho, Nina se dirigió al gimnasio del anexo.

“… ¿Señorita Ciel?” Preguntó Nina dejando caer su mandíbula ante la escena frente a ella.

“Oh, hola, sirvienta.” Ciel la saludó casualmente.

“Su nombre es Nina.” Le informó Eugene a Ciel.

Ciel se corrigió. “Hola, Nina.”

Ciel sonrió mientras se balanceaba sobre un cuerpo en movimiento. En este momento, estaba sentada sobre la espalda de Eugene mientras sostenía una brazada de sacos de arena. (T/N: Si nunca han escuchado la palabra, significa que tiene los brazos tan llenos como puede de sacos de arena)

“B-buen día, señorita…”

(T/N: A partir de hoy voy a poner los tartamudeos o cuando alguien interrumpa a otra persona con guiones. Porque así lo hace la obra original y paso de poner puntos suspensivos cada vez, lo hace más difícil de entender.)

Nina inclinó su cabeza tardíamente. Pero, aun así, secretamente echó un vistazo hacía arriba para ver que estaba haciendo Eugene. Mientras el sudor caía de su cuerpo como lluvia, él estaba haciendo flexiones con una intensa concentración.

“… ¿En qué numero vas?” Preguntó Ciel.

“Noventaiocho, noventainueve, cien.” Gruñó Eugene. “Ahora, bájate.”

¡Boom!

Ciel tiró los sacos de arena a un lado y se bajó de la espalda de Eugene. Eugene colapsó en el suelo, acostado boca abajo, mientras recuperaba el aliento.

En cuanto dejó de jadear, Eugene preguntó. “… ¿Te enteraste de algo?”

“¡Sí!” Respondí Nina, asintiendo con su cabeza. “¿De-debería traerte algo de agua primero?”

“No. Simplemente dímelo ahora.” Insistió Eugene, aun acostado.

“Se espera que el maestro Deacon, Hansen, y Juris lleguen en algún momento de la tarde de hoy.” Nina respondió rápidamente. “También, alrededor de la hora de la cena, los maestros Gargith y Dezra llegarán por la puerta de teletransporte.”

“Y pensar que tenía curiosidad por lo que estabas investigando.” Ciel dijo soltando una risita y dándole toques a Eugene en la espalda. “Podrías haberme preguntado a mí y ya, ¿por qué no lo hiciste?”

“Ya había enviado a Nina a averiguar, por lo que, si lo hubiera escuchado de ti primero, habría enviado a Nina a un mandado sin sentido.” Eugene justificó su decisión.

“¿Y eso que importa?” Preguntó Ciel.

“Y nosotros estábamos en medio del entrenamiento.” Continuó Eugene, ignorando su pregunta.

Tenía pereza de discutir con ella. Eugene puso en orden su cuerpo desparramado y se sentó.

“Entonces, ¿quieres decir que tres personas vendrán en carruaje, y luego, otros dos llegaran por la puerta?” Confirmó Eugene.

“Si.” Dijo Nina.

Empezando por como llegarían aquí, los últimos dos estaban recibiendo una clara diferencia de tratamiento. Pero Eugene conocía la razón de esto. Esos dos eran los vástagos de familias de alto rango entre las líneas colaterales.

“No sabes quienes son Gargith y Dezra, ¿no?” Intervino Ciel.

“Conozco sus nombres, pero nunca me he encontrado con ellos.” Reveló Eugene.

“Esos dos son bastante fuertes para ser descendientes colaterales.”

“Sé que sus familias son bastante fuertes. ¿Qué hay de los otros tres?”

“Ni siquiera sé de donde vienen. Se parecen a ti en ese sentido. Ah, pero claro, tu eres mucho más fuerte.”

Parece que esos tres también vienen de familias pequeñas entre las líneas colaterales.

Dejando a esos tres de lado, Eugene preguntó. “.. ¿Qué hay de Gargith y Dezra? ¿Te has encontrado con ellos antes?”

“Vinieron por el décimo cumpleaños de mi hermano y yo.”

“¿Qué tipo de persona son?”

“Gargith no es entretenido. Es un año mayor que yo… Dezra es más joven que yo, pero tampoco es entretenida.”

¿Que no fueran entretenidos significaba que ella no era capaz de molestarlos?

Eugene se tomó un momento para poner sus pensamientos en orden. ‘Tres de la línea directa y seis de las líneas colaterales, incluyéndome.’ (T/N: Es molesto, pero directo/principal es lo mismo en todo esto de ‘linaje’.)

Aunque le habían dicho que todos llegarían al cuarto día como máximo, parecía que todos se reunirían antes de lo que esperaba.

“¿Sabes cuándo comenzará la Ceremonia de Continuación del Linaje?” Preguntó.

“Ya que empieza cuando todos estemos reunidos… ¿tal vez hoy?” Respondió Ciel.

“Probablemente mañana. Porque no es como que de verdad la vayan a comenzar de inmediato. Entonces ¿Qué modalidad tendrá la Ceremonia este año?” (T/N: Aquí decía el nombre completo, pero su madre va a seguir escribiéndolo cuando todos sabemos qué es.)

“Ni idea.” Dijo Ciel sacudiendo su cabeza.

“No me mientas.” Gruñó Eugene.

“De verdad no sé.” Ciel hizo un puchero. “Es tradición que solo el patriarca decida cómo se celebrará la Ceremonia. Pero como mi padre no está aquí ahora mismo… Hummm… Pero mi madre dijo que regresará pronto. De todos modos, de verdad no tengo idea.” (T/N: aquí también estaba el nombre completo.)

Eugene no podía confiar plenamente en sus palabras. Ya que era la descendiente directa de la familia principal, ¿no debería al menos haber escuchado algo?

‘… Padre dijo que, en sus tiempos, doce personas compitieron en un torneo.’ Recordó Eugene. ‘Y en la última Ceremonia, los participantes tuvieron que deambular por un bosque durante diez días.’

Cada vez, la forma de la ceremonia cambiaba, pero se mantenía la esencia. La Ceremonia de Continuación del Linaje tenía el objetivo de juzgar la calidad de las generaciones futuras que heredarían el nombre Lionheart. Pero desafortunadamente, aunque se suponía que ese fuera su objetivo, la vida no era justa. Al final, los niños de la casa principal, que habían entrenado su maná desde jóvenes, eran los que destacaban durante la Ceremonia.

Desde la primera vez que Eugene escuchó sobre la Ceremonia de Continuación del Linaje, había pensado que era una tradición extraña.

Por eso, se había comprometido a voltearle las tornas a la familia principal personalmente durante la Ceremonia.

‘Vermouth, no sientas pena por ellos una vez haya terminado de joder a tus descendientes.’ Eugene habló en su cabeza con Vermouth, quien probablemente ya estaba en el cielo, mientras levantada su cuerpo tenso del suelo. ‘Después de todo, no es como si yo hubiera querido reencarnarme como tu descendiente.’

 

 

Notas:

(T/N: Fuck, de verdad. No puede ponerme Ceremonia de Continuación del Linaje en todas las líneas. Todas las veces que la C esté en mayúscula, era que el nombre aparecía completo. Como, ¿bro? ¿Por qué? En todo caso, espero les haya gustado, veremos cómo sacos los caps la próxima semana)

(T/N: Avísenme si ven algo raro, ustedes son mis proofreaders.)

Comentarios

5 1 votar
Calificación
Suscribirse
Notificarme de
guest

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

3 Comentarios
Más antiguos
Más nuevos Más votados
Retroalimentaciones en línea
Ver todos los comentarios
Nickso
Nickso
hace 2 años

Gracias por el cap

Jonathan
Jonathan
hace 2 años

Creo que lei algunos capitulos del manhwa/manga hace un tiempo de esta novela.
Gracias por los caps.
PD: Con respecto a lo del tartamudeo que pusiste una nota antes, buscando, encontre lo siguiente
Como indica la Ortografía de la lengua española, para representar gráficamente el tartamudeo se utiliza el guion, que es el signo encargado de «reflejar por escrito la pronunciación entrecortada y con repetición de segmentos de una palabra (…) rasgo característico del tartamudeo». Para este uso, el guion «debe escribirse unido a los segmentos escritos sin espacio de separación», por ejemplo, «Cu-cuida a Vilma, Tom».

Apóyanos

Te podría interesar

3
0
Nos encantaría conocer tu opinión, comenta.x
Skip to content