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Jujutsushi wa Yuusha — Arco 3, Capítulo 21

RABIA

 

“OOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!”

Un horrendo grito que solo puedo describir como el rugido de una bestia furiosa asalto mis tímpanos.

En el momento que pensé que?, con un bang!, llego una onda de choque a través del suelo de piedra como si lo hubieran golpeado con un martillo. Con la intensidad de las reverberaciones, mi consciencia medio dormida se aclaró como el cristal.

Habiendo rejuvenecido tan de pronto, lo que entro en mi campo de visión era un arenoso suelo de piedra. Supongo, bueno obviamente no iba a estar viendo otra cosa mas que tierra ya que caí.

Así que alejando mi vista del suelo, lo que aterrizo en mi campo de visión fueron los insalubres pies negros de un goma-  y tambien, de algún modo, un terriblemente familiar par de zapatillas.

Blanco con líneas rojas, son los mismos zapatos que estoy usando, las zapatillas para interiores de segundo año de la academia Shiramine. Aparentemente los fuertes impactos asaltando el suelo no vienen de la cabeza metálica de un martillo sino de las suelas lisas de esos zapatos.

Poniendo todo en contexto, la realidad justo ahora es que frente a mi esta uno de mis compañeros de clase.

Bueno no, no realmente un compañero de clase, solo puede ser una en particular.

“Fu, taba… -san…”

Intente decir su nombre normalmente, pero salió muy entrecortado y prácticamente mi voz no tenia volumen. Mi garganta estaba cerrada. Lo cual no se puede evitar tomando en cuenta el asqueroso sabor a oxido de la sangre llenando por completo mi boca.

Una vez más conteniendo todo el dolor de mi cuerpo, levante la mirada para confirmar al dueño de esas zapatillas.

Futaba Meiko. Desde altura, circunferencia, busto, caderas, portando un tamaño mayor al estándar en todos esos aspectos, solo puede haber una que cumpla esas características en toda la clase 2-7. Y la chica que se volvió mi aliada, la primera y la única.

Que su presencia no sea alguna conveniente ilusión por estar al borde de la muerte, es evidenciado por el dolor de mi cuerpo. Sobre todo, esa presencia suya frente a mi se sentía cada vez más abrumadora.

Y, es exactamente por eso, que no me lo creo.

Esa Futaba-san regreso. Esa que salto dentro de la horda. Y más que nada, esa que fue la que soltó tremendo rugido.

La duración de mi grupo con Futaba-san ha sido por mucho un corto tiempo, una relación superficial; pero he tenido una adecuada mirada a su fragilidad, su inseguridad, a su amabilidad. Es por que conozco todo eso, que no me lo creo.

Y solo pude convencerme a mi mismo de que esto es la realidad, que la que esta frente a mi es Futaba Meiko misma, percibiendo que ella está bajo una ´anormalidad´.

“KoOOOOOO”

Una respiración bizarra. Mientras exhalaba indudablemente vi salir de su boca junto a su aliento, algún tipo de niebla roja.

No, mirando con cuidado, esa niebla roja esta siendo exudada de todo su cuerpo como vapor. Casi como, si la sangre de todo su cuerpo se estuviera vaporizando, envolviéndola en una capa de humo rojo; atribuyéndole una ferocidad nunca vista en el hombre.

Y lo mas extraño, era su cara.

Ojos inyectados en sangre como si hubiera seguido despierta por 3 días seguidos, sus pupilas brillaban mas que la sangre, si, realmente deslumbraban como si una luz LED hubiera sido puesta dentro, unos ojos carmesí.

La penetrante mirada de esos ojos apunto a los goma en el área. Grandes arrugas en la nariz, cejas elevadas al límite, como observando a su peor enemigo, era una verdadera mirada de ira.

Esa cara es simplemente diferente de aquella que comenzaba a reconocer de Futaba-san. Sus ojos siempre se veían ansiosos como los de un cachorro abandonado. Sus cejas preocupadas tomando la forma de 八, disculpándose por cada pequeña cosa, y cuando pasaba cualquier cosa, lloraba. Su espíritu es tan pequeño como grande su cuerpo, ese tipo de, chica tímida. Eso es todo lo que se de la chica conocida como Futaba Meiko.

“WoOAAAAAAAAAAAAA!”

Ese desquiciado grito salió de su boca, como si arrancara su yo real desde la raíz, acabando con ella y destrozándola en pedazos.

Esa ferocidad pura alarmo a los goma, haciéndolos temblar un poco. Incluyéndome yo mismo, tambien me estremecí con un sentimiento completamente diferente al que sentía hace poco cuando mi vida estaba en peligro.

Futaba-san. Que demonios en el mundo le paso- que diablos, justo mientras pensaba eso, ella se movió.

Ella levanto alto un ligeramente cerrado puño. Y entonces lo dejo caer sobre un goma, que son mas pequeños que ella por mas de una cabeza, parado frente a ella.

“GeBU-“

La cabeza del goma exploto. Como un tomate, rápidamente volviéndose un desastre.

Con un solo toque de su puño, un cráneo con el tamaño y la resistencia de al menos un humano, fue pulverizado. Ese golpe esta mas allá de un puñetazo. Empiezo a dudar si un hombre musculoso con un martillo de acero puede mostrar esa cantidad de fuerza.

“GugeEA-¡”

Los que soltaron ahora un llanto de bestia fueron los goma. Blandiendo sus armas, todos los que estaban al frente simultáneamente saltaron hacia la gran figura de Futaba-san que emitía un aura roja.

Enfrentándolos con una mirada penetrante rebosante de furia, y ampliando su postura, Futaba-san—

“GAA!”

Un tacleo con el brazo. Con su brazo derecho, derribo al enemigo. Con solo eso, los goma danzaron en el aire como hojas al viento sopladas por una pistola de aire. No solo los que la atacaron, tambien los que estaban cerca perdieron su oportunidad para atacar al ser arrastrados como extras.

Aquellos que recibieron de lleno su brazo terminaron con sus extremidades rotas como si hubieran recibido de lleno un pelotazo lanzado por un bateador de vuelta entera de las ligas mayores. Lo que los esperaba al salir volando por el impacto era una red de seguridad hecha de ramas. Los que tuvieron suerte tuvieron la fortuna de evitar estrellar sus cabezas contra la pared, con pequeñas ramas amortiguando su caída, pero si se encontraban con una rama muy delgada, al instante se iban a convertir en puré. Un espectáculo que solo puedo describir como los sacrificios matutinos de los mozu. (Yasa: pequeñas avecillas muy coquetas que empalan a sus presas en las ramas para comérselas después, a que molan? 7w7)

“Gugu… uGee…”

Ahora los goma están claramente dudando. Ya no se están lanzando hacia Futaba-san.

Dejando la inteligencia de lado, esto debería ser el instinto de supervivencia trabajando. Habiendo visto como son derribados con un poder inmenso apenas se aproximan, no hay forma de que no lo hubieran sentido.

Habiendo dicho eso, su sentido de la avaricia no les permitiría rendirse en obtener la deliciosa presa conocida como humano.

Como resultado, los goma se congelaron. Y en este momento, la acción más estúpida a tomar. Así que a partir de este punto… se volverá nada más que una masacre unilateral.

“VuUUAaAAAAAAAAAAA!”

Con un grito aturdidor, Futaba-san cargo contra la tropa de gomas.

De pronto recordé un trágico incidente que sucedió hace un tiempo donde un auto conducía en línea recta hacia un grupo de niños de primaria. Estoy seguro de que la situación fue igual de espantosa.

Los goma tienen una estatura similar a la mía, con un cuerpo pequeño. Esos pequeños cuerpos danzaron ene l aire, uno tras otro. Los demás escaparon. Los desafortunados que cayeron donde Futaba-san iba a pisar, se volvieron puré por los 100 kilos de estampida. En cada paso, la cabeza de un goma, o sus entrañas, o sus extremidades, todos eran aplastados sin piedad bajo su pie.

Estos charcos rojos bajo sus pies no son algo que Futaba-san haya hecho conscientemente. Es simplemente el hecho de que un goma cayo en donde ella iba a pisar.

A los que ella estaba apuntando, aun eran los que estaban frente a ella, aquellos que tenían armas.

“Gue, Ee-“

De direcciones al azar, llegaban ataques de cuchillos oxidados. En otras palabras, estocadas.

Futaba-san que se veía que se había vuelto loca de furia, no tomo prácticamente ninguna acción evasiva. Como su cuerpo es grande, era un gran blanco. Cuando atacaran, iban a darle inevitablemente. Habrá heridas e incluso sangrará.

“-GoaAAAAAAAAA!”

Pero, eso no tuvo efecto en ella. Escuche sobre guerreros indios que siguen atacando incluso después de recibir una bala de bajo calibre; justo ahora, Futaba-san se ve como uno de ellos.

Sin importarle siquiera los cuchillos que se dirigen hacia ella, continúa balanceando sus brazos de muerte instantánea. Los goma son sucesivamente arrojados, derribados, arrastrados bajo sus pies.

Algunos los toma de los pies y los balancea alrededor.

El peso de un simple goma, deduciendo por como se ven y por el daño que recibí cuando me patearon, está en algún lugar entre los 40 y 60 kilos. Futaba-san puede al menos, balancear con las manos a una chica delgada de secundaria sin sudar una gota.

Con un agarre firme en el tobillo del goma, lo esta blandiendo por todos lados. Sus movimientos son mucho mas naturales que cuando estaba usando la lanza.

Inmediatamente después, ella lo estrello contra el suelo. El sonido de una toalla mojada azotada con fuerza contra los azulejos del baño- hizo eco varias veces.

Como si lo estuviera confundiendo con una maza fuerte, Futaba-san lo balanceaba de derecha a izquierda. La sangre salpicaba en cada giro, pertenecía al arma, o a aquellos de la misma especie atacados por dicha arma? Quien sabe.

Rmuy rápido algunos goma se convirtieron en una asquerosa masa de carne. Las ramas alrededor se oscurecieron como si hubieran sido cubiertas con unos 10 litros de pintura roja.

“Fu, fuh!”

Una pesada respiración, sus brillantes ojos rojos buscaban una presa para perseguir, pero en este punto, ya no quedaba nada que perseguir.

Parece que hubo algunos goma con suerte que escaparon del terror de este matadero, por los gritos de desesperación que escuche en lo profundo del pasaje. Esa es la única prueba de gomas vivientes, y aquellos que siguen en la escena, retienen la forma de un mar de sangre y sobras de carne.

“Fu, fuU…”

Liberando un denso humo rojo, Futaba-san soltaba profundas respiraciones. Pero esas respiraciones no parecían tener ningún efecto para calmarla. Con roncos bufidos como los de una bestia hambrienta, sus hombros subían y bajaban.

Ella se mantuvo así, cuando, como si de repente recordara, ella se giró.

Lentamente.

Hacia mí.

“Fuu…u, Aah… Mo, Momoka… ku…”

Aun soltaba un aliento rojo, y mantuvo su rostro agresivo, pero justo ahora, ella trato de decir mi nombre.

“F-Futaba, -san…”

La mitad de la razón por la que le conteste entrecortado fue por el daño de la paliza goma. La profunda emoción que sentí en mi interior hacia mi salvadora, que es ella, dispersando a los goma y viniendo a mi rescate es- no la otra mitad de la razón.

La otra mitad es puro y llano miedo. Un malestar interminable. Devastadora desesperación. Con esos sentimientos de derrota, mi quebrada voz y maltrecho cuerpo temblaron.

“Momo, kaWa, -kun”

Ella me llamo muy distinto a hace un momento.

Sus afiladas pupilas rojas me penetran con la mirada. Como si lo demás no se pudiera registrar en sus ojos. Sin distracción ni diversión, esa mirada que cae en mi y solo en mí, era sin duda alguna aterradora.

Digo, vamos chicos. Ella no está bien de la cabeza justo ahora.

“Mo, Momo… ka, aAa…”

“Hii!?”

Como un espíritu que retiene un profundo resentimiento, además de la tosquedad de un zombi, ella gruño mi nombre; cuando hizo eso y dio un paso, no deberían culparme por tomar el curso natural de acción y gritar sinceramente.

Una persona que claramente ha perdido la cabeza. Me siento como enfrentando a uno de esos monstruosos asesinos de las películas de terror americanas. Y en la presente situación, es realmente un hecho que Futaba-san tiene monstruosos poderes suficientes para aplastar multitudes de gomas.

Con un solo capricho, una sola demostración de poder de su parte, yo tambien me volveré uno con el mar de sangre que nos rodea.

“Mo, AaaAAA!”

“UwaaAAAAAAAAAAAAAA!”

Como un elefante a toda velocidad, Futaba-san comenzó a correr hacia mí, pisoteando la sangre y la carne, creando un dueto de melodías objetables.

Con intención, mas instinto, mas intuición, mas cualquier otro sentido y sentimiento, grite hacia mi próximamente rápida muerte segura, presione sobre los limites de mi cuerpo y lo moví.

Tuve éxito en moverme por el impulso del momento. Incluso con los choques de dolor agudo y los zumbidos de dolor interno siguiendo su curso, de alguna forma, milagrosamente lo hice. Con el momentum de haberme levantado, me sacudí el dolor y corrí- cuando, ella me atrapo.

“MOaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!”

Con esa exclamación, y habiéndome abrazado y tacleado hacia enfrente, mi propio grito fue borrado. Dejando de lado su suave y blanca piel, sus carnosos brazos que parecen troncos sujetaron mi delgado cuerpo, poniéndome en un agarre muy apretado que casi me parte por la mitad.

Fui atrapado. Ow. Duele. Mientras esas sensaciones flotaban en mi mente, nuevamente fui derribado en el sangriento suelo de piedra.

Futaba-san se lanzó sobre mi con toda su fuerza. Con mis menos de 50 kilos, no tenía manera de minimizar el momentum cuando ella se estrellará. No creo que tenga que decirlo, pero, tampoco hay forma de que sea capaz de levantarla.

El shock de la caída recorre vívidamente mi espalda, pero eso se convirtió en un tema sin importancia. Justo ahora sobre mí, yace una carga con un peso de 100 kilos. Este volumen, esta presión, no estaría equivocado si lo nombro un nuevo tipo de tortura.

“Ka… ha, ah…”

Un sentimiento de todo el aire en mis pulmones siendo expulsado al instante. Olvide como respirar por un momento.

Pero por suerte, al menos a mi cabeza se le concedió la gracia de evitar el envolvimiento de Futaba-san. Similar a cuando un padre sostiene a su hijo, que supongo que sucedió porque nos caimos.

Si esa cálida, suave y aun así inmensamente pesada masa de sensualidad que siento por debajo de mi cuello hubiese llegado a mi cara, estoy seguro de que hubiera perdido la consciencia por falta de oxigeno hace mucho. Yo NO tengo un sentimiento masoquista tan grande para querer ahogarme en un mar de carne.

“Fu, haAAaa… Fu, taba-san! Pa-para!”

Respirando con mas intensidad de la que he respirado en toda mi vida, grite con el máximo de mi potencial.

Incluso si Futaba-san perdió de alguna forma la razón, cordura, compostura o capacidad de pensar, y todas las demás cosas importantes, si tan solo puedo recordarle que soy amistoso entonces seguramente-

“BuaAAAAAAA!”

Como si se estuviera burlando de mis perfectos planes, no, como si ella estuviera usando cada fibra de su ser para absolutamente negarlos, Futaba-san me contesto de la misma forma que una bestia.

Fui mordido. Ella me mordió. Un dolor punzante recorre mi cuello. Y entonces la sentí, como si una bestia hambrienta hubiera encontrado la satisfacción en mi carne, esa cruda calidez, la lamida de su lengua.

Mi espina literalmente tembló de miedo. Y, no se cuantas veces han sido hoy, pero es seguro que esta es la vez que más fuerte, he gritado.

“GyaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!”

Ah, se acabó, estoy muerto. Dalo por hecho. Seré asesinado. Justo cuando pensé que había sido salvado, justo cuando creí, que ella me salvo.

Esto no es gracioso. Si, podría ser comido por monstruos, y si, podría ser asesinado por otros estudiantes dependiendo de sus intereses egoístas, pero que mierda hay con ser asesinado por una aliada que se volvió loca!

Es demasiado injusto, hay demasiado que odiar. Un resentimiento, como humo negro, se elevo desde lo mas profundo de mi ser; y le di voz.

“A-AaAAAAAAA… Su-eE- Sum… Su-merge en un interminable-“

Me pregunto que significado hay en usar esto.

“Y abrasador calor y…”

Probablemente no esté tan resentido con Futaba-san.

“Maldice-“

Aun sin un significado, incluso sin señales de odio, aun así, tengo que decirlo.

“el cuerpooooo!”

Mi ultima pizca de resistencia. Mi primer maldición.

Fiebre, RojaAAAAAAAAAA!”

Un grito que pudo haber roto mis cuerdas bucales, al final de todo, simplemente hizo eco en el vacío y lleno de sangre pasadizo.

Inducir una fiebre ligera. No hay forma de que este mero símbolo de la mediocridad de la vocación conocida como chaman sea capaz de detener a Futaba-san quien tiene suficiente poder para subyugar hordas de gomas.

Habiendo dicho eso, las otras maldiciones serian igual de inútiles en esta insuperable crisis. Prisión obscura no seria capaz de contenerla, y mi más confiable contraataque, devolución del dolor, para la actual Futaba-san furiosa que parece ignorar todo sentido del dolor, esta probando su actual inutilidad. Actualmente, hay una marca en su blanco cuello, en el mismo lugar en el que me mordió, pero no parece importarle en lo absoluto.

Así que ahora, la única cosa que puedo hacer es usar mi efímera fuerza para gemir lastimosamente y forcejear en sus brazos.

Pero pensándolo mejor, en lugar de ser torturado hasta la muerte por los gomas, morir en los brazos de una chica podría ser una bendi-

“…Ah”

Y, mientras me sumergía en reflexiones ingeniosas en un estado de perdida de consciencia, de pronto me di cuenta.

“Ah, huh… Futaba, -san?”

Se detuvo. Dejo de moverse.

“Huh, eh, no es cierto… no, en serio…”

Una débil respiración llego a mi oído. Y, la presión en mi cuerpo aun es la misma- pero, ese poder similar al de un desenfrenado y desquiciado toro se había ido, y ella simplemente se quedo ahí. Su cuerpo abrazando al mío se siente de alguna forma cálido.

“E-ella se, detuvo…”

Al darle un vistazo nerviosamente a la cara de Futaba-san, esa expresión de ira salida de los cuatro rincones del infierno se había ido. Sus brillantes ojos, sus parpados los estaban sellando. Las arrugas alrededor de su nariz se habían ido sin dejar rastro, sus cejas estaban en calma. Una cara durmiendo en la serenidad.

Porque? Como es que la locura de Futaba-san abruptamente llego a su fin? Lo que la provoco en primer lugar tambien es desconocido. Haberse calmado de la nada es incluso más indescriptible.

Pero justo ahora, eso no importa un carajo. La razón, la causa, la forma del karma que la ata, pensar en todo eso, lo puedo dejar para después.

“HA, haha… asombroso… estoy salvado…”

Parece, que los engranajes de mi destino, van a girar un rato más.


 

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EmanuelAph
EmanuelAph
hace 5 años

de pana que no tengo ni idea de a donde se dirigen esta novela; por alguna razon no creo que vaya a lo seguro esta novela.

EmanuelAph
EmanuelAph
Respondiendo a  yasashin
hace 5 años

justo me gusta es por eso, me tiene al borde del asiento para saber que coño va a pasar ahora!!!

Anónimo
Anónimo
hace 5 años

Gracias por el capítulo

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