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Traductor: The Un-Neet~
Editor: Absolute
Episodio 2:
Bruja de la Matanza (6)
“¡Espera!, ¡ni siquiera tienes una espada!”
“Tengo otra.”
Jae Hwan sacó otra espada de su bolsa dimensional.
Era la Espada del Dragón Supresor que había obtenido del 88º. piso de la Torre Pesadilla.
Mino exclamó.
“¡¿Sólo con esa clase de espada…?!”
La batalla comenzó antes de que ella pudiera siquiera terminar lo que estaba diciendo.
Los Adaptantes que se estaban escondiendo en los arbustos corrieron hacia Jae Hwan.
Todos ellos eran Adaptantes que habían pasado por sus propias pruebas rigurosas con el fin de llegar a donde estaban ahora. Y todos poseían una habilidad que era difícil de tratar.
Mino reconoció la habilidad a primera vista.
‘¡Catorce Corrientes del Monarca de Fuego!’
Las Catorce Corrientes del Monarca de Fuego era una habilidad comúnmente usada por aquellos pertenecientes a la ⌈Secta del Monarca de Fuego⌋ que es una las diez sectas que residen en «Caos». Si es entrenada hasta su límite, el usuario sería capaz de arrasar el campo de batalla con una espada flameante de fuego. La complexión de Mino se oscureció.
‘Eso quiere decir que la Secta del Monarca de Fuego está vendiendo sus habilidades a clanes más bajos.’
El bosque se envolvió en flamas. La flama del Monarca de Fuego que devora todo a su paso. Los zorros locos saltaron por alrededor para esquivar el mar de llamas. Jae Hwan se preparó en silencio mientras encaraba las flamas.
Mino sabía lo que Jae Hwan iba a hacer.
Eso fue el porqué ella trató de detenerlo.
No hay manera de que él pudiera enfrentarse a las Catorce Corrientes del Monarca de Fuego con una simple estocada.
Pero al mirar lo que pasó después, Mino no pudo creerle a sus ojos.
No, ella no podía evitar dudar de todos sus sentidos.
Las reglas del tiempo fueron quebradas justo delante de sus ojos.
⌈Desinterés⌋
Pese a ser brevemente, ella fue capaz de ver una increíble escena al pararse al lado de Jae Hwan. Todas las cuchillas acercándose a Jae Hwan parecían haberse ralentizado. Jae Hwan parecía zigzaguear entre el mar de cuchillas como un pez en el agua.
‘… Me pregunto si estoy soñando.’
Se veía como si Jae Hwan sería aplastado incluso si fuese tocado por el ataque más leve, pero ni un solo ataque lo rozó. Era como si Jae Hwan no estuviera allí.
⌈Duda⌋
Había un camino a través del mar de espadas que sólo Jae Hwan podía ver. Un camino a través de la miríada de cuchillas que sólo aquellos que dudan el mundo podrían ver. No pasó mucho antes de que la espada de Jae Hwan comenzara a moverse.
Dio una Estocada.
No era ni lenta ni rápida.
Como el fluir de la música que danza en su propia manera precisa y certera, Jae Hwan lanzó sus ataques. Un destello como un rayo iluminó la oscuridad de la noche.
Cinco o seis miembros del clan Zorro Rojo huyeron con gritos dispersos.
“¡Bastardo! ¡Mátenlo!”
Los aturdidos miembros del Zorro Rojo se emparejaron con el fin de incrementar sus defensas. Las Catorce Corrientes del Monarca de Fuego atacaron a Jae Hwan desde el norte, sur, este y oeste.
Las Catorce Corrientes del Monarca de Fuego tomaron la forma de una cruz ardiente y rodeó a Jae Hwan.
La cruz encerró a Jae Hwan en una prisión ardiente.
Cualquier otro además de Jae Hwan sólo sería capaz de quedarse quieto y sufrir por las flamas.
Él podía ver las triunfantes caras de los miembros del Zorro Rojo.
Pero después de un momento, el contorno del cuerpo de Jae Hwan apareció a través de las llamas ondulantes.
“… ¿Cómo…?”
Jae Hwan permaneció allí como si las llamas no le afectaran del todo. Y eso no era todo.
⌈Comprensión⌋
Las flamas de las Catorce Corrientes del Monarca de Fuego perdieron su poder y se reunieron en la punta de su espada. Ellas obedecían la voluntad de Jae Hwan como si se originaran de su espada. La espada era como un pitón salvaje listo para abalanzarse.
Algo grande estaba por suceder.
Sintiendo un mal presentimiento, el maestro del clan Zorro Rojo, el Zorro Negro Klent, gritó.
“¡Corran todos!”
Los inicios de una estocada comenzaron a desarrollarse de la espada de Jae Hwan.
No, tal cosa no podía ser llamada una estocada.
El oxígeno en el aire se condensó y momentáneamente se detuvo.
En esa brevedad de silencio, cada Adaptante, incluso el Zorro Negro Klent, tuvieron problemas para respirar y sus pulmones se sintieron como si fueran a colapsar. Klent, el Adaptante de 3.ª etapa, había sentido esta sensación sofocante varias veces en su vida.
Fue cuando se irguió ante el más fuerte de los diez líderes de las sectas del Caos.
El oxígeno condensado explotó y un mar de flamas brotó de su espada.
La flama no distinguía entre plantas ni hombres, y todo fue arrasado por su furia ardiente.
Equipos y piezas rotas de madera fueron dispersados por el viento.
Gritos de dolor fueron enterrados bajo los ensordecedores sonidos de la tempestad.
Solo ruinas carbonizadas fueron abandonadas en el despertar del fuego. Las ascuas carbonizadas de lo que solía ser un gran árbol colapsaron en el césped del bosque con un ruido sordo.
Y Mino observó todo de principio a fin.
Ella por fin se dio cuenta.
La razón del por qué el hombre conocido como Jae Hwan fácilmente concedió el cuerpo de una Bestia de Dos Cuernos no era porque era un idiota.
No sacó su Arma Espiritual y lo alimentó con objetos tan descaradamente porque era ingenuo y complaciente.
La razón del por qué no corrió a pesar del aplastante número de Adaptantes enemigos no fue porque era insensible al peligro alrededor suyo.
Todo eso fue porque él era abrumadoramente fuerte.
Al haber escapado por poco al trepar encima de un árbol, el Zorro Negro Klent murmuró bajo su respiración con una expresión como si su alma hubiese dejado su cuerpo.
“… ¿De dónde demonios vino este tipo…?”
Él había llegado debido a reportes sospechosos sobre el descubrimiento de un ‘Arma Espiritual’ durante la ⌈Caza de Brujas⌋. Si esto era verdad, entonces sería una gran ganancia inesperada.
Pero cuando llegó, se encaró con un monstruo.
Él no sólo bloqueó las Catorce Corrientes del Monarca de Fuego, sino además que se apropió de la habilidad y cambió el impulso de las llamas en contra de Klent. Con ese solo movimiento, más de la mitad de los combatientes quedaron incapacitados .
Jamás habría pensado que un Adaptante podría alguna vez neutralizar y entonces utilizar la habilidad de nivel intermedio de un Adaptante de 3.ª etapa con sus propias capacidades físicas.
Pero después de que su habilidad fuera desarmada, nunca antes había visto que la habilidad fuese utilizada de esa manera.
No se atrevió a suponer en qué nivel estaba.
Sintiendo la mirada de Klent en él, Kang Hoon tartamudeó.
“¡E-Esto es imposible!”
“Todos retrocedan.”
Kang Hoon rechinó sus dientes.
“Tengo el Arma Espiritual. Si usas este arma que pudo derribar una Bestia de Dos Cuernos de un golpe, entonces podrás vencerlo.”
Klent echó un vistazo a la espada que Kang Hoon había declarado ser un ‘Arma Espiritual.’
“Eso es absurdo. La diferencia en habilidad es muy grande.”
“¡Eso no es cierto!”
Sin estar dispuesto a admitir que habían perdido, Kang Hoon corrió hacia Jae Hwan.
Él vio el contorno del cuerpo de Jae Hwan a través de las llamas.
Kang Hoon activó inmediatamente una de sus habilidades.
Apretada firmemente en sus manos estaba la espada que había matado a la Bestia de Dos Cuernos de un golpe.
Si es con esto, entonces seguramente—
Pero a pesar de poner todo su poder en sus golpes, todos sus ataques fallaron.
Eran los ataques de un hombre desesperado. Sonidos de una espada tajando en vano a través del aire sonaron una vez tras otra. Una abrumadora diferencia en poder.
El poder detrás de los ataques se debilitó gradualmente.
La hoja de la espada que había sido envuelta de la habilidad de Kang Hoon estaba fuertemente apretada entre los dedos de Jae Hwan.
¿Por qué?
Los momentos que lo habían guiado hasta este punto destellaron a través de la cabeza de Kang Hoon como una lanza.
Después de graduarse de la torre, él viajó a través de las «Grandes Tierras » antes de cruzar sobre un obstáculo peligroso y finalmente llegó aquí en «Caos ». A través de sangre, sudor y lágrimas, ganó y mejoró sus habilidades y empezó a cazar Adaptantes. Él había soportado los dedos apuntando hacia él y los abucheos maldicientes de otros Adaptantes, pero a pesar de eso, había escalado a su posición actual.
Era una vida muy difícil.
Era por eso que se rehusaba a admitir que ellos habían perdido.
Kang Hoon recordó el valor del poder espiritual de Jae Hwan que mostró el dispositivo de medición.
[Valor del Poder Espiritual del objetivo: 154]
Considerando que el Poder Espiritual de un Adaptante de etapa 1 era de 1,000, esto era una cifra terriblemente baja.
El enemigo en frente de sus ojos, sin duda alguna, era un Inadaptante.
“¿Sólo cómo él puede… con esos valores…?”
Kang Hoon observó a Jae Hwan con una mirada en blanco mientras murmuraba sus pensamientos.
Valor.
Era un término que no había escuchado por un tiempo.
Recordó haber tratado de subir su nivel con el fin de aumentar los valores asociados con sus varias estadísticas.
Los días infernales en la torre.
Los días donde hizo todo lo que pudo para mejorar sus estadísticas u obtener objetos para así ponerse a meras pulgadas sobre la competencia.
Jae Hwan entendió lo que Kang Hoon estaba pensando.
Fue por el hecho de que entendió, que dijo.
“Este es el porqué tú eres débil.”
“… ¿Qué?”
Un paso, dos pasos.
Kang Hoon retrocedió inintencionalmente mientras Jae Hwan se le acercaba. Él no podía entender el abismo en los ojos de Jae Hwan. No era algo que podría entender. No era algo que podría ser cuantificado por el Valor o por la Descripción. Para el momento en el que volvió a sus sentidos, Kang Hoon ya estaba de rodillas. Jae Hwan extendió sus manos y le arrebató la espada de las manos de Kang Hoon. Con la empuñadura en sus manos de nuevo, Jae Hwan apuntó la hoja hacia los miembros del clan Zorro Rojo escapando.
Estocada.
Diferenciándose de las veces anteriores, su postura era seria y solemne.
Era como si estuviera intentando demostrar lo que es una estocada real.
Kang Hoon tembló, su expresión era como el de un hombre que sabía del desastre que se avecinaba.
“… Tú, ¿tan sólo qué demonios eres?”
Los ojos de Kang Hoon estaban abrumados con desesperación al mismo tiempo que una luz brillante se disparó de la espada de Jae Hwan.
Era un pequeño pero intenso haz de luz, tal y como si estuviera apuntando al mundo.
Klent miró detrás suyo mientras corría y su corazón se volcó en sorpresa.
Pero fue demasiado tarde.
“Imposible…”
Con un hoyo en su pecho, Klent cayó al piso.
Sonidos similares fueron emitidos a lo largo del área forestal circundante.
Fue la última cosa que Kang Hoon vio.
‹•›
En medio de la oscuridad de la noche. Las luces de las estrellas caían gentilmente a través de las grietas del dosel arbóreo.
En el bosque yacía una fogata, sus ascuas crepitantes flotaban brevemente en el cielo antes de desvanecer de su existencia.
Mirando hacia el distante cielo, Mino no pudo evitar recordar algo que ella había experimentado hacía varios años.
‘Mino, no eres apta para ser una asesina.’
Esas eran las palabras que la cabeza de la Secta del Bosque Negro le había dicho a Mino el día en que ella había fallado su primera misión. Para ser exactos, aquellas fueron las palabras que el líder de la secta le decía a Mino cada vez que fallaba una misión. El líder de la secta siempre decía. Que la debilidad humana sería su fin.
Mino quiso refutar aquellas palabras.
Era por esa razón que tomó una solicitud personal aun a pesar que ella estaría violando las regulaciones.
Ella aceptó las solicitudes de eliminar a malvados. Quizás ella podría incluso aprender algo de las acciones de los malvados.
Y así, llegó la mitad de un año. Y por aniquilar grupos de ladrones y violadores, ella se ganó el apodo de ‘Bruja de la Matanza’. Pero en este día, Mino quería preguntar una cosa.
‘Mire líder, ¿sabe qué? Fue debido a que no actué como una asesina la razón por la que sobreviví.’
Mino observó a Jae Hwan que estaba apoyándose en el tronco de un árbol cercano. Él estaba alimentando su arma en silencio.
Mientras más miraba, menos podía evitar pensar lo extraño que era este hombre.
‘¿Exactamente quién podría ser él?’
La brillante batalla que el hombre había protagonizado nunca sería sacada de su mente. Fue la primera vez que ella había visto y sentido tal poder. Fue tan sorprendente que no podía evitar estar avergonzada por el hecho de que ella le había dicho que escapara mientras le entregaba una Piedra de Regreso.
“Disculpa.”
Después de vacilar por un momento, Mino abrió su boca para hablar.
“¿Sólo cuál es exactamente su identidad?”
Jae Hwan miró a Mino por un breve momento antes de concentrarse en su espada otra vez.
“¿Por qué de repente estás usando honoríficos?”
“Eso no es importante ahora mismo”
Mino impacientemente abrió su boca de nuevo.
“… Enserio, no puedo evitar pensarlo, ¿no me lo puede decir?”
“Mi identidad.”
Mientras miraba a Mino, Jae Hwan pensó en algo antes de soltar una carcajada. Entonces dijo.
“Tú ya conoces mi identidad.”
“¿Qué?”
“Ciertamente, no lo habrás olvidado ya, ¿verdad?”
Una expresión decepcionada. Mino estaba en un estado de confusión.
¿Él ya se lo ha dicho? ¿Entonces cuándo lo hizo?
Pero sin importaba qué tanto intentara pensar, nada vino a su mente.
Viendo a Mino volverse absorta en sus propios pensamientos, Jae Hwan agitó su cabeza y dijo.
“Bueno, bueno, bueno, parece ser que estás sufriendo de amnesia.”
“¿Qué?”
“Es un alivio. Pensé que yo era el único con amnesia.”
Unos momentos después, Mino se dio cuenta de algo y su rostro palideció.
“… .Wo-wow, en verdad estás…”
Ella nunca se esperó que él le tirara devuelta sus propias palabras así.
Después de que el corazón de Mino empezara a latir de alguna manera, habló con una voz ruidosa.
“Eres tan mezquino.”
Jae Hwan no se molestó en pretender que no escuchó nada.
“… Devuélveme la Piedra de Regreso que te di antes.”
“No la tengo”
“¿Qué? ¿Por qué?”
“La perdí.”
“¡¿Sabes lo cara que es?!”
Mirando cómo Mino estaba a punto de divagar, Jae Hwan fue a alimentar a su espada con más equipos. Un wajajak wajajak se mezcló armoniosamente con la voz de Mino para crear un extraño conjunto. Era un sonido que trajo consigo una extraña paz.
¿Qué palabras podrían expresar este momento?
Era muy extraño, pero en ese momento, Jae Hwan se sintió como si estuviera siendo llevado a un tiempo muy lejano que había olvidado.
Una fría brisa sopló por su cabeza, refrescando su mente. Jae Hwan clavó la Espada del Dragón de Escarcha en el suelo y miró hacia el cielo. Él podía ver el negro cielo nocturno a través de los árboles de hojas anchas.
Era una cosa muy misteriosa.
Incluso las estrellas y el cielo eran visibles en este lugar también.
Se preguntaba si este cielo nocturno que estaba observando era el mismo que el que había estado viendo en su vida entera. Era algún tipo de sustento para Jae Hwan que le probaba que él era un humano en esta vida insustancial.
“¿En verdad estás así de curiosa sobre cuál es mi identidad?”
Al escuchar la pregunta de Jae Hwan, Mino repentinamente paró de vociferar como si fuera magia.
“Te lo diré una sola vez así que escucha bien.”
Mino de repente volvió a prestar atención como una niña obsesionada y asintió su cabeza entusiasmadamente.
Jae Hwan abrió su boca.
“Soy un humano.”
“… ¿Me estás jodiendo?”
A pesar de que ella respondió con enojo, Jae Hwan hizo una pregunta.
“Tú, ¿eres humana?”
“¡Por supuesto que soy humana! Eso no es lo que quería decir…”
Jae Hwan estalló en una risa.
“Entonces eso es todo.”
“¿Qué?”
“Dije que está bien con eso”
“Qué sinsentido…”
A pesar de que ella estaba a punto de quejarse, echó un vistazo al lado de la cabeza de Jae Hwan y olvidó lo que iba a decir.
El viento sopló una vez más desde una dirección desconocida.
Ellos no podían decir de dónde venía.
Era un viento soplando desde un mundo que ella nunca había estado.
Ella nunca había visto a alguien que se viera tan solitario.
A pesar de que pensó que él sólo estaba balbuceando cosas sinsentido, ella fue capaz de leer el ambiente después de mirar su cara por un tiempo y cerró su boca. En ese silencio ella empezó a pensar para sí misma.
‘Ya veo, supongo que podría ser eso’ y ‘Enserio, ¿realmente está bien con sólo eso?’
Los sonidos de respiración y el llanto silencioso de la espada podían ser escuchados en sincronía bajo la alfombra de las estrellas.
Bajo las luces de las estrellas, Jae Hwan clavó sus manos en su bolsillo. Sus dedos entrelazaron una pequeña piedra.
Era pequeña, pero tenía una textura exquisita. Una piedra fría pero ‘real’. Sin importar cuándo ni dónde lo usarás, ésta te regresará a una localización arraigada a la realidad. La piedra misma parecía estar urgiendo al usuario que el único lugar de retorno debía ser aquí en el mundo real.
Sosteniendo la piedra, Jae Hwan recordó los días que ya habían pasado. Era de un tiempo donde no había torre ni Piedra de Regresión.
Aunque a veces los tiempos eran duros y otras veces éstos eran buenos, era un tiempo en donde nadie había elegido regresar al pasado y huir del presente.
Había pasado un mes desde que él había dejado la torre.
Era también la primera vez que Jae Hwan había conocido a un humano.