Súper Gen Divino – Capítulo 412: Caja de Aleación en la Cueva

Segundo Capítulo Semanal

¡Disfrútenlo!

“¿Por qué se ha vuelto todo silencioso?” Jia Yan miró a la montaña con dudas.
“Probablemente haya terminado.” comento Xiao Wei suspirando.
“Volveré para echar un vistazo.” Dijo Jia Changfeng y cabalgó hacia la montaña.
“Vayamos juntos. Tened cuidado de no atraer la atención de los trasgos malvados.” Xiao Lingfeng le siguió.
El grupo de personas regresó a la zona de la montaña. Lo que vieron los hizo sentir tan horrorizados que no podían cerrar la boca.
Los cuerpos de los trasgos malvados estaban por todas partes. La sangre había formado un río y los cuerpos se habían convertido en una colina. La arena blanca estaba coloreada en burdeos por la sangre venenosa.
La mitad del cuerpo del Rey Trasgo Malvado yacía en el suelo. Aunque corrompido, todavía parecía chocante.
“Esto…. los mató a todos…” Jia Changfeng no sabía qué decir.
“¿Quién es esa persona?” Xiao Lingfeng pensó con sentimientos complejos. Alguien tan fuerte como él estaba simplemente más allá de su imaginación.
“¿Dónde está Han Sen?” Jia Yan y Xiao Wei habían vuelto en sí mismos. Miraron a su alrededor pero no vieron a Han Sen.
Los dos jóvenes también miraron a su alrededor y tampoco vieron a Han Sen. Todos tenían una sensación extraña.
Inicialmente, pensaron que se habían encontrado con un tipo común y corriente, pero el tipo era tan impresionante que ni siquiera podían empezar a describirlo.
En ese momento, Han Sen ya se había metido en el agujero de la pared de la montaña. Dentro de la montaña, los pasadizos estaban interconectados como un laberinto.
Han Sen ordenó al Ángel Santo que explorara por él, siguiendo la sangre del Rey Trasgo Malvado.
Tras un tiempo, todavía no habían podido alcanzar a la criatura. Si Han Sen no viese la sangre, se preguntaría si estaba en la dirección equivocada.
“Muy rápido, este tipo.” Han Sen puso la súper armadura para mascota sobre el Ángel Santo y ordenó al Ángel Santo que siguiera el rastro de sangre. La súper mascota con súper armadura para mascota era casi invencible en la primera zona de El Santuario de Dios. No había nada que temiera.
Tras tres a cuatros horas, Han Sen finalmente entró en un gran espacio, que era una cueva en forma de cilindro. La cueva parecía el interior de una torre de una iglesia. El techo medía alrededor de media milla de altura, y las paredes de piedra estaban salpicadas de agujeros de diferentes tamaños.
El rastro de sangre desapareció en ese momento. Han Sen frunció el ceño ante los innumerables agujeros en las paredes de piedra. Sin ninguna pista, era imposible encontrar al Rey Trasgo Malvado con tantos agujeros.
Han Sen encendió una antorcha y observo a su alrededor en la cueva. De repente vio un estuche de aleación en la esquina.
“¡Alguien ha estado aquí antes!” Han Sen se sorprendió. El estuche parecía ser un producto avanzado de la Alianza. Estaba hecho de acero Z de primera calidad que no sólo era resistente sino también ligero, lo que hacía que el estuche fuera más portátil que la armadura y las armas de acero Z. El estuche estaba un poco deformado. Parecía que había sido golpeado con fuerza. La tapa estaba ligeramente abierta. Cubierto de polvo y suciedad, el estuche parecía bastante viejo y probablemente tenía algo derramado y probado.
Han Sen comprobó el estilo de la caja, que parecía cara pero antigua. No creía que se hubiera producido recientemente.
“¿Quién podría venir a este lugar con el grupo de trasgos malvados afuera. ¿O la montaña tiene una entrada diferente en otra parte?” Han Sen se puso en cuclillas y revisó el estuche cuidadosamente.
Aunque la tapa estaba ligeramente abierta, Han Sen todavía no podía ver lo que había dentro. Pero parecía que había algo.
Aunque la tecnología moderna era inútil en El Santuario de Dios, Han Sen no se atrevió a ser imprudente. Dio un paso atrás y le pidió al Ángel Santo que abriera la caja.
El Ángel Santo no tenía miedo. Metió la mano en el hueco y abrió el estuche.
No pasó nada raro. En el estuche, había tres botellas y una tarjeta de cristal.
“¿Soluciones Genéticas?” Han Sen observó las tres botellas y se sorprendió.
Han Sen había visto muchas botellas de ese tipo. Debían ser botellas de soluciones genéticas asociadas a las artes hipergénicas. Esas botellas fueron hechas especialmente para contener las soluciones genéticas, que habían sido así durante generaciones.
Sin embargo, aunque había tres botellas, sólo una de ellas estaba llena de una solución genética púrpura. Una de las botellas estaba vacía, y una estaba rota.
Han Sen tomó la botella llena y la miró. No encontró ninguna nota.
Generalmente, una botella como esa tendría una etiqueta para indicar a qué tipo de arte hipergénico pertenecía esa solución. Sin embargo, esa botella no tenía nada escrito en ella.
“¿Será una solución genérica o no?” Han Sen frunció el ceño y examinó la tarjeta de cristal.
Era una tarjeta de memoria, que aún estaba intacta. Sin embargo, no podía revisarla en El Santuario de Dios. Han Sen guardó la tarjeta de cristal y la botella.
Buscó a su alrededor y no vio cuerpos ni inscripciones. Se preguntaba por qué el estuche terminó allí.
Han Sen caminó por la gran cueva pero no encontró nada más. Se sintió bastante molesto al dejar que el Rey Trasgo Malvado huyera.
Sin embargo, no había forma de que pudiese averiguar donde estaba el Rey Trasgo Malvado. Incluso si quería perseguirlo, no sabía cómo hacerlo.
Mientras Han Sen dudaba si debía irse ya, sintió que la gigantesca cueva temblaba y luego escuchó ruidos como truenos.
Los estruendos se hacían cada vez más fuertes, sonando bastante aterradores.
“¿Qué pasa?” Han Sen escuchó atentamente, tratando de decir de dónde provenía el sonido. Sin embargo, había demasiadas cuevas, así que el eco era demasiado fuerte para que Han Sen lo supiera.
Estaba seguro de una cosa: algo se le acercaba, y era algo grande.