Presenciando un Milagro

Everwinter, Ciudad del Rey.

“Mi señor… Lord Marwayne…” Alguien le dio un codazo en el brazo.

Molesto, Marwayne abrió los ojos. Le tomó un tiempo antes de recuperar el enfoque de su visión borrosa, y el familiar rostro del mayordomo apareció ante él.

“¿Por qué eres tú otra vez?” Marwayne dijo arrastrando las palabras y gastó mucha fuerza para ponerse de pie, tirando accidentalmente las botellas de vino sobre la mesa baja, una de las cuales cayó al suelo y se hizo añicos ruidosamente.

El sonido lo despertó de golpe.

Lo que vino después fue una resaca terrible.

Marwayne estuvo despierto toda la noche hasta altas horas de la madrugada, de cuatro a cinco de la mañana, convenciendo a las damas para que bebieran con él hasta que quedó noqueado. Marwayne entrecerró los ojos y miró el mullido sofá que había a un lado. Había todo tipo de bebidas y otros líquidos esparcidos por todo el sofá, mientras que la chimenea que había durado toda la noche producía un olor desagradable. Las damas de la noche anterior habían desaparecido hacía mucho tiempo, obviamente carecían de su habilidad para servir.

“Demonios, ¿Cómo terminé durmiendo aquí anoche?”

“Quémalo.” Marwayne se secó la baba de la cara y se movió a una posición más cómoda, aliviando su dolor de cabeza. “Entonces, mi distinguido mayordomo, ¿Qué malas noticias tienes para mí hoy? ¿Qué caballero huyó o entraron hombres de Graycastle en Everwinter?”

“No me atrevo, mi Señor” El mayordomo inmediatamente inclinó más la espalda. La iniciativa de atacar a los equipos de Graycastle fue idea suya, y no quería que el objetivo del señor fuera redirigido hacia él. “Los hombres de Graycastle todavía están luchando contra los demonios en el Reino de Wolfheart. No podrán ingresar a Everwinter en el corto plazo, por favor no se preocupen por eso…”

“Je, ¿Eso no significa que es cuestión de tiempo?” Marwayne lo interrumpió, su propio aliento a alcohol le asaltaba la nariz. “No ha habido refuerzos para las fuerzas demoníacas todo este tiempo. Incluso el llamado Señor del Cielo ha desaparecido sin dejar rastro. Cualquiera puede ver claramente que la situación ha cambiado, entonces, ¿De qué sirve consolarme?”

“No, mi Señor…”

“¡Escucha!” Marwayne gruñó. “Sé lo que quieres decir: contrólate, no te rindas. Lo viste por ti mismo, a pesar de que teníamos las mismas armas, nuestra gente aún fue completamente derrotada por Graycastle. ¿Qué dice eso? ¡Significa que la disparidad no es con los señores, sino con las tropas de menor rango y su gente! Se atrevieron a enfrentar las armas de fuego de frente, pero ¿Y nosotros? ¡Solo nos atrevimos a cubrirnos la cabeza y escabullirnos como ratas!”

“¿Cuántas personas quedan en la Ciudad del Rey? ¿Vizconde Narnos? No, su territorio ahora debería ganarle el título de Conde. ¿Duque Remy? La mitad de su familia está en Everwinter, no puede irse aunque quiera. Y las otras familias… De hecho, todavía son considerados nobles, ¡Pero no quieren irse! ¡No!”

En este punto, su tono de repente alcanzó un crescendo.

“¡No pueden irse! ¡No están dispuestos a abandonar la propiedad familiar acumulada a través de generaciones y comenzar de la nada! ¡Mientras haya una manera, no se resignarán a sus destinos! Pero eso no sucederá para los caballeros que he reclutados. El documento no tiene cláusulas vinculantes, simplemente pueden tomar su título e irse y regresar después de la guerra. ¡Así que lo único que puedo hacer es mantener mis puertas cerradas e instarlos a quedarse invitándolos!”

“Esto no se trata de vivir en el abandono de uno mismo, mucho menos de escapar, ¿Entiendes?” Marwayne cogió una botella de vino al pasar y se echó un poco en la boca. “¡Una vez que honre la promesa, desaparecerán de inmediato! Dado que nuestros subordinados y la gente no pueden competir con Graycastle, solo podemos confiar en los demonios. Mientras puedan derrotar a Roland Wimbledon, la gente volverá a calmarse. Cuando ese momento llegue, proporcionaré los títulos nuevamente. ¡En ese momento, los caballeros se convertirán en mi mayor ayuda!”

“Mi Señor… lo sé, pero necesito informarle, el Señor del Cie…”

“¡Cállate, no sabes nada!” La voz de Marwayne se convirtió en un ligero vibrato. “Piensas en mí como un débil, incapaz, un borracho que disfruta del alcohol todos los días. Pero la verdad no es así, mis planes no tienen fallas, ¡La falla está en los demonios que fueron derrotados! Si ni siquiera pueden derrotar a Graycastle, ¿Qué puedo hacer yo solo? No importa que los demás se vayan, pero incluso Fueler, alguien a quien yo apreciaba tanto, se ha ido, ¿Y qué si me convierto en el Rey de Everwinter? ¿Por qué no beber más vino fino?… Después de todo, no habrá una oportunidad en el futuro.

Entonces, de ahora en adelante, no es necesario que me cuentes malas noticias. Es suficiente que sepas sobre ellas. Prepárame más vino fino esta noche, recuerdo que hay más almacenados en el almacén subterráneo debajo de la Ciudad del Rey, ¿Verdad? Ahora … Sal.”

Marwayne hundió la cara entre las manos y se recostó en el mullido sofá.

“Mi Señor, lo que quería decir era que Su Excelencia el Señor del Cielo está esperando actualmente en el salón del castillo. Tiene un nuevo decreto para usted” El mayordomo finalmente encontró la oportunidad de hablar y rápidamente soltó todo.

“¿Q-Qué dijiste?” Marwayne se incorporó. “¿El Señor del Cielo está aquí? ¿Por qué no lo dijiste antes? Rápido, prepara un recipiente con agua caliente para mí. ¡Me lavaré y me iré ahora!”

“No hay necesidad.” Una voz baja de repente salió de la entrada de la puerta. Los dos se sobresaltaron y giraron la cabeza, solo para ver una figura alta y de piel azul empujar las puertas para abrirlas y entrar.

Era Hackzord.

Echó un vistazo al desorden de botellas de alcohol vacías por todas partes y reveló una mirada de desdén no disimulada. “Y pensé que estabas siendo retenido por algo importante. Parece que te he hecho daño. ¿Por qué, crees que el resultado de esta batalla ya ha sido determinado?”

“¡Maldita sea, escuchó mis peroratas!” Marwayne inmediatamente se arrodilló sobre una rodilla y hasta pensó en darse una bofetada. “No, Su Excelencia, solo estaba…”

“En consideración a tu conocimiento y experiencia, puedo perdonarte esta vez. Pero no habrá una segunda vez; de lo contrario, definitivamente te cortaré la lengua” Hackzord habló con frialdad: “Nuestros enemigos superaron nuestras expectativas en las primeras etapas, pero eso fue solo entonces. De hecho, sus buenos días han llegado a su fin, no solo para el Reino de Wolfheart, el Reino del alba o Graycastle. Todos ellos serán devorados por las llamas de la guerra; ese es el destino de los que se resisten.”

“Su Excelencia, ¿Puedo preguntar… es eso cierto?” Marwayne se mostró escéptico. Durante mucho tiempo había asumido que Everwinter estaba terminado, y planeaba rogar a un Demonio Superior por refugio. Pero por sus palabras, el resultado de la batalla no fue tan malo, al menos no hasta el punto de ser irredimible. Antes, los demonios pensaban que Graycastle no resistiría ni un solo ataque, por lo que Marwayne no creía del todo en las palabras de Hackzord.

Hackzord se burló. “Tu duda es perdonable, pero cuando seas testigo del poder de mi raza, creo que confiarás en el peso de mis palabras” Dicho esto, extendió sus manos y abrió una extraña ‘puerta’ de luz púrpura. “Sígueme.”

Marwayne tragó saliva, apretó los puños y entró en el portal.

Al otro lado había otro pasillo más y, para sorpresa de Marwayne, vio muchos rostros familiares. Por ejemplo, Narnos y Remy.

El Señor del Cielo obviamente había reunido a la mayoría de los nobles de Everwinter.

Antes de que surgieran preguntas, el Señor del Cielo abrió otro portal.

Sus intenciones eran claramente evidentes.

Todos se miraron antes de formar una larga fila frente al portal.

El viaje tomó un día entero.

Marwayne no recordaba el número de portales por los que entró; el paisaje a su alrededor sería ocasionalmente una cueva, o a veces una cresta de montaña. Cuanto más avanzaban, más malestar sentía. Aunque sabía que solo se requería un pensamiento del demonio para matarlo, el transporte forzoso a un lugar desconocido lo hizo sentir aún más asustado.

Cuando llegó la noche, los nobles finalmente llegaron a la ubicación final.

El último portal detrás de ellos desapareció lentamente. ¡Fue entonces cuando Marwayne Parker abrió los ojos abruptamente!

“Esto es…”

¡Él vio un milagro!

Así es, incluso si usara todas las palabras que pudiera pensar, no podía describir con precisión todo lo que vio. Aparte de llamarlo un milagro, ¡No podía pensar en nada más!

Los otros nobles no eran mejores. Todos ellos tenían la boca abierta, sin palabras. Ninguno de ellos pudo siquiera terminar una oración completa.

“Ahora, todos ustedes lo han presenciado.” Hackzord habló con indiferencia.

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