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Monrabu — Volumen 3, Capítulo 10

Vaya… Hace tiempo que no se subía un capítulo de esta novela. Perdón por el retraso, como siempre, estoy haciendo esto y lo otro, y termino sin poder completar nada. Igual ya con esto vuelvo a estar al día con la traducción en inglés :v
En todo caso, espero disfruten de la lectura. Este capítulo es bastante lindo :3


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Kanaruzawa Sekai estaba de mal humor. Extraordinariamente malhumorada, de hecho.
—Chiyo.
—¿Dígame?
—Estás despedida. —Estaban en la sala de recepción de la mansión Kanaruzawa. Sentada erguida con las piernas juntas sobre el sofá cubierto de terciopelo, la muchacha de pelo plateado continuó—: Recoge tus cosas, y vete ya.
Le temblaban las piernas, dando golpecitos sobre en el reposabrazos con su dedo índice. Daba la impresión de que no tenía intención de ocultar su enojo.
—En los próximos cinco minutos. No, cinco segundos. Y esta vez…, esta vez definitivamente…
—Así están las cosas, entonces. —Interrumpiendo a su señora, quien estaba temblando de la ira, Chiyo dio una sonrisa—. Tendrá que disculparme, Yuuki-sama. Dejaré lo que venga después a usted, le deseo buena suerte.
Y entonces, se apresuró a salir de la habitación. Gracias a eso, Yuuki se percató de dos cosas. Que la desenfrenada sirvienta por propia voluntad había revelado el hecho de que Kanaruzawa Sekai era una diosa. Y también, viendo lo molesta que estaba Kanaruzawa Sekai, parecía ser que lo que dijo sobre ella siendo una diosa era verdad.
—Esa maldita sirvienta… —Superando su ira, la cara de Sekai se puso completamente pálida—. Definitivamente no la perdonaré… De todas las personas a las que contarle, se lo dijo a Yuuki… Incluso la vez anterior… No, bueno, eso está bien ahora. Está bien, pero…
Desesperación. Vergüenza. Frustración. Todas esas emociones mezcladas, como si la expresión de Sekai estuviera coloreada en un indescriptible patrón de mármol. Antes de esto, muchas veces había dirigido su ira contra Chiyo, pero esta vez fue diferente. Es como aquella vez que declaró a toda la clase como enemiga.
Uuuuum, ¿Yuuki? —Era una voz que casi parecía que se desvanecería. Tenía la cabeza gacha mientras lo miraba—. Chiyo…, verás… A decir verdad, a veces es un poco desafortunada en la cabeza.
—…
—Así que no se puede confiar en ella para cosas así.
—…
—En vez de creer en lo que ella dice, deberías creer en lo que voy a decir. Cierto, tienes que creer en mí. Sí. De todos modos, verás, lo que dijo Chiyo es una total mentira…
—…
Sekai claramente tenía miedo. ¿Miedo de qué? Él no lo sabía. No, tenía cierta idea al respecto, pero Yuuki no estaba seguro de si la entendía con exactitud. Aún si tuviera el poder para hacer que Chiyo lo reconociese, seguía sin ser un dios. Solo había una cosa clara. Ella tenía miedo de algo. Por muy obvio que fuera, era algo a lo que le temía lo suficiente como para mentir.
—…
Yuuki continuó mirándola fijamente. Directo a ella. Asegurándose de que no rebajar la presión que estaba imponiendo sobre ella.
—…
Sekai dejó de dar excusas, y empezó a menearse con incomodidad—. ¿Cómo debería decir esto…?
Rascándose las mejillas, Yuuki vociferó—: Primero lo primero, me gustaría decir algo.
—¿Q, qué cosa?
—Para ser franco, todo lo que quiero saber es tu respuesta a mi propuesta.
Pachikuri. Los ojos de Sekai temblaron levemente.
—Sea un sí o un no, al menos me gustaría oírla. El tema quedó en el aire, a fin de cuentas. Eso es todo lo que quiero saber ahora mismo, así que cualquier otra cosa realmente no me importa.
—¿No te importa…? —La expresión de Sekai quedó congelada en un estado que parecía estar dolida pero triste.
Exaltado, Yuuki continuó con su declaración anterior—: No, espera, eso es muy fácil de malinterpretar. Cuando digo que no me importa, solo digo que voy a aceptarlo todo. Por eso mismo, seas una diosa o un demonio, nada de eso importa realmente… ¿o algo así?
—¿Lo aceptarás…?
—Sí. Bueno, es que me gustas, Kanaruzawa.
—¿¡…!?
Con un puf, la cara de Sekai de tornó roja.
Yuuki, dándose cuenta del significado de sus propias palabras, también quedó con la cara roja—. No, bueno, perdón. Puede que lo haya dicho de forma muy directa. Es una mala costumbre mía.
¡~~! ¡~~!
—Por lo que sería genial que no entraras en pánico. Calmémonos por ahora, ¿bien? No hay necesidad de estar jadeando por aire como un pez dorado en tierra. Venga, respira hondo. Suuu, jaaa. Suuu, jaaa… ¿Ves? Ahora inténtalo.
—… Suuu, jaaa. Suuu, jaaa.
Sekai siguió la idea con total seriedad. Sincronizando su respiración con la de Yuuki, inhaló y exhaló. El único sonido que se podía oír en la sala era el ritmo de la respiración de ambos en forma unísona.
 
Ch.10
 
—Ahora bien. —Yuuki continuó con la conversación—. Después de expresar esos sentimientos, me gustaría cambiar un poco la conversación.
—S, sí.
—No tienes que responder, pero ¿por qué no fuiste a verme? Ni siquiera viniste a la escuela, después de todo.
—… ¿Y eres tú quién lo dice?
—Soy muy consciente de mis propios defectos, pero perdóname ahí, por favor.
Muu.
Sekai afinó levemente los labios. Viendo cómo se encontraba ahora mismo, parecía haber recuperado un poco de compostura.
—Siendo honesta… —Empezando sus palabras, las pequeñas agitaciones volvieron a ella—. No me imaginé que hoy terminaría de este modo. Es por eso que no me preparé para reunirme contigo así. Si no fuera por la maldita sirvienta, seguiría encerrada sola en mi habitación.
Y entonces, levantando la mirada, preguntó—: ¿Qué tanto escuchaste sobre eso?
—¿Hablas de…?
—Seguramente habrás escuchado algunas cosas por parte de Chiyo. Quiero saber qué y cuánto escuchaste al respecto.
Uuuuum, déjame ver.
Yuuki lo explicó tan detalladamente como pudo. Sobre las cosas que pasaron con la ahora despedida sirvienta antes de encontrarse cara a cara con Sekai. Sobre cómo ella era una diosa. Sobre cómo había rechazado cualquier interacción con el mundo exterior para vivir en soledad. Sobre cómo había protegido este mundo durante más de mil años. Sobre cómo había cumplido con su deber todo este tiempo, causando que se le debilitara el cuerpo.
… Era una historia difícil de creer, pero él debía creerla. Más bien, no había nada más en lo que pudiera creer.
Había muchas cosas sobre ella que estaban mal. Un aura que la hacía parecer inhumana cuando se la miraba. Su falta de habilidades comunicativas. Y que cuando salía de la mansión, ella quedaba conmovida como una niña pequeña que veía todo por primera vez.
—Como se esperaba, te lo contó todo. Esa maldita sirvienta… —dijo Sekai chasqueando la lengua—. Perdón, Yuuki. La verdad no quería que supieras nada de esto. Espero me perdones.
—No, al contrario. —Yuuki meneó la cabeza—. Me preocupa más el porqué, a decir verdad. Estaría bien que me hables de estas cosas, ¿no te parece?
—… Te lo tomas muy a la ligera.
—Me cuesta un poco seguir el ritmo de todo esto, pero —interrumpió— eres la diosa que por sí sola protege a este mundo, ¿cierto? Entonces, por supuesto que habría unas cuantas cosas bastante problemáticas. No es trabajo fácil, después de todo, y probablemente haya un montón de cosas sospechosas en las que estás envuelta. Por eso a alguien como Chiyo cerca de ti para que te protegerja de todo eso, ¿no es así?
—Bueno, sí. Eso definitivamente es cierto.
—Y lo dije antes, ¿no? Seas una diosa o un demonio, tú eres tú. Aceptaré todo sobre ti.
—… Sigues tomándotelo muy a la ligera.
—Me disculpo si eso es lo que parece. Soy alguien que suele llevar las cosas hasta los extremos.
—Fumu. —Sekai sonrió con ironía. No era una sonrisa con mal matiz. Es como si fuera la dueña de un perro indisciplinado que saltó sobre un visitante y había lamido todo el rostro, o algo así—. Parece que realmente he perdido la cabeza.
Diciendo eso, Sekai se llevó su taza de té a la boca. Era el último Earl Grey que había hecho la ya despedida sirvienta… Bueno, lo más probable es que no será el último.
—Hasta hoy he pensado en muchas cosas. Desde que me propusiste matrimonio, he pensado en muchas cosas.
—Sí. Claramente. —Yuuki asintió en silencio.
—«¿Está realmente bien que sea yo?», «¿que no llevamos muy poco tiempo conociéndonos?»; cosas de ese estilo.
—Sí. Entiendo eso.
—Además, soy una diosa. ¿Está bien que una diosa se case? Además, tú sigues siendo joven, pero yo soy solo una anciana que ya pasó su apogeo. Pensando en todo esto, terminé con duda. Tal vez para ti, sin embargo, eso no sea problema alguno.
—Sí. Realmente no es un problema.
—Y entonces, cuanto más pensaba en todo esto, más confusión invadía mi cabeza, y así quedé atrapada entre la espada y la pared. Ya no podía moverme. Esa es la razón por la que no pude verte cara a cara.
—Sí. Ya veo.
—Esa es también una de las razones por la que dejé de ir a la escuela. Y bueno, también hay otras razones.
—Sí. Tal como pensé.
Mientras hacía sus propias interjecciones, Yuuki meneó con nerviosismo. No era mal ambiente. La expresión de Sekai era suave. En todo caso, se transmitía el sentimiento de esperanza y expectativa. Sin embargo, si ella realmente era una diosa, entonces el obstáculo terminaba elevándose significativamente. Los problemas terminarían amontonándose en una montaña.
—Más bien, ¿cómo deberíamos empezar nuestra vida matrimonial juntos? ¿Construimos una casa y ambos vivimos en ella? Y desde ahí, ¿a tener hijos y vivir felices para siempre? Sin embargo, como soy una diosa, no se me permite hacer lo que quiera con mi propio cuerpo.
—Esas cosas las discutiremos más a fondo en el futuro…, o algo por el estilo.
Y ese fue su límite.
Rascándose la cabeza, Yuuki se fijó en un patrón incrustado en el techo—. Ummm, Kanaruzawa.
—¿Dime?
—Va a ser difícil para mí esperar más tiempo. Sé que está mal apurarte, así que perdóname.
—¿…?
—¿Cuál sería tu respuesta? Eso me estaba preguntando.
—¿Qué respuesta?
—Es difícil decirlo, si me preguntas. Pero, ya sabes, es sobre la propuesta de antes.
—…
Sekai se quedó completamente en blanco.
Aunque Yuuki era quien quería hacer eso.
(Como era de esperarse, ¿habré sido un poco impaciente? ¿Dije algo raro en mis prisas? Nono, de ninguna manera. No dije nada raro…, creo.)
—¿Responder? —preguntó, confundida—. La respuesta ya debería haberse dado.
—¿Eh?
—¿No lo fue? Quiero decir, definitivamente recuerdo haber dicho: «Sí, estaré a tu cuidado».
—…
Esta vez le tocó a Yuuki ser quien quedara en blanco. Rápidamente buscó en su propia memoria. En efecto, ella realmente había dicho algo por el estilo. Definitivamente fue una aceptación positiva de la propuesta de Yuuki. Sí. Definitivamente lo era, pero…
—No, pero… ¿Sabes, Kanaruzawa-san?
—¿Dime?
—Es cierto que así fue, pero en ese momento parecías estar bastante confundida y que tenías la mente en blanco mientras simplemente decías que sí. Eso fue bastante problemático. ¿No fue así como pasó?
—Sí. Eso es bastante cierto.
—Además, justo después de eso, te fuiste a casa como si estuvieses huyendo.
—Sí. Me has demostrado que hice algo malo. Lo siento por eso.
—… Desde que eso ocurrió, terminé creyendo que aún no había recibido una respuesta para mi propuesta.
—Pero tampoco es que te hubiese dicho que no me agradaba la idea, ¿verdad?
—Ah. Sí. Eso… Bueno, ahora que lo mencionas…
Yuuki ladeó la cabeza.
Sekai ladeó la cabeza.
—¿Yuuki?
—¿Sí?
—Me acaba de dar la sensación de que hubo un malentendido entre nosotros.
—Sí. Yo también lo creo.
—Por cierto, yo había creído que la razón por la que viniste a verme era para discutir cómo avanzaríamos en nuestro matrimonio. Sin embargo, como dije antes, soy una diosa, una con bastante edad de por sí, e incluso tengo una posición propia en la que pensar. Estaba preocupada de cuántos de tus deseos podía satisfacer…
—¿Eh? ¿De eso estabas hablando?
—¿Eh? ¿No estabas hablando de eso?
Yuuki ladeó la cabeza.
Sekai ladeó la cabeza.
—¿Yuuki?
—¿Sí?
—Qué vestido de novia debería llevar, adónde deberíamos ir en nuestro viaje de luna de miel, cuántos hijos tendríamos. He estado pensando en todas esas cosas.
—Sí.
—Incluso estuve pensando en que pedirías mi cuerpo, y que yo no podría encontrar ninguna razón para negarme, así que… entré un poco en pánico.
—Sí.
—¿No pensabas en nada de eso?
—Sí, bueno, no creí haber recibido aún una respuesta a mi propuesta. En mi mente, quiero decir.
—Si ese es el caso… —La expresión de Sekai permaneció en blanco mientras soltaba una ligera pregunta—: ¿Eso significa que fui la única que se adelantó…?
—No, pero eso no es culpa tuya. —Yuuki, sintiendo gran apuro, continuó—: Originalmente, todo fue culpa mía. Fui un idiota al proponerte matrimonio en ese lugar y en ese momento. Y por esto las cosas se volvieron bastante molestas. Por eso creo que no tienes por qué dejar que te afecté. En serio.
—…
La continuación de Yuuki terminó en fracaso. Más bien, tuvo el efecto contrario.
La expresión en blanco de Sekai lentamente se tiñó de color a partir de sus mejillas. Se podía ver cómo cambiar de color en tiempo real. Su color de piel desapareció inmediatamente, convirtiéndose en un color ámbar como el de las manzanas.
Jaauuaaa
La expresión en blanco se desmoronó. Y así sin más, Sekai se sentó en el sofá, y se agarró las rodillas.
—Qué… —Una voz gritona se oyó venir de dentro de la manta—. Qué vergonzoso… es tan vergonzoso…
Uuuum, ¿Kanaruzawa…-san?
—Todo se acabó para mí. No hay manera de que pueda seguir viviendo después de cometer un error como ese. Quiero desaparecer. Solo quiero convertirme en alga.
Uuuuuum
(Eso sería problemático), pensó Yuuki. Si se convierte en alga marina, entonces su propuesta quedaría arruinada.
—Muy bien. Hagamos esto, entonces.
Yuuki asintió para sí. Luego, después de poner las manos sobre la manta, jaló de golpe.
—¿¡…!?
Habiendo caído la barricada, llegó a la vista una Sekai de ojos llorosos. Yuuki la sostuvo tal como estaba.
—…
Ella se congeló. Envuelta en los brazos de Yuuki, el tiempo de Kanaruzawa Sekai se detuvo. Tenía los ojos muy abiertos y estaba tan sorprendida que no se movió ni un milímetro. No, ella no podía moverse. Sus ya rojas mejillas sobrepasaron su límite y se volvieron aún más rojas.
—Yu…
El tiempo se movió. Sus labios temblorosos de alguna manera fueron capaces de emitir un sonido.
—Yu…, Yu…, Yu…, Yuu…, Yu…, Yuu…
—Bueno —interrumpiéndola, Yuuki explicó—: Si desaparecieras, sería muy problemático. Por lo tanto, si hago esto, no podrás irte.
—¡…!
—No, perdona. De alguna manera, tras haber dicho eso, se volvió bastante embarazoso. —La cara de Yuuki también había empezado a tornarse roja. Su expresión mostraba incomodidad, pero nunca dejó de rodearla con los brazos—. Digo esto solo por si acaso, pero no es una broma. La propuesta y todo eso.
—…
—Sigo siendo un estudiante de secundaria, y no ha pasado mucho desde te conocí. Sin embargo, aún hablo en serio. No tengo ninguna intención de retirar esa declaración.
—…
—También diré esto ahora: quiero dar mi vida para protegerte. No pensé en el vestido de novia, el viaje de luna de miel, o los niños, pero quiero que vivas feliz para siempre.
—…
—Bueno, en términos de qué hacer específicamente… Todavía soy muy joven, así que aún no lo he pensado bien, pero todo eso está incluido cuando digo que quiero estar contigo.
—…
—En definitiva, te amo. Mis emociones terminaron así, de alguna manera. Aunque me sigue sorprendiendo.
—…
Confirmando ella que se había calmado, Yuuki la liberó gentilmente de sus brazos. Sekai estaba roja radiante mientras miraba a Yuuki con asombro. Esos ojos húmedos estaban totalmente enfocados en él.
—Como tal, déjame decirlo de nuevo: Kanaruzawa Sekai-san. Cásate conmigo, por favor.
—…
Sekai se cubrió la cara con ambas manos. Y, tal cual estaba, sacudió la cabeza a diestra y siniestra. Repetidamente.
Uuum. ¿No quieres?
Sekai agitó la cabeza de manera aún más violenta.
—Yo… —Y entonces, con un quebrando en su tono—. Yo estoy feliz… muy feliz… feliz más allá de lo creíble, Yuuki. Estoy tan feliz que podría morir.
—Ya veo. Eso es… bueno. Sí. Verdaderamente lo es.
—He vivido todo este tiempo hasta ahora…, pero nunca imaginé que llegaría a ser tan feliz… De veras, de veras… jamás me lo habría imaginado…
Gusu. Después de sonarse la nariz, Sekai se sentó recta.
—Yuuki. Responderé una vez más.
Le floreció una sonrisa. Como el aliento de un dulce bebé, y a su vez, como una gran rosa, ella declaró—: Sí, estaré a tu cuidado.
Ý así, ambos se casaron alegremente.
 

 
Después de eso, hubo una ráfaga de acontecimientos.
Primero, la sirvienta despedida fue llamada y regresó a la escena actual. Con una expresión serena, los felicitó, escuchó los regaños que le llovieron por parte de su ama, se burló un poco de la pareja que se había unido felizmente, y no olvidó organizar bien la situación en medio de todo eso.
Un matrimonio legal era imposible. No obstante, eso realmente no tenía sentido en la situación actual. Y así pues, la relación entre Yuuki y Sekai se convirtió en una en la que se daban la vida a cambio del apoyo del otro.
Preguntas sobre su vida futura juntos también llegaron volando. Persiguiéndose entre sí bajo un ambiente amoroso, Yuuki y Sekai encontraron refugio en esa dulzura. Sin embargo, realmente no había más opción que resignarse al destino. Después de todo, Yuuki comprendió cuán imprudente tenía que ser para llegar aquí y lo desaconsejables que eran esas acciones.
Sin embargo, aún en este estado de saco de arena, hubo una pequeña buena noticia.
Y llegó de la forma más inesperada.
—Yuuki —dijo Sekai mientras se acercaba, pareciendo algo apesadumbrada—. Mi cuerpo… de alguna manera se siente mejor.
Y no quedó ahí. Sorprendentemente, ella pudo pararse frente a Yuuki, e incluso caminó unos cuantos pasos sin siquiera necesitar de un bastón. Es como si fuese una persona perfectamente sana.
Chiyo le dio una explicación a Yuuki, que estaba pasmado con los ojos bien abiertos. Resulta que Kanaruzawa Sekai recientemente había estado pasando bastante tiempo haciendo mucha rehabilitación, sin escatimar dinero en el mejor personal médico, y después de mucho esfuerzo, ella logró recuperarse espléndidamente.
—Eso es asombroso. Más bien, me hace muy feliz. —Yuuki le mostró una gran sonrisa—. Si ese es el caso, entonces podrás tener una vida escolar normal. Podrás socializar de manera normal, y lograrás disfrutar de tu vida con normalidad… Ah, ya veo. Si ese es el caso, también podremos pensar en el viaje de luna de miel con anticipación. Sí. Iremos de luna de miel en un futuro cercano. Definitivamente.
Sekai, que se había puesto roja por la insistencia de Yuuki, le dio una patada en la espinilla.
 

 
En cuanto al momento del matrimonio, o más bien del anuncio del compromiso, todo terminó de forma horrible.
Kirishima Haruko, que era demasiado sorprendente y perspicaz para su edad, terminó persiguiendo a su hermano, forzándolo a confesar después de notar lo muy sospechoso que se volvió su comportamiento. A partir de ahí, los acontecimientos se volvieron bastante extremos, por lo que se omitirán los detalles.
La disputa con su hermana seguía en curso. Yuuki no solo tenía que hacer preparaciones para el matrimonio, sino que también se vio obligado a hacerle frente a Haruko.
 

 
Y así, Yuuki se olvidó del pasar del tiempo.
A fin de cuentas, ¿qué es una diosa?
¿Qué tipo de existencia era? ¿Qué hacía para proteger este mundo?
Preguntó, por supuesto, mas no pudo obtener una respuesta. La situación era demasiado buena, demasiado movida, demasiado pacífica como para eso. Sin una respuesta, el tiempo siguió fluyendo con alegría.
Y aunque dijo que daría su vida para protegerla, antes de verse obligado a hacerlo, tendría que esperar hasta el próximo invierno.


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