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Monrabu — Volumen 2, Capítulo 7

Buenas, buenas. Les traigo los dos capítulos que faltaban de este volumen + las notas del autor.

Por cierto, cuando estaba traduciendo este capítulo se me ocurrió cambiar las comillas de diálogo por guiones así que de aquí en adelante habrá puros guiones de diálogo :v
(Igual se cambiarán las comillas de los capítulos anteriores, muy paulatinamente).

Espero disfruten estos capítulos OwO


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No fue hasta Julio que Kanaruzawa Sekai pudo regresar a las clases.

Originalmente, eso serían buenas noticias.

¿Por qué? Porque mientras tanto él podría hacer preparativos.

 

 

—¿Kanaruzawa no había dicho que no le importaba?

Yuuki le contó a Koiwai Kurumi.

—Es un hecho que sus zapatos fueran escondidos de esa manera es una forma de acoso. No puedo dejarlo así y no hacer nada.

—Mmm… Supongo…

Kurumi se puso un dedo en el mentón— Como también soy una representante de clase, supongo que no puedo pasarlo por alto. Después de escuchar algo como eso, claro.

—¿Ayudarás?

—¿A encontrar al culpable?

—Bueno, por supuesto que se llegaría a eso. Pero no me agrada verlo de esa manera.

—Muy bien, te ayudaré. Sin embargo, no esperes demasiado, ¿de acuerdo? Estoy en una posición un poco difícil, después de todo.

—¿Una posición difícil?

—Lo descubrirás muy pronto.

 

 †

 

La predicción de Kurumi fue acertada.

Se manifestó en la forma de una llamada. Lo llamaron a la sala de terapia.

—Se dice que tú y Kanaruzawa estaban en el parque, haciendo daños innecesarios y sacando flores.

Yuuki, sorprendido por la declaración del maestro, contraargumentó.

Es cierto que terminamos arruinando algunas flores. Sin embargo, la mayor parte de lo que se utilizó era maleza en su mayoría compuesta de tréboles blancos. En el caso de las hortensias, sólo se eligieron para ser utilizadas las que estaban un poco marchitas. No me atrevería a llamarlo vandalizar o dañar las flores. Incluso limpiamos bien al terminar. Los niños y las esposas de todo el barrio también estaban muy content…

—Lo cierto es que hubo quejas.

El terapeuta, aun enfrentándose a la actitud confrontadora de Yuuki, habló resueltamente.

—No me importa si realmente vandalizaste o no el parque, pero también te han suspendido de la escuela por violencia, ¿verdad? No importa cómo lo digas, la impresión que le das a otras personas es mala. Deberías tener más cuidado con la forma en que actúas.

—…

—Esta vez, esto concluirá con una advertencia severa. De ahora en adelante, ten cuidado.

 

 

… Como eso pasó, las cosas se pusieron un poco difíciles.

Añadiendo a eso, Sekai sólo fue acosada una vez. No había pruebas, y como ella no había vuelto a la escuela, no hubo otra ocasión del acto. Sin que se pudiera probar, ninguno de los maestros haría un movimiento.

(La verdad es que no les parecía tan importante. Buscar al culpable, quiero decir.)

Además, Kanaruzawa Sekai era alguien que se alegraba porque escondieran sus zapatos. Ya sea que el acoso continúe o no, su vida no se vería muy afectada.

(Aun así, ella podría caer en algo más grande. Si hay algo que se pueda hacer, entonces tengo que hacerlo.)

Dicho esto, seguía siendo un problema difícil. Haciendo el esfuerzo, Yuuki conversó con sus compañeros de clase, buscando cualquier pista que pudiera haber, e intentó hacer un seguimiento de la situación de Sekai. Sin embargo, todo lo que obtuvo fue miedo y repugnancia, respuestas que no eran muy buenas. Más bien, al hacer eso, Yuuki había terminado haciendo que los demás se pusieran extrañamente en guardia.

(Soy alguien a quien odian tanto…)

Como era de esperar, es un poco deprimente. Lo imposible era imposible. Si llevara las cosas aún más lejos, probablemente terminaría convirtiéndose en una situación aún más problemática.

—Perdón, esto es difícil —Kurumi se disculpó mientras juntaba las dos manos—. También probé varias cosas. Hacer un seguimiento del problema, buscar al culpable. Probé un poco de todo. Pero, parece ser imposible.

—¿Parece ser imposible?

—Ummm… —Después de masticar sus palabras por unos momentos—. Yuuki-kun, tú no tienes amigos, ¿verdad?

—Es como dices.

—Casi no interactúas con nadie de la clase, ¿verdad?

—Cierto.

—Por eso… puede que no lo sepas, pero, Yuuki-kun, sobresales bastante. En esta escuela.

—No. Quiero decir, no entiendo eso.

—No, realmente no creo que lo entiendas. —Hablaba de una manera que parecía estar esforzándose—. Seré su aliada, y haré todo lo que pueda para ayudarte. Eso es definitivamente cierto. Pero más allá de eso… Sí, no te puedo garantizar nada. ¿Entiendes lo que digo?

—Entiendo que es algo de lo que te cuesta mucho decir.

—Por el momento, sólo estaré observando para ver cómo se desarrollan las cosas. Dejaré el resto en paz, o algo así. Estoy en un pequeño aprieto, si sabes a lo que me refiero.

… Yuuki no es estúpido. A pesar de los rodeos que Kurumi estaba dando, él creía entender lo que ella intentaba dar a entender. Aun así, sabía que no había otra opción más que seguir adelante. Por lo menos, Kanaruzawa Sekai, en sí misma, sería la que más lo necesitaría.

 

 

En un día de Julio. Kanaruzawa Sekai vino a la escuela por primera vez en mucho tiempo.

—Yuuki. ¿Hoy volverá eso?

—¿A qué te refieres?

—Mis zapatos. ¿Serán tomados por alguien otra vez?

Era un día soleado de cara a la próxima temporada de lluvias. Bajo el cielo azul, mezclándose con los estudiantes que iban a la escuela, la voz de Sekai se mostró entusiasta.

—No creo que se los hayan llevado —respondió Yuuki con indiferencia—. Hice algunas cosas para asegurarme de que no ocurra lo mismo.

—Fumu, ya veo. Me siento un poco triste al respecto, pero… si ese es el caso, entonces está bien.

Sekai estaba de buen humor. Fuun, fuun, fuun, tarareaba e incluso saltaba enérgicamente mientras avanzaba. Si sigues haciendo eso, tu condición terminará empeorando de nuevo…, era algo que Yuuki no iba a decir.

En su lugar, dijo algo más.

—Sekai.

—¿Sí?

—Yo soy tu aliado, ¿está bien?

—Yo también soy tu aliada —respondió Sekai inmediatamente—. Pase lo que pase, siempre seré tu aliada. Por supuesto, probablemente terminaré siendo cuidada por ti y no seré de mucha.

Era una sonrisa sin ninguna mala intención. Como una sábana blanca nueva y limpia. Yuuki era consciente de que podría ser una forma deprimente de pensar. Pero él quería proteger esta sonrisa. Asegurarse de que no se marchite, pase lo que pase.

 

 

Cuando entraron en el aula, el estado de ánimo se estancó al instante. Sus compañeros de clase, que en un principio estaban rebosantes de conmoción matutina, se callaron rápidamente y dejaron de conversar. Observando a los dos recién llegados, desviaron inmediatamente sus miradas. Tsk, incluso hubo el sonido de alguien chasqueando la lengua. La conmoción volvió enseguida.

Yuuki, que se encontraba quieto, retomó la marcha, con Sekai siguiéndole de cerca. Los dos llegaron a sus propios asientos. Sekai suspiró aliviada, como si acabara de terminar un largo viaje.

Mientras pensaba que esa apariencia era bastante encantadora, Yuuki observó su entorno y advirtió que Kurumi no estaba en el aula. Era inusual, pero no algo que nunca sucediera. Ella era la representante de clase y tenía muchos amigos, probablemente estaría ocupada con algo.

Hoy no habría un saludo matutino…

—¿Por qué vino?

Una voz salió de algún lado.

—¿Tiene algún sentido que venga? Probablemente terminará en la enfermería de nuevo.

—Ni siquiera asiste adecuadamente a las clases.

—Es probable que ni siquiera tenga suficientes créditos. Es imposible que se gradúe.

No era una sola voz.

No era una sola, y tampoco venía de una sola dirección. Desde todos los rincones del aula, independientemente del género, del grupo, todos susurraban.

—Eh, ¿escucharon sobre eso?

—¿Sobre lo del parque y las flores?

—Escuché de eso. Es descabellado.

—No, más bien, es espeluznante.

—Te hace preguntarte, ¿qué es lo que ella estaba pensando?

—Si ni siquiera viene a clases. No, sería genial que no viniera.

… Creyó estar preparado.

Incluso con todo el poder que Yuuki tenía, él no podía ser quien liderase el camino. No podía remover la imagen negativa que la gente tenía de la estudiante transferida. Por eso mismo, se había preparado para que se produjera este tipo de reacción.

Sin embargo, nunca se imaginó que vendría tanto a la vez.

(Sekai está…)

Miró hacia la persona que estaba recibiendo a pleno todas esas emociones negativas. En su rostro había una sonrisa y a su vez una expresión de vergüenza e inquietud. Como si no supiera exactamente cómo manejar la situación. Como era de esperar, ni siquiera Kanaruzawa Sekai podía estar contenta en esta situación en la que estaba sujeta a tantas intenciones negativas.

(¿De debería hacer?)

Sería fácil de detener.

Bastaría con mirarlos de frente. También estaría bien marcharse forzosamente. Incluso sería aceptable pedir ayuda externa. Pero, ¿es eso lo que realmente debe hacerse? Esa no era realmente una solución simple, ¿verdad? Más bien, ¿cuál sería una solución simple, en primer lugar?

—Además, el sombrero y la peluca. ¿Qué pasa con eso?

—¿Está tratando de estar a la moda? No puede ser.

—Es tan desesperado que hace gracia. ¿Tanto quiere venir a la escuela? ¿No es eso algo sin sentido?

—No estará conectada con el consejo, ¿verdad?

—Si es así, entonces le resultará fácil graduarse. Pan comido, prácticamente.

—También sería fácil conseguir una recomendación para la universidad.

Uwa, eso es asombroso pero definitivamente parece posible.

… ¿Una solución simple? Algo así no importa en lo absoluto, pensó Yuuki.

No era de los que tienen mal genio. Incluso la última vez que recurrió a la violencia, sólo lo hizo porque era necesario. No le gustaban las tácticas de golpe con fuga¹ y, además, sentía que no debía pelear sin antes prepararse.

(¿Eres idiota? Esto se volvió así porque siempre dices esas cosas.)

Se mordió el labio. El mejor método. La mejor resolución. Por haber apuntado a eso, la situación actual se tornó así. En realidad, bastaba con actuar; las personas que eran importantes para Yuuki estaban siendo sometidas a acciones injustas, y ya era suficiente.

—Pero más importante, sobre Kirishima. ¿No era que él malo también?

Ah… puede que eso sea verdad…

—Como ella está con Kirishima, ¿también fue atraída hacia ese lado?

—Y da un poco de miedo.

—También lo han suspendido antes, ¿no? Por una pelea o algo así.

—Entonces, no se puede evitar. Los pájaros de un mismo plumaje vuelan juntos.

Ya estaba furioso. Desde que escondieron sus zapatos. Estaba furioso hasta el punto de no retorno.

—¿Crees que estén saliendo? ¿Los dos?

—Entonces, ¿será que ya lo habrán hecho?

—Probablemente ya lo hicieron. Parecen estar muy apegados, después de todo. Igualmente no sé qué estarán pensando

—¿Escapar de la escuela para ir a un hotel del amor? Parece bastante probable.

Si no se enfadaba ahora, entonces ¿cuándo iba a hacerlo? Ojo por ojo. Una lucha mezquina por una terrible humillación. ¿No suena como la combinación perfecta?

Respiró profundamente en silencio.

El interruptor dentro de él se accionó, y justo cuando estaba a punto de levantarse y patear su silla…

¡Plum!

En el aula se escuchó un sonido retumbante.

No era el sonido de Yuuki poniéndose de pie.

La línea de visión de todos los que estaban en el salón de clases se congregó en un mismo punto. Todos se concentraban en la imagen de Kanaruzawa Sekai, que había derribado su escritorio de forma contundente.

(… ¿Eh?)

Yuuki fue tomado por sorpresa.

Y no sólo era él. Todos los que estaban allí tenían la boca abierta, sorprendidos, como si hubieran visto un relámpago en un día perfectamente despejado.

—Escúchenme, todos ustedes. —Sekai lentamente juntó los pies como ella se los ordenó. Su expresión era serena y fría. Como un soberano que observaba su… no. Más bien, era como un dios mirando hacia abajo desde los cielos—. Está bien si hablan mal de mí. Ni siquiera me importa si esconden mis zapatos. Todas esas acciones son bastante lindas para ser honesta. Lo recibo con mucho gusto, así que háganlo todo lo que quieran. Sin embargo…

Se sacó un puro de su bolsillo. Nadie dijo nada mientras ella encendía el tabaco con una llama, sólo miraban. No, sus bocas no lograban emitir sonido alguno.

—No los perdonaré por insultar a mis amigos. Nunca.

El tono de su voz era tranquilo. Y al mismo tiempo, era un tono autoritario. Era directo, sin dejar lugar a malentendidos. No había nada que nadie pudiera hacer salvo escuchar. Algo en su interior parecía decir que no podías ignorarle.

(… Válgame.)

Gokkuri, Yuuki hizo un ruido al tragar saliva.

Todos estaban abrumados. Por la majestuosidad de todo esto. Total y completamente abrumados. Era de otra dimensión. La diferencia entre un niño y un adulto era demasiado pequeña para compararla. La diferencia entre un humano y un bicho podría ser más comparable. Obligándote a postrarte ante ella. Así era como se veía Kanaruzawa Sekai en estos momentos.

—Yuuki.

Todo el lugar se quedó en silencio; entendiendo lo que se había dicho, todos se vieron obligados a tragarse sus propias palabras.

—¿Puedo pedirte algo?

—¿S-sí? —Liberado del hechizo, Yuuki se pronunció—: Por supuesto. Pídeme lo que quieras.

—Gracias. Entonces, si te es posible… —diciendo eso, Sekai mostró una mueca de dolor mientras sonreía.

Fue ahí que Yuuki finalmente lo supo. La chica que él conocía muy bien, había regresado en ese momento.

—¿Puedes llevarme a la enfermería? Hablé demasiado y ahora no me siento muy bien.

 

 

No había más nadie en la enfermería. La enfermera estaba en su descanso o aún no había llegado al trabajo. Solo las manchas flotantes de polvo y la luz del sol de la mañana saludaban a Yuuki y Sekai desde dentro de la habitación.

—Perdón, Yuuki —acostada en la cama, esas fueron las primeras palabras que salieron de su boca. Desviando su mirada, Sekai se disculpó—: Con esto, tu posición en la clase probablemente se volvió aún peor. No tengo excusas.

—… ¿Qué? —Yuuki se sorprendió. Nunca esperó que la conversación comenzara con esa frase—. ¿Qué dices? No le pasó nada a mi posición. Más bien, ni siquiera me interesa.

Se rascó la cabeza.

Ella había bajado la cabeza como si se estuviera disculpando con alguien a quien había atropellado con su auto. Así es como se sentía.

—Yo debería estar agradeciéndote en realidad. Si no, no sabré qué hacer. Pusiste tu cuerpo en peligro por mi bien, después de todo.

—Sólo me sentía frustrada. Sin pensarlo terminé diciendo lo que pasó por mi mente. Probablemente, nadie en la clase piensa bien de nosotros.

—No hay manera de que sea así. Mejor dicho, eso ni siquiera es importante. —Meneó la cabeza—. A estas alturas es como… ¿a quién le importa el resto de la clase en esta situación? En serio. Fue sorprendente, o más bien, terminé viendo algo grandioso.

—Fue bastante vergonzoso. No tengo absolutamente ningún control sobre mis emociones.

—Nono, yo decía que…

Se calló por un momento. Si esto continuaba, el debate sin sentido no tendría fin. No quería tener una conversación así.

—Yo… —Se tomó un momento—. De alguna manera vi… ¿tu espíritu? O algo así terminé viendo, creo. Fue hipnotizante. Más bien, fue conmovedor. Eres del tipo que pueden hacer las cosas cuando hay que hacerlas.

—Por favor, para con ese método de alabanza. No hice nada por lo que debiera ser felicitada.

—Me alegré mucho. Sobre esas cosas que dijiste por mí. Debió haber sido al revés. Yo debí ser el que dijera ese tipo de cosas por tu bien. Me hace sentirme algo lamentable al punto de tener ganas de llorar.

—Eso no es verdad. Ya has hecho muchas cosas por mí. Me ayudaste mucho.

—¿En serio? Si ese es el caso, entonces supongo que está bien.

—Te lo garantizo. Puede que te malinterpreten fácilmente, pero eres un buen hombre. Por eso, cuando oí a otras personas hablar mal de ti, no pude soportarlo.

—Sí. Ya veo. —Mientras asentía con la cabeza, de repente se sintió avergonzado—. Dejando eso de lado, ¿qué pasa con esta situación? Ambos alabándonos el uno al otro. ¿No se siente un poco raro.

—No se siente nada mal. Lo que debería ser alabado, no es nada raro —dijo Sekai con obstinación.

Yuuki aceptó la afirmación de la que ella parecía tan segura. Los dos ya tenían ese tipo de relación—. Es verdad. Ya nos volvimos muy cercanos. Desde que nos conocimos, solo han pasado unos meses. ¿No es raro?

—Yuuki, todo es gracias a ti. Que me hayas cuidado tanto es la razón por la que la yo de ahora existe actualmente. Pese a que acompañarme es probablemente una tarea bastante problemática.

—Bueno, sí. Si me preguntas si es o no problemático, diría que sí.

—Por supuesto, lo es… Gusu.

—No llores… Pero, en relación con esa naturaleza problemática, me gustaría pedirle una cosa.

—¿Algo que te gustaría pedirme?

—Sí. Nos llevamos bastante bien después de todo, escuchar al menos una de mis peticiones debería estar bien.

—No hace falta que me lo pidas formalmente. —Sekai asintió de forma exagerada. Desde la cama, miró a Yuuki con serios ojos—. Di lo que quieras. He estado bajo tu cuidado, después de todo. Escuchar una de tus peticiones es algo que se debe dar por sentado.

Oooh. Qué generosa.

—Al contrario, llevaba tiempo esperando que me dijeras esto. Haces muchas cosas por mí, pero nunca me pides nada a cambio. Es hasta el punto en que me preocupo un poco por ello.

—No, pero… mi petición es un poco irrazonable y quizá hasta… ¿imprudente? Para ser honesto, ni siquiera creo que tenga la confianza para decírtelo.

—No hay problema. Si es por ti, haré todo lo posible para cumplirla. Ya sea dinero o mujeres, prepararé cualquier cosa. Incluso si son un par de países aquí y de allá, lo más probable es que esté bien.

—¿¡Eso no es un poco exagerado!?

—Por eso mismo, tú solo dilo. No te retengas.

—Ya veo. Entonces, aceptaré tu oferta. —Yuuki sonrió.

Entonces, dijo esto.

—Kanaruzawa Sekai-san. Por favor, cásate conmigo.

—…

El tiempo se detuvo.

Al final de la temporada de lluvias. El comienzo del verano.

La propuesta que salió de su boca con tanta facilidad, permaneció y resonó en la caliente y húmeda enfermería.

—S…

Sólo el cantar de los pájaros y las voces de la clase de educación física colmaban el silencio, durante el cual Sekai tenía una expresión de perplejidad en el rostro.

—Sí. Estaré a tu cuidado.

Oooh. —Yuuki quedó algo sorprendido—. Nunca pensé que recibiría una respuesta afirmativa al instante. Eso es bastante asombroso.

—… —Sekai estaba callada.

Yuuki ladeó la cabeza en confusión

—No. ¿Eh? ¿Sí? —Sekai también ladeó la cabeza.

—Yuuki. ¿Qué acabo de decir?

—Sí, estaré a tu cuidado. Eso fue lo que dijiste.

—Fumu, ya veo. —Parecía seguir tratando de comprender algo. Medio aturdida, miró al techo, luego desvió la mirada hacia la ventana, antes de volver a mirar a Yuuki—. A propósito, Yuuki.

—¿Dime?

—¿Qué dijiste recién? ¿Qué me pediste?

—Kanaruzawa Sekai-san. Por favor, cásate conmigo. Eso fue lo que dije.

—Está bien si es malinterpretación mía, pero…

—¿Hm?

—Eso que dijiste, en esencia, ¿fue una propuesta de matrimonio?

—Sí. Eso es correcto.

—…

Una vez ella se quedó en silencio. Empezó a mirar con ojos borrosos que parecían semidormidos. Luego se puso roja. Empezó por sus mejillas y luego se extendió a sus orejas.

—… No. No. Nonono. Espera. Espera un momento, Yuuki…

Ah. Como se esperaba, ¿es un no?

—No, no es eso… ¡No es eso en absoluto!

— Me dijiste que preguntara cualquier cosa, así que no me contuve y terminé diciendo lo que quería. ¿Estuvo mal?

—Sí dije eso. Es cierto. Aun así…

Meneó la cabeza. Todavía acostada en la cama, se llevó las palmas a la cabeza. Aún era de madrugada, pero su cara estaba roja como el atardecer.

—¿Cómo debería decirlo…? Cierto, ¿no es raro? ¿Por qué te declaraste aquí y ahora? No me engañarás. No importa cuán carente de sentido común sea yo, al menos sé de esto. No puedes engañarme.

—No estoy tratando de engañarte. Me estoy declarando. Yo, Kirishima Yuuki, acabo de pedirle a Kanaruzawa Sekai su mano en matrimonio. En serio.

—… No. Nonono.

—Si no puedes creerlo, ¿deberíamos grabarlo? Entonces, ¿habría que pedirle a alguien que sea testigo?

—Nonononono. —Meneó la cabeza con ojos llorosos. Su cabello se mecía de un lado a otro, ondeando en el aire, y su boca expresaba nerviosismo.

—Es cierto que la forma en que te propuse matrimonio pudo haber sido mala, pero pensé que el estado de ánimo no era tan malo. Así que creí que ahora sería el mejor momento.

—Buen ánimo… No, bueno, es verdad que no estuvo mal. Yo pienso lo mismo.

—Además, al menos traté de dar algunas advertencias. Me pareció haber hecho algunas declaraciones al respecto. ¿No lo entendiste?

—Ah. ¿Eh?

—Ya veo. No lo entendiste. Quizá le di muchas vueltas. —Yuuki sonrió con ironía.

Los ojos de Sekai estaban muy abiertos.

—Más importante… —Su desesperación aumentaba constantemente—. ¿No eres todavía un estudiante de preparatoria? ¿Es esa una edad en la que te puedes casar?

—No, bueno, no puedo. Pero en unos años sí podré.

—¿Qué hay de tus padres? ¿Y tu hermana menor? ¿Ellos serán capaces de aceptarlo?

—Me gustaría que lo hagan, pero aún si no lo hacen, está bien. Ya me decidí.

—Además… Además, ¿está bien? ¿Conmigo? ¿En serio?

—Tú eres la indicada. Más bien, eres la única. No he vivido mucho más de diez años, pero lo sé. Sólo ha pasado poco tiempo desde que nos conocimos, pero lo sé. Para mí, tú eres la indicada. Quiero vivir mi vida contigo.

—…

Una vez más, se quedó muda.

Estaba a medio llorar.

—No te pediré que me des una respuesta ahora mismo. —Tan amablemente como le era posible, Yuuki le fue explicando—: Me gustaría que lo pensaras un poco. Tú y yo. Tal vez viviendo juntos antes de casarnos. No, más bien, ¿se debería empezar con una relación normal de novio y novia? Bueno, de todos modos, terminaste gustándome. Enamorándome completamente de ti. Por favor, estaré a tu cuidado, o algo así. Sí.

—…

Sekai estaba congelada, como siempre. Se sostenía la boca con ambas manos, lágrimas le salían de los ojos.

—Ah… umm… —Su pánico crecía cada vez más

Apresuradamente, él trató de calmarla—: Perdón. Perdona. No quería hacerte llorar. No, enserio. Solo…

—Re… —dijo Sekai.

—¿Re? —respondió Yuuki.

Ella le gritó con una voz más fuerte—: ¡Recordé que había algo importante que tenía que hacer!

¡Fu! Echó la manta a un lado. Luego se alejó de la cama cálida por su propia cuenta.

—¡Recordé que tenía algo importante que hacer, así que me voy ahora! ¡Me iré a casa por hoy!

¿Eh? ¿Está todo bien? ¿Cómo te sientes? ¿No estabas mal hace poco?

—¡Todo eso se esfumó! —Con pasos vacilantes, Sekai abrió la puerta y dejó la enfermería sin mirar atrás—. ¡Puedo irme a casa sola, así que tú puedes quedarte! ¡Llamaré a Chiyo, todo saldrá bien!

—Ah. Sí. Si es así, entonces está bien.

—Bueno, entonces, ¡adiós! ¡Veámonos en otra ocasión!

Probablemente era la primera vez que la veía moverse tan ágilmente. Kanaruzawa Sekai terminó desapareciéndose de la vista de Yuuki.

—…

Manchas de polvo flotaban a la luz de la mañana. Los pájaros gorjeaban. Voces provenientes de la clase de educación física. Y Yuuki, que estaba completamente desorientado. Esas eran las únicas cosas que quedaban dentro de la enfermería.

—… ¿¡Agh!? —Yuuki se agarró la cabeza—. ¿¡Terminé diciéndolo!? ¿¡En serio lo hice!?

Su cuerpo se retorció de angustia. Expresó todo su sufrimiento a través de su cuerpo.

—No, cálmate. Cálmate, Yuuki. —Inusualmente abría la boca para hablar consigo mismo. Mirando hacia abajo a las palmas de sus manos, dijo a nadie en particular—: No todo es exactamente malo. ¿No es así? Terminé expresando mis verdaderos sentimientos de una manera honesta y directa. No hay problema. No hay problema en absoluto.

¿En serio?

¿Eso es realmente cierto?

Para un hombre, ¿esto no significaría haber tenido un éxito perfecto en el proyecto más grande de su vida? Más importante que eso, ¿cuáles eran los sentimientos de la otra persona? ¿Quizás le causó algún problema? ¿Debió haber dado algunos pasos más de antemano? En realidad, la otra persona se había puesto nerviosa y aprovechó la oportunidad para huir después de todo.

—¡No! ¡No puedo hacer ninguna defensa! ¡No puedo defenderme en absoluto!

Pisoteó el suelo. Agitó ambas manos como un actor de cine extranjero que reaccionaba exageradamente.

—¡Más bien, esto se volvió bastante embarazoso! ¿¡En serio dije algo así!? ¡Me sorprende que pudiera decirlo! ¡No lo volveré a hacer nunca más!

Sin embargo, no se podía evitar. Sus sentimientos terminaron siendo muy fuertes.

La débil Sekai.

La majestuosa Sekai.

La hermosa Sekai.

La llorona Sekai.

La problemática Sekai.

A medida que la apoyaba, sus sentimientos de amistad se condensaron rápidamente en la emoción fluida del amor…. entonces, tan natural como agua que fluye de una copa, su voluntad se solidificó. Todo en tan poco tiempo.

Si no lo hubiera dicho en aquel entonces, ¿cuándo lo habría hecho? Realmente no quería que nadie se quedara con ella, eso es lo que él creía firmemente. Verla con otra persona era algo que prefería morir antes que ver.

—¿Qué me pasa…? —Estaba solo, con la cara poniéndosele roja.

No terminó recibiendo un sí. Ese fue el resultado de la situación actual. Necesitaba hacer sus planes apropiadamente. Para que ella lo acepte, no, para que ella sea feliz más que nada.

 

 

Notas:

0– Crédito(s) son puntos académicos. Normalmente, éstos se consiguen simplemente asistiendo a clases y permaneciendo en el aula durante todo el transcurso de las clases.
1– “Hit and run” es un término normalmente usado para accidentes automovilísticos, pero existe una doctrina táctica llamada “Hit-and-run tactics”, cuyo propósito del combate es utilizar ataques flexibles sin compromiso para infringir daño a un objetivo y huir inmediatamente de la zona para evitar defensa y/o represalias del enemigo. Esta doctrina es utilizada en guerras de guerrillas.


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