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Last High Human: Capítulo 1

Sacrificio, arrepentimientos

Atravesé a otro asaltante con mi espada. Se desplomó en el suelo con un ruido sordo mientras concentraba mi vista en Deunan. Intercambiamos nuestras miradas, comprobando la situación del otro. Ella también lidió con sus oponentes sin mucha dificultad y les otorgó sus muertes.

Después de liquidar a los asesinos que quedaban, corrimos hacia la sala del trono. El ruidoso sonido de nuestros pasos resonaba por el pasillo principal mientras aumentábamos la velocidad, ignorando las paredes y el suelo ensangrentadas. En el mármol prístino del vestíbulo, entre las sesos y cadáveres de los enemigos, nuestros camaradas caídos finalmente descansaban en paz. Sus cuerpos tenían varias heridas y algunos desgarres, yaciendo ahí y allá, dispersados, todavía calientes de la carnicería.

Aunque sus muertes fueron dolorosas, sus caras no tenían expresión alguna.

Deunan y yo nos precipitamos hacia las grandes puertas que estaban al final del pasillo y nos lanzamos a través de ellas.

Hecho del mismo mármol prístino, con venas de oro corriendo a través, la sala del trono era por mucho la habitación más grande y lujosa del Bastión. Las paredes sur, este y oeste estaban adornadas con banderas extensas coloreadas con blanco y azul claro. El lado norte no tenía pared: estaba abierta de par en par, ofreciendo una vista sobre las calles de la capital. Justo antes había tres tronos: uno de Zircón, perteneciente a la Princesa. Uno de obsidiana, perteneciente al Príncipe heredero. Y finalmente, uno grande, hecho de Cristal Oscuro, perteneciente al Rey mismo.

A pesar de la situación, no pude evitar tomar un buen vistazo.

Dentro de la sala del trono, el rey estaba luchando con dos intrusos vestidos con túnicas negras. Ambos usaron magia intermedia: el intruso usó Espada de Hielo, mientras que el rey usó Lengua de Fuego y Arco en Llama.

Hélias III era un viejo en sus 80 años, con un largo pelo blanco. Su digna ropa roja destacaba sus ojos plateados y piel bronceada. Su cuerpo era grande y musculoso, dándole una fuerte apariencia varonil. Cualquier guerrero se sentiría avergonzado cuando se enfrentará a tal físico.

A veinte metros de ahí, otros dos intrusos vestidos en las mismas túnicas negras estaban luchando contra el príncipe heredero, Hélias IV, una versión de 30 años de su padre.

Tirados en el suelo alrededor de ellos había docenas de soldados muertos, ahogados con su propia sangre. Reconocí algunos de ellos, los cuales eran miembros de mi escuadrón. No es el lugar y hora correcta para morir.

Deunan se apresuró al lado del príncipe mientras que yo me acerqué al Rey.

Rhod: “Su majestad, ¿está herido?” -Pregunté entretanto desviaba la Espada de Hielo con mi escudo.

Rey: “No caeremos ante trucos tan infantiles, hijo. Ahora, ¿vos has venido a hablar o a combatir?”

Rhod: “No me disculparé.”

Levante mi escudo, colocándome entre el Rey y los asesinos.

Rey: “Necesitamos comprar tiempo para lanzar un fuerte hechizo.”

Corrí hacía el intruso mientras desviaba otra Espada de Hielo con mi escudo, ganando tiempo para que el Rey lance su hechizo más poderoso.

Empujé mi espada, apuntando al corazón de mi oponente, pero el idiota se agachó, esquivando el ataque letal. Intenté patearle la mandíbula, pero él saltó hacia atrás. Salté a un lado, colocándolo a él entre su camarada y yo, usando su cuerpo como un escudo de carne.

El enemigo más lejano canceló su hechizo mientras que el más cercano lanzó otra Espada de Hielo, con un borde visiblemente más agudo. Esperando hasta el último segundo, desvié el proyectil con un poderoso choque en su flanco con mi escudo. Numerosas piezas de hielo volaron debido al choque. Entre ellas había fragmentos de metal. Probablemente debido a que mi escudo sufrió daños severos.

Rey: “¡Hijo, esquiva!”

Escuchando la orden del Rey y detectando una gran cantidad de Energía viniendo de atrás, inmediatamente salto a la derecha y me pego al suelo. El hechizo del Rey pasó justo encima de mí, dañando mi armadura. Rápidamente rodé sobre mi espalda y levanté mi escudo, sosteniéndolo entre mi cuerpo y la poderosa Lanza Relámpago del Rey.

Cuando el hechizo terminó, la esencia de carne carbonizada llenó mi nariz, así como una ola de calor golpeó mi cuerpo. Entonces me levanté, levanté mi escudo.

Los enemigos se esfumaron: solo un trozo de materia negra quemada quedaba en el lugar donde ellos estaban hace unos segundos.

Me volteé y comprobé la condición del Rey. Estaba jadeando pesadamente, y mientras ignoraba los resultados de su ataque, intentó caminar hacia el otro lado de la sala del Trono. Giré mis ojos hacia la dirección a la que se dirigía.

Deunan estaba empalada en la espada de un intruso. Su cara se giró hacia mí y sus ojos vacíos parecían rogar por un salvador. Su cuerpo cayó en el cadáver de un intruso, mientras que su asesino ya se había movido a algunos metros de distanciaº.

Deunan era la única persona importante que tenía. Perderla ahora… qué desperdició.

Pero su perdida no me sería un obstáculo para completar mi misión. Ella vivió una gran vida, luchando por el bien mayor. Su Marca la ayudó a morir sin dolor alguno. Ella no sintió dolor, cansancio, sentimientos… Ninguno de nosotros lo hacía.

Realmente, la Marca era nuestro mayor activo, haciéndonos más eficientes que los soldados regulares por mucho. Era el mayor regalo que el Rey nos ofreci- ¡AH!

Una súbita oleada de Energía me sacó de mis pensamientos, jalándome a la realidad.

Giré mi cabeza hacía el origen para luego descubrir un misterio:

Un agujero circular flotaba a unos centímetros sobre el suelo.

Lo reconocí como una Puerta de Transporte, pero no logré entender sus características. Su flujo de Energía y su estructura eran muy diferentes a los que había estudiado. Además, no tenía naturaleza elemental… ¿Cómo esa cosa aún no ha colapsado…?

Adelante de la puerta, el último asesino estaba parado con el príncipe inconsciente en sus hombros. Ambos estaban bañados en un resplandor anaranjado; césped y árboles se volvían visibles atrás de ellos, a través de la Puerta de Transporte. El intruso saltó al otro lado.

Que mal por el príncipe. Su escolta asignado fue asesinado mientras lo protegía. Al menos yo lo logré. Misión cumplid-

Rey: ¡Tras ellos, hijo! ¡Trae a nuestro heredero de vuelta!”

El Rey se tambaleó en mi dirección, todavía agotado por su hechizo.

Después de asentir, empecé a correr hacía el asesino. Cuando él me descubrió debido al sonido que producía mi armadura, dejó caer al Príncipe en el suelo mientras él extendía su mano hacía mí e invocaba una Lengua de Fuego dirigida hacia mi cabeza. Levanté mi escudo y lo bloqueé sin detenerme y momentos después, el aire se volvió más fresco repentinamente.

Y al mismo tiempo, sentí un dolor ardiente dispararse a través de mi brazo izquierdo, inmediatamente dejé caer mi escudo por reflejo. De las esquinas de mis ojos descubrí que estaba en llamas, e incluso tenía un profundo corte en la mitad. Rápidamente me moví a un lado en caso de que otra Lengua de Fuego se dirigiera hacia mí. Pero nada vino.

Miré a los ojos del asesino mientras él sacaba un cuchillo. Qué, ¿no seguirás usando magia?

Él cargó a una increíble velocidad. Con un paso a la derecha, lo esquivé, pero mi flanco izquierdo fue raspado por el ataque. ¡Es rápido! Ni siquiera tuve tiempo para levantar mi espada. Él inmediatamente pateó mi mano derecha, desarmándome.

Asesino: “Mocoso, ¡nadie puede detenernos! ¡Ríndete!” -Me ordenó una voz femenina, su voz se llenó con un grueso acento. Así que, bajo esa túnica, no había ningún hombre sino una mujer. No lo vi venir, pero eso explica la gran cantidad de Energía.

Desarmado y a merced de la mujer, puse a trabajar mi cerebro a toda marcha. Si pudiera usar Mejora Física, la situación ya estaría resuelta… Ella me miraba, sus ojos estaban llenos de desdén. Ella bajó su guardia por un segundo.

Tomando esta oportunidad, me lancé hacia delante y atrapé a la asesina en mis brazos, tacleándola al suelo. Mientras caemos, claramente siento y escucho cuatro impactos en la espalda de mi coraza. Por suerte, el cuchillo no pudo atravesarla. Todavía tengo una misión que cumplir.

Rodamos por el suelo, luchando por la supremacía. Giramos por un minuto: ella trataba de apuñalarme en el pecho mientras que yo me centraba en bloquearla.

Al final tomé la delantera usando mi fuerza superior: Me las arreglé para inmovilizarla y con toda mi fuerza, golpeo su cara con la mía.

Entonces, luchando contra el desenfoque causado por el choque, ciegamente muevo mi mano hacía la de ella en busca de su cuchillo. El cual rápidamente encuentro y tomo posesión de inmediato. Tomándolo con ambas manos, lo clavé repetidas veces en su carne, inconsciente de donde lo clavaba. Sólo la cálida sensación de su sangre corriendo sobre mis antebrazos me decía que apuntaba al lugar correcto. La apuñalé, una y otra y otra vez, por sólo Vultar¹ sabe cuánto tiempo antes de que finalmente ella parara de moverse.

Al escuchar su último aliento, sentí el desvanecimiento de sus manos en mis brazos y la repentina calma de mi victoria. Quienquiera que haya sido, ella murió silenciosamente en mis manos.

Rey: “¡Rápido zagal! ¡El portal no perdurará más de un minuto!”

Gritó repentinamente el Rey.

Volví a mis sentidos y me apresuré a levantarme, mientras seguía mareado, y caminé hacia el portal. Me tambaleaba mucho, casi desmoronándome cada dos pasos.

El Rey estaba tratando de jalar el cuerpo de su hijo devuelta al castillo mientras la puerta lentamente se reducía en tamaño. Era apenas tan ancha como el cuerpo del Príncipe.

Me arrodillé a su derecha y empujé sus piernas, doblándolas contra su estómago. El Rey lo tomó por su cinturón y jaló al Príncipe todo el trayecto, asegurando la vida de su hijo.

Entonces, fui repentinamente atacado por una ola de mareo. Traté de levantarme, pero caí de costado. El mundo giraba súbitamente a una tremenda velocidad. Es posible que me haya perdido el conocimiento por un momento en este mismo instante.

Rey: “¡¿Vástago, os has rendido de salvar tu vida?!”

Rhod: “M…Mis condolencias. Yo… puede que haya sido envenenado.”

Rey: “Suficiente habla chico, ¡date prisa!”

Me vuelvo a levantar y me acerco al portal… pero es demasiado tarde: Se redujo hasta la mitad del tamaño de mí cuerpo.

Me quito el casco, dejándolo caer al suelo. Tenía múltiples fragmentos de hielo y metal en el frente. Respiro profundamente, luego levanté mis ojos, encontrando mi vista con la del Rey. Mientras el aire fresco acariciaba mi rostro lleno de sudor, la expresión del rey me decía que comprendió mis intenciones.

Rhod: “Estoy más allá de la salvación, su majestad…”

Rey: “Hijo…”

Rhod: “Su majestad, mi misión fue un éxito. Nada importa ahora. Además, ahora que no puedo seguir sirviendo a su majestad, me quitaré la vida para no avergonzarlo con ningún comportamiento cobarde.”

Un soldado Marcado muere cuando este se aleja del Rey más allá de una cierta distancia. Por lo tanto, si un sirviente marcado huye, la marca petrificará su corazón. Pero solo cobardía o circunstancias crueles podrían hacer que sucediera. Yo estaba indirectamente mostrando mi resolución a morir con honor a su majestad.

Rey: “Hijo… nunca es demasiado tarde.” -El Rey se quitó uno de los anillos atados a su collar- “Tu tormento es nuestro hacer, y a pesar de todo lo que os hicimos, sólo la lealtad os ha permitido no escapar de nuestro servicio. Vos permaneciste, e incluso salvasteis la vida de nuestro hijo. Estamos endeudados con vos.”

El Rey… endeudado con- Qué… No.… Yo… No, no, no.… yo… no…

Rey: “Hijo, nosotros pagaremos esta deuda. Desde este momento, Nosotros os liberamos de nuestro control, y os bendecimos con el título y las posesiones de los caballeros del reino. Vive a la altura de nuestras expectativas.”

Rhod: “¿D… Disculpe…?”

El Rey lanzó el anillo a través del pequeño espacio que quedaba del portal. Ahora era del tamaño de la cabeza de una persona.

Rey: “Nosotros siempre hemos estado orgullosos de ti. Por cierto, hijo… Ese anillo antes era de tu padre. ¡Y nunca lo olvides, hijo! Sirve para-“

El portal repentinamente desapareció, interrumpiendo al Rey.

Un brusco silencio me acarició como un huracán.

Demasiadas cosas pasaron en poco tiempo…

La puerta se había cerrado antes que el Rey pudiera finalizar sus palabras. ¿Qué hay del anillo? ¿Mi padre…? Y… ¿Por qué me liberó? ¿Un anillo de caballero? Esto… no tiene ningún sentido…

También, este anillo… Un anillo de caballero. Seguramente no soy digno de tal tesoro… Una vez más, ¿qué es lo que se supone que haga? Este anillo, ¿era de mi padre? ¿Tal vez…? No, eso no me hace digno de tenerlo…

Otro peso cayó en mis hombros.

Hubiera preferido morir. Incluso estaba preparado. ¿Qué tan cruel puede ser el destino…?

Pasaron muchas cosas. Necesito saber dónde estoy. Debo recordar mi entrenamiento.

Mantén la calma, revisa la zona, encuentra un refugio. Entonces, y sólo entonces, empieza a pensar.

Tomé mi espalda y miré a mi alrededor…

El ocaso podía ser visto al final del bosque. Esta será la primera noche donde dormiré afuera sin ser perseguido por alguien o por algo.

¿Desde cuándo?

 

 

Notas:

[0] Aclaratoria por parte de Liossenel, el cadáver de Deunan cayó sobre el cadáver de otro intruso mientras que el asesino (de Deunan) ya se había alejado cuando Rhod llegó.
[1] Supongo que es lo mismo que cuando dices “sólo Dios sabe…”


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KarmaTy
hace 8 años

Una novel interesante, gracias por el cap

loqueiron
hace 8 años

Cómo sugerencia si vas a subir otra serie podría ser esta:
http://www.novelupdates.com/series/arena/

absoluteclock
Respondiendo a  loqueiron
hace 8 años

La miraré, y si nadie la traduce, entonces es probable que la traduzca

lordMarco
hace 7 años

Mmmm abra lolis o abra yuri no ice lo exijo

absoluteclock
Respondiendo a  lordMarco
hace 7 años

No sé… lolis puede que haya pero yuri no tengo idea, dependerá de lo que haga el autor xd

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