Capítulo 11 – Papel
“Se ha puesto muy caliente, ¿no?”
El Medico Charlatán dijo eso mientras se relajaba con los pies sumergidos en un cubo lleno de agua. Respetuosamente usó un libro de medicina como abanico sustituto.
“Va a hacer todavía mucho más calor.”
Maomao dejó la cesta de la ropa sucia sobre el escritorio del consultorio médico.
Todavía estaban en la estación de lluvias – iba a hacer más calor de aquí en adelante. Aunque, tal vez porque estaba húmedo y mojado, ella entendió totalmente lo asqueroso que era.
La próxima temporada, debido a la alta humedad, era la fuente de las molestias de Maomao.
Cuando se daba cuenta, las hierbas medicinales que se tomó la molestia de secar se humedecían, y si se descuidaba, a estas hierbas también le crecería moho.
Era una temporada melancólica.
Así que por eso, la razón por la que Maomao apareció en el consultorio médico fue–
“Oh, muchacha. ¿Qué estás haciendo?”
Dijo el Medico Charlatán, mirando a Maomao que sacó algo de la cesta de la ropa sucia.
“No estoy haciendo nada.”
Lo que Maomao sacó fue un juego completo de herramientas de limpieza y todo el carbón de bambú que podía meter dentro de la canasta.
“Vamos a limpiar esta habitación”.
Era intolerable que los valiosos medicamentos se enmohecieran. Maomao vino aquí por esa razón.
“¿Eh?”
El rostro del Medico Charlatán se oscureció de un respiro.
El Medico charlatán no era una mala persona. Más bien, era una persona de buen carácter.
Aunque eso no tenía nada que ver con ser un buen trabajador, pensó Maomao.
El interior de la habitación en la que estaba apostado el Medico Charlatán era un almacén de medicamentos. Tres paredes de estantes de medicina rellenos a tope, este lugar era Sukhavati (término budista: Significa “Poseer felicidad” en sánscrito. El paraíso occidental) para Maomao, pero no era que siempre estuviera satisfecha con él.
Tenía muchos medicamentos en reserva, pero era el Medico charlatán quien los usaba. Al no ser utilizados periódicamente, no era raro encontrarlos cubiertos de polvo o comidos por insectos.
Y por eso, esta temporada era el mayor enemigo de los productos secos. Si se les descuida, aunque sea un poco, pronto se llenarán de moho.
No era que a Maomao le gustara limpiar.
Hubo muchas veces que ella visitó la oficina médica para matar el tiempo, ella tampoco tenía una razón para ayudar aquí.
Pero, ella no puede evitarlo hacerlo.
Incentivado por ese sentido del deber, Maomao blandió el plumero.
“Muchacha, no tienes que preocuparte por esto. Puedes dejarle la limpieza a otra persona”.
Debido a que el desanimado Medico charlatán dijo tal cosa, ella involuntariamente lo miró con los ojos con los que normalmente se enfrentaba a Jinshi. En pocas palabras, era como si estuviera mirando un charco de agua repleto de larvas de mosquito.
“Eek.”
(No es bueno, no es bueno.)
Aunque era un Medico charlatán, era un oficial superior. Por si acaso, oficialmente, no debe atenderlo sin sinceridad. Si no, puede que no reparta galletas de arroz la próxima vez que venga.
Los bocadillos del palacio interior tenían demasiadas cosas dulces – el conseguir menos cosas saladas no era bueno. (EZ: Corregiré esta parte después viendo el raw de la novela)
“No me importa dejárselo a otra persona, pero ¿qué pasaría si los medicamentos son cambiados por otras cosas?”
“….”
El Medico charlatán fue silenciado.
Con ese dicho, que Maomao viniera aquí ahora a limpiar a su antojo también era un problema, pero no digamos nada al respecto. No la echarán.
Maomao, para limpiar el polvo, abrió los estantes uno por uno y limpió su interior. Tiró las cosas que claramente se habían estropeado y escribió sus nombres en trozos de madera. Volvió a envolver los medicamentos en papel de envolver nuevo y los volvió a poner en su lugar.
(Usan un papel tan bonito.)
El papel que se puede conservar durante largos periodos de tiempo es caro. El papel que aparece en el mercado son bienes de calidad inferior que suelen desecharse poco después de su uso. Además de su uso único, tampoco puede conservarse, por lo que a menudo las masas optan por utilizar los tablones de madera mayormente. Una gran cantidad de madera para leña aparece en el mercado. Entre ellas hay algunas que se cortan en trozos finos para facilitar su incineración. Las personas usan estos. Estos son utilizados para prender el fuego después.
En el pasado, incluso exportaban papel a países extranjeros, pero el anterior emperador, no, su madre la emperatriz, había prohibido la tala de madera, que era la materia prima del papel de alta calidad. En la actualidad, la prohibición se había flexibilizado a una restricción, pero aún así, la cantidad no era suficiente.
¿Por qué la emperatriz prohibió la tala de madera? En aquellos días, se decía que los funcionarios que eran lo suficientemente imprudentes como para preguntar al respecto ya no estaban por aquí. (EZ: Wow da cosa saber que esta novela no está basada en historias ficticias [si no es basada en hechos reales pero si en hechos históricos] ósea todo esto pasaba normalmente en esos tiempos)
Y así, todavía estaba restringido hoy en día. ¿Cuál podría ser la razón? Se preguntó Maomao.
Por lo tanto, actualmente, con excepción de una parte de los artículos de alta calidad, el papel se fabricaba a partir de otros tipos de madera, hierba y tejidos. Como la cantidad no era tan grande como la de la madera y la fabricación también requería tiempo y esfuerzo, era costoso. En consecuencia, debido a la inferioridad de los productos que se escatiman en el proceso de fabricación, la popularidad del papel -que era simplemente caro e inutilizable- no era buena en la ciudad.
Aunque el papel era más conveniente, el índice de circulación no era la mitad debido a las razones anteriores.
“Fuuuu”.
“¿Terminaste muchacha?”
El medico charlatán levantó la voz alegremente hacia Maomao, que se tomó un descanso.
“No, aún queda la mitad.”
“….”
No se podía hacer en un día debido a las extensas variedades de medicina. Maomao dejó el resto para mañana.
El carbón que trajo era para absorber la humedad de la habitación. Como esto aún no era suficiente, hizo que el medico charlatán ordenara más reservas.
Bueno, cuando Maomao estaba a punto de irse.
Una chica, que probablemente tenía alrededor de la edad de Maomao, esperaba en el frente del consultorio médico. Aunque era alta, tenía rasgos infantiles.
(¿De donde es esa sirvienta?)
La ropa que llevaba era sencilla, pero no era algo distribuido en el palacio interior. Si ese era el caso, decidió que debía trabajar directamente bajo el mando de una consorte.
Al menos, era una cara que Maomao nunca había visto antes.
(…mm?)
Maomao miró a la desconocida dama del palacio con los ojos ligeramente entrecerrados.
Inesperadamente, la dama del palacio la miró fijamente con la cabeza inclinada. Maomao fingió ignorancia.
(¿Podría ser mi imaginación? Estoy sintiendo un poco de déjà vu.)
El medico charlatán que salió de adentro empezó a correr con un “Oh?”. Luego sacó una bolsa de tela de la parte superior de los estantes de la habitación y se la pasó a la chica que estaba esperando.
“Muchas gracias.”
La dama del palacio transmitió cortésmente su agradecimiento. Su voz era algo aguda.
El medico charlatán saludó a la señora que se iba del palacio con una sonrisa.
“¿Una conocida?”
El medico charlatán era el único médico de la corte en el palacio interior, pero no está trabajando ni haciendo nada.
“Ahh, esa chica es una dama de palacio de la Consorte-sama que llegó recientemente. Parece que sabe un poco de medicina como tú”.
“Ya veo.”
Entonces no confía en el medico charlatán y prepara sus dosis simplemente llevando ingredientes, lo comprendió Maomao.
El medico charlatán se golpeó la espalda de cansancio mientras rebuscaba en los estantes para preparar los bocadillos. Vertió jugo de fruta de una botella de sake de cerámica y la trajo.
“La comida dulce es lo mejor cuando estás cansado.”
Él dijo eso, y le pasó el puré de batatas que había partido con una cuchara de bambú y servido en papel a Maomao.
(Este viejo es bueno para hacerlo, huh)
Era el caso que estaba usando batatas que eran inusuales y que no se pueden obtener en esta temporada para hacer puré, pero luego las sirvió en papel de alta calidad en vez de en un plato como si fuera natural.
Maomao tomó el puré de batata y se lo comió, y miró las marcas redondas de grasa en el papel. Incluso si la superficie era lisa, el papel era muy bueno.
“Utilizas buen papel aquí.”
“Oh, ¿sabes?”
Había querido decirlo sin rodeos, pero el medico charlatán se acercó y le dijo.
“Mi familia hizo estos. Lo distribuyen en la corte imperial. ¿No es increíble?”
“Es increíble.”
Esto, el ser servido de esta forma debe ser por eso.
En cualquier caso, no es un halago que este sea un buen papel, pensó Maomao. El papel para envolver que usa Maomao para sus productos de farmacia y que elige comprar en cada ocasión, es relativamente decente entre los bienes de calidad inferior desgastados. Ella quería un tipo de papel que permitiera la protección contra la humedad y los derrames, pero no se puede hacer nada si se tiene en cuenta la calidad de los clientes. Tuvo que reducir el costo de las cosas aparte de la medicina. Si no, perdería sus medios de vida.
(Me pregunto si puedo conseguir un descuento como conocidos.)
Maomao se bebió el jugo mientras consideraba que era algo tramposo. La tibia dulzura pasó por su garganta. Esto no se ajusta a mis gustos, pensó, y decidió hervir agua y preparar un poco de té. Ya que la oficina médica siempre tenía un fogón encendido, eso era conveniente.
“Estábamos en grupos en las aldeas y hacíamos papel. Durante un tiempo, también hubo una época en la que pensamos en dejar de trabajar, pero fue bueno, ya que de alguna manera nos ganábamos la vida con ello”.
El medico charlatán, sin que ella se lo pidiera, empezó a hablar parte por parte.
En el pasado, ganaban dinero con sólo hacer papel. Por eso talaron madera y la trituraron hasta convertirla en pulpa, y se dedicaron a la fabricación de papel. Dado que era más rentable vender a países extranjeros que a nivel nacional, el papel se exportaba constantemente como mercancía comercial. Cuando el medico charlatán era un niño, dijo que habían prosperado hasta el punto de poder comprar cualquier bocadillo dulce que quisiera.
Pero como si esto no estuviera permitido, provocaron la ira de la emperatriz y no pudieron seguir extrayendo madera. Como último recurso, utilizaron diferentes materiales para hacer papel, pero esos eran bienes inferiores. Incluso haciendo enojar a los comerciantes, su trabajo llegó a su fin a partir de ese momento.
Los días de buena marcha que habían tenido hasta entonces cambiaron repentinamente. El medico charlatán dijo que su abuelo, el jefe de la aldea, hizo algo al respecto y culpó a los aldeanos más fervientes.
El jefe de la aldea creía que era imposible hacer papel como lo habian hecho hasta ahora. Pero todos los que no podían aceptar esta realidad no se quedaron callados, y apalearon ferozmente al jefe de la aldea y a su familia en su miserable ira.
Maomao escuchó mientras triunfalmente vertía té en un cuenco.
“Estaba solo cuando mi hermana mayor se fue al palacio interior.”
El pueblo se construyó en un lugar adecuado para la fabricación de papel, pero cuando no podían hacerlo, ese lugar no servía para nada. Estaban decididos a emigrar, pero los medios eran insuficientes.
Esa vez, ya que el palacio interior estaba buscando damas de palacio, dijo que su hermana mayor partió.
“Ella dijo: ‘Me convertiré en la emperatriz viuda’ con una sonrisa, pero al final, no pude volver a verla”.
Pero el problema incluso con una nueva parcela de tierra era saber qué hacer con el equipamiento. Necesitaban más medios, y luego, siguiendo a la hermana mayor, incluso la hermana menor empezó a hablar de ir al palacio interior.
“Como no había nada que pudiéramos hacer, decidí ir.”
A medida que el palacio interior se expandió, el número de eunucos tuvo que aumentar. Dijo que los eunucos que tenían menos gente adecuada eran vendidos a un precio más alto que las damas de palacio.
(Tuvo más problemas de los que pensaba.)
Mientras Maomao pensaba eso, ella se bebió el té.
Hicieron tanta limpieza como pudieron, hasta el punto de que no se podían ver los lugares sucios. Terminaron de limpiar los estantes el segundo día, pero el siguiente lugar de preocupación fue la habitación de al lado.
El medico charlatán limpiaba con relativa diligencia, pero los lugares triviales no llegaban a sus ojos. Mientras quitaban la telaraña del techo y limpiaban a fondo las paredes, el tercer día terminaron, y lo que siguió fue el mantenimiento de las herramientas.
Había muchas más herramientas que ella esperaba. De todas las cosas, parece que el medico charlatán guardó bajo llave todas las herramientas que no usaba en una sola habitación.
(Qué derrochador es esto.)
Pensando que estaba claro que la habitación de al lado no era usada en absoluto, Maomao creía que había una montaña de tesoros apilados adentro. También había muchos libros de medicina. Maomao parecía encantada, así que el medico charlatán decidió a disgusto ordenar.
Y así, pasaron siete días desde que empezó a limpiar con el medico charlatán que hacía pucheros.
Un eunuco se acercó al médico charlatán que estaba puliendo el mortero (薬研, yagen, mortero de farmacia, rueda de aplastamiento de ida y vuelta) con las cejas dobladas a la forma de へ Preguntándose qué era, recibió el mensaje.
“Oh, esto es…”
El medico charlatán pensó, Voy a descansar ahora, y alegremente desdobló la carta.
“¿De quién es?”
Maomao intentó preguntar, simplemente por palabrería.
“Es de mi hermana menor.”
El medico charlatán miró el tosco papel. Maomao pensó que la superficie del papel era como un lavamanos. También se parecía a los bienes inferiores que se ven en la ciudad.
(Si no recuerdo mal, dijo que se dedican a fabricar papel.)
Son bienes inferiores fallidos lo suficientemente buenos como para regalarlos, ya que son parientes, pensó, y-.
“!?”
El medico charlatán, con una expresión de sorpresa, leyó como si estuviera comiendo la página.
¿Sucede algo? Maomao se puso a su lado, y el medico charlatán bajó los hombros, abatido. Y entonces, así de fácil, se desplomó en la silla, y mientras colgaba la cabeza, tiró la carta sobre la mesa.
“Puede que tengamos que desistir de ser proveedores.”
Diciéndolo de forma sencilla, eso estaba escrito allí.
Hace unos días, estaba presumiendo en Maomao. Que su familia produjo papel para la corte imperial.
“¿Cómo puede ser esto? Aunque dijeron que ahora podían hacer mucho más papel después de tanto tiempo”.
Independientemente de si está vinculado o no al proveedor de la marca, en adelante, la cantidad vendida cambiaría enormemente. Era la élite la que usaba papel de alta calidad, debían ser débiles ante las palabras “proveedor”.
“Al decir que hicieron mucho, ¿significa que economizaron el trabajo?”
Mientras inclinaba la cabeza, Maomao sintió la rígida superficie del papel.
“No existe tal cosa. Se pusieron a trabajar diciendo que compraron vacas, para poder usarlas en la fabricación. ¿Qué diferencia hay entre hacerlo con mano de obra y hacerlo con vacas?”
En la fabricación de papel, hay mucho trabajo. Incluso si se cambiaran a vacas, ¿qué saldría de ello?
“Pero, por lo que puedo ver, no creí que hicieran algo que pudiera ser distribuido en la corte imperial.”
Maomao agitó la carta que el medico charlaran había recibido.
El papel grueso terminaría rompiéndose al humedecerse un poco.
Por el contrario, la superficie se volvió esponjosa, y las pinceladas eran extremadamente difíciles de leer.
“….”
Ella miró al medico charlaran que se sumió en el silencio. Parece que él reconocía que eran bienes inferiores.
“…¿qué pasa con eso?”
El curandero apoyó la cabeza sobre la mesa.
Maomao siguió puliendo seriamente el mortero, pensando que Ahora no es el momento de limpiar, mientras observaba la superficie del papel.
Las mercancías inferiores que circulan en la ciudad tenían muchas impurezas y son en su mayoría ásperas con fibras vegetales. Tal vez se fabricó sin ser finamente despulpado, por lo que el pegamento no se seca adecuadamente y el papel se desmorona.
No obstante, mirando esto, pareciera que las fibras se aplastaron uniformemente. Reconoció que el grosor tampoco presentaba irregularidades, y que había que extenderlo y secarlo cuidadosamente. A pesar de esto, la superficie era esponjosa, y si se jalaba por las esquinas este se desgarraría fácilmente.
Maomao releyó la carta, con su cabeza inclinada.
El proceso de fabricación no cambió desde el pasado, se escribió que los materiales se utilizaban correctamente como siempre. ¿Qué deberíamos hacer? Era un mensaje de una hermana menor que dependía de su hermano mayor, pero desafortunadamente, parece que el hermano mayor que se convirtió en medio hombre sólo podía ponerse nervioso.
“¿Cómo se hacía este proceso de fabricación tradicional?”
Maomao terminó de pulir el mortero y lo devolvió a la estantería. Encendió la tetera para descansar.
“Es la misma técnica con la que se hace el papel normalmente. Aunque, nuestra aldea es particular sobre la forma en que trituran los materiales y la fabricación del pegamento. Pero no diré eso”.
(Aquí es donde dejas de hablar huh.)
Mientras Maomao pensaba en ello, sacó una caja de té de la estantería. ¿Qué té sería bueno? Buscó por todas partes y se encontró con el arrurruz dentro. Maomao lo sacó y lo añadió a la taza de té. Ella volvió a encender la tetera para hervir el agua de nuevo.
“¿También se preocupan por cosas como el agua?”
“Sí. Para que el pegamento se endurezca moderadamente, extraemos agua de manantial para regular correctamente la temperatura. Cualquier otra cosa es un secreto”.
Realmente es un medico charlatán, pensó Maomao, volviendo a poner la taza de té. Vertió el agua caliente y antes de que el agua se enfriara mezcló el contenido con toda su fuerza con la cuchara. El líquido viscoso está completo.
El té de arrurruz (葛湯, kuzuyu, té de arrurruz o gachas de almidón de kudzu. El polvo de arrurruz es almidón molido en kudzu/arranca. Se añade agua caliente y se mezcla para obtener este líquido dulce que tiene una consistencia similar a la de la miel. El polvo también se utiliza como agente espesante en la cocción.)
“¿Es el pegamento de hervir agua de almidón de arroz?”
“No, nos aseguramos de añadir harina de trigo. Ya que el aglutinamiento es malo.”
El medico charlatán dijo eso y luego se mantuvo callado.
Maomao estaba bien con agua de almidón o harina de trigo.
Maomao puso el té de arrurruz que hizo ante el medico charlatán,
“Entonces, ¿dónde crías las vacas?”
preguntó ella.
“No sé mucho”.
Aunque el medico charlatán hizo una mueca como si dijera: “¿Por qué es el té de arrurruz otra vez?”, empezó a lamer el té caliente. Como el té estaba pegajoso y muy viscoso, se pegó a la taza de té y no pudo beberlo correctamente.
“Muchacha, tú, confundiste la proporción. No se puede beber ahora.”
Maomao le pasó una cuchara al medico charlatán que se estaba quejando.
“Mis disculpas. Entonces, te mostrare una manera de cómo puedes beberlo fácilmente, así que ¿puedes copiarme?”
“¿Qué quieres que haga?”
Maomao sostuvo la cuchara que estaba sosteniendo en su boca y la lamió, y la metió en la taza de té y la agitó. Lo repitió varias veces.
“Esos son malos modales”.
Aunque el medico charlatán hizo una mueca de disgusto, la copió. Mientras se llevaba la cuchara a la boca y se mezclaba con ella varias veces, notó un cambio.
“Ya no es tan pegajoso.”
“Te lo dije”.
“Es como el agua.”
Le dijo Maomao, Mirando su rostro de admiración.
“Té de arrurruz y pegamento, ya sabes, son muy similares.”
“No es que no sean similares. Si lo mezclas con saliva, el pegamento también deja de estar pegajoso”.
“Eso es lo que es”.
El medico charlatán abrió la boca, sorprendido.
“¿Cómo que eso es lo que es?”
El medico charlatán, que era malo para adivinar, inclinó la cabeza mientras mezclaba la taza de té.
(Incluso le dije todo esto.)
Si le permitía que lo adivinara de nuevo, Maomao pensó mientras ella, solo una vez más, decidía enseñárselo.
“Vacas, ya sabes. Sus bocas acumulan mucha saliva, ¿verdad?”
“Ahora que lo mencionas.”
“¿Qué tal si comprueban dónde beben agua? Por si acaso.”
No voy a decir nada más, Maomao guardó la taza de té y decidió apresurarse a volver al Palacio de Jade.
El medico charlatán parecía haberse dado cuenta de eso por fin. Escribió algo en un pedazo de papel y se fue apresuradamente del consultorio médico para enviar un mensaje.
(Me pregunto si terminaremos de limpiar mañana.)
Pensó Maomao mientras despedía al apresurado y regordete eunuco.
Y yo aquí que me enredo con los acertijos de “La madre de tal es mi…”