Batalla de Fatina
El patriarca, Benem Nemush, fue asesinado a sangre fría.
La noticia de la muerte del patriarca se difundió aún más rápido por los distintos países que la de Gowen Ranid.
Cuando el Consejero Genio de la Coalición de Clanes del Rey Rojo recibió esa noticia, inmediatamente avisó al líder de su clan, Brandika.
“Los creyentes de Kushain deberían desmoronarse rápidamente después de esto. Sugiero que sigamos adelante y tomemos Fatina ahora.”
Como una bestia sintiendo a su siguiente presa, Brandika sonrió ferozmente.
“¡Muy bien, hagámoslo, bastardos!”
Golpeando sus rodillas y poniéndose de pie, el resto de los aventureros bajo su control directo que estaban bebiendo en la carpa también se pusieron de pie. Cell la Bailarina de la Espada, Grave el Encantador, Saldin el Comandante. Cada uno de ellos era un miembro valiente y capaz del Rey Rojo.
Debido al informe de que el patriarca movilizó a su ejército de 10.000 personas hacia el oeste, en estos momentos se dirigen hacia el norte. También había líderes de clanes de otros clanes que los acompañaban por admiración a Brandika.
Los aventureros no eran exactamente soldados, pero tampoco estaban lejos; por lo tanto, no les llevó mucho tiempo adaptarse al campo de batalla, y para cuando ocuparon una aldea de los creyentes Kushain, ya podían ser contados como una fuerza del Rey Rojo.
“Aun así, ¿Quién iba a pensar que los goblins serían capaces de aplastar a los fanáticos. Eso fue inesperado… Podrían convertirse en un adversario inesperado.”
“Realmente no lo creo, pero… Los detalles de la batalla deberían llegar pronto. Podemos examinarlo de cerca entonces.”
Brandika y Carlion charlaron mientras se dirigían al frente del ejército.
Habían establecido su propia red de inteligencia, por lo que en realidad conocían los movimientos de los creyentes de Kushain incluso antes de que el Reino de Elrain les pidiera ayuda.
Originalmente se habían puesto en camino para contener al enemigo, pero por lo que se ve, esto podría convertirse en un asedio real. Brandika se rió felizmente de eso.
“Un asedio tomará tiempo… Sería mejor si pudiéramos concluir las cosas rápidamente” Dijo Carlion.
“Ho, ¿Nuestro consejero genio tiene algún plan?” Preguntó Grave el Encantador.
Carlion sonrió. “No es lo suficientemente complicado como para llamarlo un plan, si acaso, podrías llamarlo una broma.”
“¡Eso es aún mejor! Bien, ¡Vamos con eso!” Dijo Brandika.
Carlion asintió. “Sr. Saldin, por favor, haga avanzar al ejército de una manera llamativa. Anunciaremos que el Reino de Elrain ha llegado y que vamos a abastecernos de comida local. Mientras tanto, la Sra. Cell dirigirá a algunos especialistas en sigilo para infiltrarse en el enemigo. Después de eso, cuando llegue el Reino de Elrain, anunciaremos que todos serán asesinados.”
“Ha ha ha, como siempre, dices cosas muy oscuras sin perder el ritmo.”
Saldin, el comandante del frente, cabalgaba con su caballo y ordenó al ejército que avanzara más rápido. Reunió a los vulgares aventureros y les hizo poner el equipo de los soldados del Reino de Elrain. Lo necesitarán una vez que empiecen a atacar las aldeas.
“… Si tengo que hacerlo” Dijo la guerrera gnomo, Cell.
“Por favor, no me malinterpreten, esta orden no vino del líder del clan, sino de mí” Explicó Carlion.
“Hmph, lo sé. Sólo tengo que hacer eso, ¿Verdad?”
“Por favor, elige el momento sabiamente y difunde algunos rumores de que el señor feudal pretende entregar el pueblo a los enemigos.”
“Estoy odiando esto más y más, pero está bien.”
“En cuanto a ti, viejo maestro. Necesito que hagas más famoso al Rey Rojo.”
El viejo maestro sonrió alegremente a su vez.
El Rey Rojo separó sus fuerzas en dos grupos. Saldin dirigió la guardia de avanzada, mientras que Brandika dirigió la fuerza principal.
La fuerza principal ralentizó su ritmo y salvó a las aldeas arrasadas por la fuerza avanzada.
Las fuerzas de Saldin fueron minuciosas. Tomaron la comida y quemaron todos los edificios. Cuando todos los edificios desaparecían, se trasladaban a la siguiente aldea.
“¡Los cerdos deberían llorar y rogar!”
El mismo Saldin era originalmente un bandido endemoniado. Fue Brandika quien lo recogió y crió a los aventureros en la fuerza avanzada. Si no fuera por Brandika, Saldin probablemente sería conocido hoy en día como un infame pero gran líder de los bandidos.
Escupieron barro a la reputación del Reino de Elrain, difundiendo palabras de su traición, mientras elogiaban al Rey Rojo, y hablaban con admiración de su magnanimidad.
“¡Somos el ejército del Conde Sapnir del Reino de Elrain!”
A las palabras del viejo hechicero, los aldeanos a los que les quitaron la comida gritaron. Ya les habían quitado la comida y no les quedaba nada para dar. Estaban al final de su ingenio, de tal manera que consideraron prepararse para una pelea o simplemente correr.
“Les transmito las palabras de mi maestro, Brandika. Nosotros, los del ejército del Conde Sapnir, también podemos ser del Reino de Elrain, pero estamos profundamente entristecidos por lo que el Ejército de Elrain ha hecho; por lo tanto, les concederemos compasión y compartiremos con ustedes suficiente comida hasta que lleguemos a Fatina. Si se unen a la lucha allí o mueren aquí es su discreción. Hagan lo que quieran.”
Aferrarse al último hilo de esperanza después de haber sido empujados al borde de la muerte es cierto tanto para el hombre como para la nación. Así, las personas a las que se les había quitado todo, comenzaron a llegar a Fatina como refugiados.
Pero independientemente de cómo la ciudad-estado de Fatina compartía fronteras con el Reino de Germion, no tenía un suministro ilimitado con el que apoyar a la gente.
El ejército del Reino de Elrain se les acercaba constantemente.
La noticia de la muerte del patriarca Benem Nemush llegó finalmente a Fatina. Además, los altos mandos del ejército no regresaron de la última batalla, haciendo que el señor feudal respondiera por ellos.
El señor feudal de Fatina era un obispo profundamente leal a Benem Nemush. Sólo gracias a la destitución de su predecesor y al apoyo de Benem Nemush pudo asegurar su posición. Pero debido a eso, la muerte de Benem Nemush debilitó mucho su posición.
Carlion había predicho hasta aquí cuando se le ocurrió su plan.
“El señor feudal querrá estabilizarlo todo, pero todos los refugiados que vengan sólo harán empeorar el orden público.”
Carlion le explicó sus planes a Brandika mientras cabalgaba a su lado.
“En estos tiempos, la gente siempre voltea la vista hacia afuera. Pero eso es una hoja de doble filo.”
“Así que estás diciendo que eventualmente tendrán que pelear con nosotros.”
“Sí, así es. Confiamos demasiado en la suerte, pero yo diría que tenemos un 70% de posibilidades de éxito.”
“Eso es más que suficiente.”
Después de que las fuerzas del Rey Rojo abandonaron el bosque, las paredes de Fatina finalmente se pudieron ver. Era la segunda ciudad-estado de los creyentes de Kushain, situada en un territorio productor de granos en el sur.
“Por cierto, ¿Qué vamos a hacer si esto falla?”
“Tomaremos el camino largo. Los rodearemos y esperaremos a que se queden sin comida. El señor feudal de Fatina es un hombre profundamente leal, así que dudo que tenga mucha comida en reserva. Lo más probable es que prefiera apostar todo en una batalla a esperar a que sus 200.000 personas mueran de hambre.”
Esa estrategia de doble capa puso una sonrisa en los labios de Brandika mientras miraba las paredes de Fatina.
“¡Has hecho todo lo posible para preparar este escenario, así que tendremos que aprovecharlo y mostrarle al mundo el poder del Rey Rojo!”
Empuñando su larga hacha de batalla de doble filo (Valdis) sobre su hombro, se reunió con Saldin y tomó posición fuera de las murallas de Fatina.
“Hemos propagado con éxito los rumores” Dijo Cell sin emoción.
Carlion asintió felizmente.
Fue entonces cuando se abrieron las puertas de Fatina y salió un ejército. Eran aproximadamente 12.000.
Debido a las armas en las paredes de Fatina, era extremadamente difícil atacarlos mientras se preparaban.
Pero Brandika no era de los que atacaban mientras el enemigo se preparaba.
“Los aplastaremos magníficamente. De lo contrario, no será divertido.”
Brandika sólo sostuvo su hacha larga mientras observaba al señor feudal enemigo animar a sus soldados mientras se sentaba encima de su caballo de tres ojos (hipparion).
“¡Escúchenme! ¡Créame! ¡El Rey Rojo recompensará a los devotos! ¡Yo soy el hombre que será rey!”
Los gritos surgieron del ejército del Rey Rojo. Como una llama desbocada, esas emociones se convirtieron en fanatismo y fueron empujadas a la espalda del Rey Rojo, Brandika.
“¡Tomen una formación de tres serpientes! El líder del clan, Brandika, tomará el centro. ¡Saldin por el flanco derecho y Cell por el izquierdo!” Dijo Carlion, el Consejero Genio, y el ejército del Rey Rojo le siguió inmediatamente.
“¡Traed la victoria al líder de nuestro clan!”
Aunque parecía débil mientras desenvainaba la espada, los soldados seguían gritando en respuesta a las palabras de Carlion.
“¡Victoria!”
“¡Vayan! ¡Tomen sus cabezas y cuélguenlas junto a las puertas!”
A instancias del líder del clan, Brandika, todo el ejército del Rey Rojo cargó contra el ejército de Fatina, que contaba con 12.000 hombres.
◆◇◆
Mientras la tensión llenaba el campo de batalla, el señor feudal de Fatina se esforzó desesperadamente por levantar la moral. Prometió a los 12.000 soldados que los cuidaría dentro de la sagrada organización -incluso les daría medallas- mientras pudieran derrotar al Ejército de Elrain.
“¡Contemplen! ¡El enemigo es escaso en números!”
Los enemigos reunidos en la cima de la colina eran como mucho unos 2.000. Ese era un sexto de sus propios números, así que no había forma de que pudieran perder, les dijo. Desafortunadamente, no fue bendecido con el carisma de guiar a la gente.
Los monstruos tenían al Rey Goblin, el enemigo tenía al líder de su clan, Brandika, y los creyentes de Kushain tenían a su patriarca, Benem Nemush.
Esta gente podía levantar la moral con sólo estar allí. Desafortunadamente, este hombre, que se convirtió en señor feudal sólo por su lealtad al patriarca, no tenía tal carisma.
Las fuerzas de los creyentes de Kushain eran principalmente granjeros.
Por eso su número era muy grande, y cuando se reunían, eran una fuerza que había que tener en cuenta. Desafortunadamente, eso sólo era cierto cuando se luchaba en una batalla ganada, ya que no eran tan persistentes cuando se luchaba en desventaja, lo que hacía que fueran sólo un obstáculo para cualquier estrategia que se intentara.
Eran principalmente soldados de infantería, por lo que era difícil moverse con ellos, pero todos estaban equipados con lanzas, que mantenían alejado al enemigo. La mayoría de ellos estaban vestidos con armadura de cuero, mientras que unos pocos tenían armadura de hierro.
Después de dar una charla de aliento a los soldados con la moral baja, el señor feudal les ordenó que avanzaran.
“¡Oh dios, por favor, vela por nosotros!”
Mientras el señor feudal gritaba a su dios, movilizó al ejército para que se tragara a los 2.000 soldados del enemigo. Más o menos al mismo tiempo, la caballería descendió de la colina.
En respuesta, el señor feudal chasqueó su lengua y dio una orden. “¡En el nombre de dios, envíen a esa gente al infierno! ¡¡Avancen!!”
Los creyentes Kushain alinearon sus lanzas y avanzaron, pero la caballería descendente no frenó en lo más mínimo, sino que cabalgó aún más rápido mientras levantaban sus armas y gritaban.
“¡ATTTTAqqqUUEn! ¡¡Cogedlos!!”
A la orden del líder del clan, Brandika, los magos de atrás lanzaron sus hechizos, y balas de fuego pasaron por encima de Brandika y su caballería, haciendo llover fuego sobre la línea de lanzas de los creyentes de Kushain.
Mientras los creyentes de Kushain gritaban de dolor y se retorcían, el hipparion los pisoteaba y, con Valdis, la cabeza de un soldado era reclamada.
Brandika rompió la densa formación, y tanto la caballería como los soldados de a pie le siguieron desde atrás.
“¡Ese es el líder del clan del enemigo! ¡Mil monedas de oro a cualquiera que tome su cabeza!”
Los ojos de los creyentes Kushain cambiaron cuando escucharon lo que dijo el señor feudal, pero por más que trataron de concentrar sus ataques en el hombre, todo lo que pudieron lograr fue aumentar el número de cadáveres.
Incontables soldados fueron pisoteados bajo las pezuñas de los hipparion, o bien asesinados por la Valdis de Brandika. Y justo cuando parecía que finalmente se iba a detener, los creyentes de Kushain fueron atacados repentinamente por ambos flancos como dos cabezas de serpiente rasgando a través de ellos como si fuesen un trozo de papel.
“¡¡Mueran!!”
Saldin atacó ferozmente por la derecha, atravesando el flanco colapsado de los enemigos.
“¡Hmph!”
La calmada y serena Cell atacó desde la izquierda, destrozando meticulosamente la formación enemiga mientras teñía el suelo con la sangre de los soldados de la reserva de la parte de atrás.
“¡Tenemos 12.000 soldados! ¿¡Cómo es que nos están haciendo retroceder!?”
Mientras el señor feudal gritaba de miedo, la persona que apareció a continuación no era otra que el mismo Brandika que ya debería haber perdido todo su impulso. De alguna manera había renovado su ímpetu y estaba desgarrando la formación hacia el señor feudal.
Pero lo más aterrador de todo fue cómo volaban las cabezas con cada golpe de su Valdis.
Cuando una sonrisa feroz apareció en los labios de Brandika, el señor feudal sentía que una bestia había puesto sus ojos en él. De repente, no parecía que hubiera ninguna esperanza de sobrevivir a esto.
“¡E-Eek!”
Todavía había cierta distancia entre ellos, también había soldados, pero por alguna razón, era como si nada de eso importara.
El pelirrojo seguramente reclamaría su cabeza sin lugar a dudas. Como mínimo, el señor feudal lo creía.
“KU…”
“¿¡Nos retiramos, mi señor!?”
Mientras el señor feudal se quedaba sin palabras, su ayudante le hizo esa pregunta.
Pero el señor feudal estaba tan afligido por el miedo que ni siquiera tuvo tiempo de responder cuando se volvió hacia las puertas y gritó.
“¡¡Abran!! ¡Abran ahora mismo! ¡Deprisa!”
Cuando Carlion vio eso, inmediatamente levantó la voz.
“¡El señor feudal enemigo se retira! ¡Hemos ganado!”
Aliados y enemigos buscaron al señor feudal cuando Carlion anunció. Cuando los creyentes de Kushain vieron al señor feudal corriendo, la moral cayó en picado, mientras que la moral se elevaba por el lado del Rey Rojo, e inmediatamente se pusieron en camino para perseguir al enemigo a las puertas.
“¡Una recompensa para cualquiera que consiga la cabeza del general!” Anunció Saldin a sus soldados.
“¡Deprisa! ¡Cierren las puertas!” Gritó el señor feudal.
El señor feudal se apresuró a cerrar las puertas, pero por desgracia, Saldin y sus soldados pudieron pasar por el flanco derecho.
“¡Tomen las puertas! ¡Destierren a los cobardes de Fatina!” Dijo Saldin.
“¡Sí, señor!” Le respondieron los soldados.
En el momento en que las puertas fueron tomadas, la victoria del Rey Rojo estaba garantizada.
Con el señor feudal prisionero, el Rey Rojo pudo derrotar con éxito a una influyente ciudad-estado bajo la bandera de los creyentes de Kushain.
Este tipo de logro no se había visto en el Reino de Elrain. Ni siquiera el propio Kanash ha logrado tal hazaña.
La noticia se difundió rápidamente por las partes meridionales, y al poco tiempo, todo el mundo sabía del gran poderío del Rey Rojo y de la decadencia de los creyentes de Kushain.
◆◇◆
10 días después de que el Rey Rojo derrotara a Fatina.
La gestión de Fatina se la dejó a él, pero lo único que se le dio como remuneración fueron medallas.
A pesar de esto, ni una palabra de queja fue pronunciada, y Carlion continuó trabajando en la oficina en lugar de Brandika.
Brandika tenía que ocuparse del Reino de Elrain, de los diversos clanes bajo su bandera, e incluso de asuntos gubernamentales. Francamente, no bastaría con que dividiera su cuerpo en dos para hacer frente a todos ellos.
“Seguro que trabajas duro a pesar de que tu amo está jugueteando en el distrito de la luz roja” Dijo Cell después de salir de la nada.
Carlion sonrió irónicamente. “Le he empujado todas las molestas relaciones humanas, así que esto es lo menos que puedo hacer.”
“No lo entiendo. Trabajas tan duro hasta tan tarde en la noche, y sin embargo no aceptas más que una mísera suma como salario. ¿No dijiste que se debería dar una compensación suficiente a las personas que lo merecen?” Preguntó Cell.
“Hoy sí que hablas mucho. ¿Sucedió algo malo?”
“… Hmph. Haz lo que quieras.”
El sonido de la pluma de Carlion corriendo a través de los documentos resonó por toda la oficina.
Cell se sentó en el sofá destinado a los invitados y miró a Carlion.
Cuando Carlion terminó una parte de su trabajo, levantó la vista y sonrió a Cell.
“Entonces, ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?” Preguntó.
“Qué sonrisa tan sospechosa. Preferiría que apuntaras eso sólo hacia otros humanos” Dijo Cell.
“Eso es un poco preocupante” Sonrió irónicamente Carlion.
Cell se mofó y le dio una carta a Carlion.
“Es sobre el estado actual del este. Es de Shunrai” Dijo ella.
Las cejas de Carlion temblaron tan pronto como leyó el contenido de la carta.
“… Las cosas no van de acuerdo al plan, huh. Pero supongo que eso es exactamente lo que hace que la vida sea interesante.”
Carlion se recostó en su silla y suspiró tranquilo.
Cuando Cell le envió una mirada inquisitiva, él reveló el contenido de la carta.
“La Daga de Webrus ha caído.”
Esas palabras salieron más amargas de lo que él pretendía.
Traductor: Krailus