Escarabajos
Estado | |
Raza | Goblin |
Nivel | 92 |
Clase | Rey; Gobernante |
Habilidades | <<Gobernante De Los Hijos Demoníacos Del Caos>> <<Alma Desafiante>> <<Aullido Devorador Del Mundo>> <<Maestría De La Espada A->> <<Dominador>> <<Alma Del Rey>> <<Sabiduría De Un Gobernante III>> <<Hogar De Los Dioses>> <<Ojo Malvado De La Serpiente De Un Ojo>> <<La Danza Del Rey Al Borde De La Muerte>> <<Control Mágico Fluido>> <<Alma Del Rey Berserk>> <<Tercer Impacto (El Tercer Canto)>> <<Instinto Del Guerrero>> <<Bendición De La Diosa Del Inframundo>> <<El Guiado>> |
Protección Divina | Diosa Del Inframundo (Altesia) |
Atributos | Oscuridad; Muerte |
Bestias Subordinadas | Kobold Superior Hasu (Lv77); Gastra (Lv20); Cynthia (Lv36); Rey Orco Bui (Lv82) |
Estado Anormal | Bendición De La Serpiente De Un Ojo; Protección de La Serpiente De Cabeza Gemela |
“¿Deseas familiarizarte con los humanos?”
En un rincón de la gran aldea de los elfos, Gastair, donde las ramas en lo alto habían sido despejadas intencionalmente para dejar pasar la luz del sol, se hallaban dos goblins que hablaban sobre una mesa hecha de madera. Era el tipo de lugar al que el Rey Goblin se referiría como un parque.
Con frecuencia se podían ver aquí goblins y demihumanos de varias aldeas estudiando.
De los goblins que eran evidentemente muy influyentes habían dos goblins de la clase chamán. Su capacidad para controlar los vientos y su aspecto que los distingue de otros goblins ya han sido aceptados por los elfos.
“Sí, maestro. He estado estudiando historia últimamente, pero cuanto más leo, más incomprensibles se vuelven los humanos. Son fuertes pero astutos, poderosos pero frágiles… ¿Cuál de estos aspectos es exactamente su verdadera naturaleza?” Preguntó Gi Do.
El goblin más fiel del rey, Gi Za Zakuend, cerró un ojo y respiró hondo. “¿Es ese libro algo que también le pediste prestado a esa princesa elfa? No deberías involucrarte demasiado con ella. Sólo dolerá más después.”
“Creo que no lo entiendo.” Dijo Gi Do Buruga; él era otro goblin chamán así como un estudiante de Gi Za Zakuend.
“Ambos aspectos son ciertos. Recuerdas el tesoro del rey, ¿No?” Dijo Gi Za, continuando con el tema principal.
Lo que los goblins se referían como el tesoro del rey era la doncella humana que el rey tenía con él cuando aún desconocían la amenaza humana. Su nombre era Reshia Fel Zeal, una mujer y una santa bendecida con el poder de curar heridas.
“Esa fuente inagotable de vida, el poder de recuperar las heridas de uno al instante. Con eso a nuestro lado, era como si pudiéramos ser traídos de vuelta incluso de entre los muertos. Pero a pesar de poseer un gran poder, incluso un goblin normal podría matarla. Podrías decir que los humanos son criaturas desequilibradas” Dijo Gi Za.
Mientras Gi Do asentía, un elfo les llamó.
“¿Les importa si me uno?” Dijo la voz.
Cuando los goblins se giraron, lo que los saludó fue una linda chica elfa. Ella había heredado la apariencia de sus padres y fue bendecida con un rostro noble. Ella también tenía un espíritu inquebrantable que se reflejaba en su mirada ligeramente elevada. Llevaba ropa ligera como si estuviera a punto de salir, pero lo que tenía en la mano no era un arma, sino un grueso libro.
“¡Lord Shunaria!” Gi Do la recibió felizmente.
En contraste con el regocijo de Gi Do, sin embargo, Gi Za tenía una mirada en su cara como si alguien no deseado hubiera venido.
“Está bien. Ya estábamos terminando. Gi Do, no le causes problemas a la joven princesa” Dijo Gi Za.
“Sí, maestro” Dijo Gi Do.
Gi Za se dio la vuelta y regresó a su laboratorio, dejando que la pareja charlara felizmente entre ellos.
Gi Za estaba investigando sobre la sangre de los demihumanos.
Él sabía que había un poder escondido en su sangre a causa de la guerra demihumana y los viejos documentos de los elfos, pero no sabía cómo y qué tipo de poder exhibía.
El joven héroe centauro, Gurfia, comió la carne de sus hermanos y se convirtió en un demonio de fuego. Los elfos solían tener una forma de preparar estimulantes de sangre demihumana, pero desafortunadamente, se perdió en los estragos del tiempo.
Huelga decir que para un goblin que sólo ha aprendido a leer hace medio año, reunir todos los datos en la biblioteca para investigar incluso un solo tema era casi imposible.
Como resultado, Gi Za se dedicó a los experimentos. Bajo el pretexto de que necesitaba sangre para examinarlos, pudo obtener regularmente algo de sangre demihumana de los demihumanos que una vez fueron esclavos.
A cambio, él cazaba monstruos para ellos o les daba las flores que Kuzan había dispuesto. Los demihumanos y los elfos lo consideraban extraño, pero eso no le impidió continuar su investigación.
Este día no fue diferente. Gi Za se encerró en su laboratorio y analizó la sangre demihumana. No se detuvo ni siquiera cuando alguien llamó a la puerta.
“Sólo entra. Estoy ocupado ahora mismo” Dijo Gi Za.
“Ho ho, discúlpame por molestar” Dijo el inesperado visitante de Gi Za.
Resulta que no era otro que el viejo elfo, Falun. Él era el director de la escuela de los elfos y, aunque ya se había retirado del trabajo de jefe, era una persona de gran influencia. Observó la investigación de Gi Za con gran atención.
“Estoy ocupado ahora mismo. ¿Qué necesitas?” Preguntó Gi Za.
“Sólo quería saber cómo ha estado progresando tu investigación” Dijo Falun con una sonrisa.
Gi Za sonrió irónicamente. “No lo ha hecho. Vete.”
“Hmm… Como pensaba. Aún así, no puedo evitar tener curiosidad, goblin. ¿Qué es lo que te ha intrigado tanto sobre la sangre demihumana? ¿Qué es lo que buscas?” Preguntó Falun.
“Poder, por supuesto.” Respondió Gi Za.
Falun acarició su barba blanca, confundido. “¿No son ustedes goblins lo suficientemente fuertes? Ya han conquistado el bosque oriental, ¿No?”
El silencio llenó la habitación durante un momento, y luego Gi Za habló.
“¿Sabes lo que busca nuestro rey?” Preguntó.
“¿El derrotar a la humanidad?” Preguntó Falun, aunque solo para confirmar lo que creía que era la única respuesta correcta.
“No, no es eso. Nuestro rey busca extender su mano y llenarla con cada rincón del mundo. En otras palabras, dominación mundial” Dijo Gi Za.
Imposible, pensó Falun, pero cuando notó el brillo en los ojos de Gi Za, se tragó su aliento.
“Me pararé junto al rey. ¡Si él ha de conquistar el mundo, entonces yo seré la espada que está a su lado!” Declaró Gi Za con tanto poder que terminó rompiendo la copa de vidrio en su mano.
“— ¡Quiero poder! ¡Quiero más poder!” Dijo Gi Za.
Su voz estaba tan llena de pasión que parecía quemarse con un tono como el de la rabia. Falun siempre le había tomado por un hombre tranquilo, pero ¿Quién iba a pensar que en realidad escondía tanto fervor en su interior?
“Así que, ¿Por eso te has decidido por la sangre demihumana?” Dijo Falun.
“Sí. Ese demihumano al que se referían como un tigre devorador de hombres. Incluso si es sólo por un momento, si pudiéramos obtener un poder como ese, seguramente seríamos capaces de fortalecer nuestras fuerzas. Por eso–” Dijo Gi Za.
“¿Es el mundo algo que puedes conseguir sólo con poder, Gi Za Zakuend?” Preguntó Falun.
“¿Qué?” Preguntó Gi Za.
“¿Realmente crees que serás capaz de alcanzar los confines del mundo sólo con poder?” Preguntó Falun.
Gi Za se quedó callado ante la pregunta de Falun, mientras que los ojos de Falun se volvieron nostálgicos por alguna razón.
“¿Qué se necesita entonces? ¿Qué más se necesita para derrotar a nuestros enemigos?” Preguntó Gi Za.
“Si los enemigos son fuertes, debilítalos. Si están unidos, divídelos. Si los enemigos intentan caminar, hazles tropezar. Eso es a lo que nos referimos como estrategia” Dijo Falun.
“Estrategia…” Murmuró Gi Za.
“La gente no puede llevarse bien para siempre. Usa eso” Aconsejó Falun, y luego le entregó un libro a Gi Za.
“Pasé toda mi vida escribiéndolo. Es un libro de estrategias. Al menos, échale un vistazo.”
Después de eso, Falun dejó a Gi Za solo.
“Me pararé junto al rey, huh” Se dijo a sí mismo Falun, aparentemente recordando algo.
◆◆◇
Después de las hormigas asesinas, procedimos a atacar los escarabajos. Eran mucho más tenaces que los goblins, pero eran pocos en número y nocturnos. No eran una amenaza para los goblins.
Desafortunadamente, muchas fricciones se han producido entre nuestras razas, ya que su especie a veces atacaba a los goblins que salían a cazar. Como ya hemos movilizado a nuestras tropas para que se ocupen de las hormigas asesinas, pensé que también podríamos ocuparnos de ellas.
“¿A qué distancia están los escarabajos de aquí?” Le pregunté.
Después de ocupar el hormiguero, empezamos a reunir información a través de la reina hormiga y Gi Gu. Resulta que su hogar estaba a tres días a pie del hormiguero. Le ordené a Gi Gu que explorara adelante, mientras yo guiaba a los goblins.
“Deberíamos enviar un mensajero primero. Si están dispuestos a cooperar, podemos hablar, si no, entonces recurriremos a la fuerza” Dije.
Solicité un voluntario para que actuara como mensajero, y el joven jefe de Paradua, Hal, y Gi Gu Verbena de la manada de lobos salieron.
“El deber de un mensajero es peligroso. No quiero decir que sea lento, Lord Gi Gu, pero creo que alguien que se especializa en movilidad como nuestra tribu de Paradua estaría mejor preparado para este trabajo. Por favor, elíjame, Su Majestad” Dijo Hal.
“No, fui yo quien fue enviado primero, yo debo ir. Esta vez estoy seguro de que cumpliré mi misión sin falta. ¡Por favor, déjeme limpiar la vergüenza en la que he incurrido, Su Majestad!” Dijo Gi Gu.
Había una razón detrás de sus palabras, y cualquiera de ellos serviría, pero entonces recordé que esta área estaba bajo el territorio de Gi Gu.
“Hal, conozco y alabo tu fidelidad, pero tendrás que dar un paso atrás en esto. Gi Gu, te lo dejo a ti” Le dije.
“¡Como usted ordene, Su Majestad!” Dijo Gi Gu.
Gi Gu ciertamente sufrió en manos de las hormigas asesinas, pero en realidad no falló en su misión. Había emprendido un trabajo de investigación y negociación, así que tengo que darle uno aún más grande para demostrar que mi confianza en él no ha flaqueado.
Sería preocupante si empezara a dudar de sí mismo después de un error.
Hay un límite para lo que puedo hacer yo solo. Necesitaré goblins excelentes que puedan manejar a otros si quiero construir mi reino.
Todo es por el bien de derrotar a los humanos.
◆◆◇
En lo profundo de la noche, donde incluso los gritos de los insectos eran silenciados, donde el dios de la noche cubría la tierra y la diosa de la oscuridad extendía sus alas, ocultando la luz de las lunas de la diosa gemela, Gi Gu negoció con el jefe de los escarabajos.
Se llevó con él a los tres hermanos Gu. Era un sentimiento extraño para alguien como él que estaba acostumbrado a liderar una gran horda, pero eso en sí mismo era un testimonio de la importancia que daba a esta misión.
El jefe de los escarabajos tenía – como su nombre indica – un caparazón rojo que fácilmente podía ser confundido con una armadura de cuerpo entero. En la parte posterior de su caparazón había plumas transparentes y en su cabeza había un solitario cuerno. Había un par de antenas que colgaban de su boca, las cuales usaba para buscar presas. Sus miembros eran delgados, pero sólo porque estaban comprimidos dentro de su caparazón, no eran de ninguna manera débiles.
En su mano, blandió una lanza blanca hecha del hueso de una especie de bestia.
Gi Gu no podía leer las emociones del jefe escarabajo por sus ojos compuestos.
El jefe del escarabajo habló mientras sus antenas colgaban. “El venerado… jefe de los bichos… ¡Kunshi!”
Su voz no era fácil de entender.
“Gracias por tomarse el tiempo para encontrarse conmigo” Dijo Gi Gu sin emoción.
“Los bichos… No tienen tiempo… Indique sus… Asuntos” Dijo Kunshi.
“Muy bien, iré directo al grano. Si está dispuesto a cooperar con nuestro rey, podemos hablar, si no…”
Gi Gu agarró su espada. Si este hombre no estaba dispuesto a obedecer, lo mataría en este mismo instante.
Las antenas de Kunshi empezaron a oscilar rápidamente como si estuvieran en pánico.
“A Kunshi… Le gusta la paz… No pelear…” Dijo Kunshi.
“Entonces, ¿Prefieres la paz?” Preguntó Gi Gu.
Cuando vio a Kunshi asentir, Gi Gu asintió satisfecho y fijó una fecha para reunirse.
Después de eso Kunshi visitó al rey en el momento indicado y formó una alianza con el rey. Desafortunadamente, los escarabajos no estaban exactamente unificados, así que Gi Gu se quedó con la desgracia de tener que pensar qué hacer con ellos.
— 47 días para la guerra con los humanos.
Traductor: Krailus