Zich caminó hacia el sirviente, paso a paso.
No había vacilación en sus movimientos, y cada uno de sus pasos tenía intenciones asesinas. Solo entonces todos se dieron cuenta de que las palabras y acciones de Zich no tenían la intención de ser rebeldes o metafóricas; literalmente, tenía la intención de matar al sirviente.
—¡M-Madame!
A la súplica del sirviente, la condesa salió de su trance.
—¡D-Detente! ¿No te dije que te detuvieras? ¡Cómo te atreves a derramar sangre delante de tus padres! ¿Dónde aprendiste a comportarte tan groseramente?
—Querida Madre, ¿cómo me atrevería a derramar sangre delante de mis padres? Madre, iba a arrastrar al sirviente a un lugar adecuado y acabar con él. Madre, aun y cuando tengo el corazón roto, ¿cómo puedo permitir un insulto hacia mí, el… Gran. Heredero. Legitimo… De nuestra querida familia Steelwall?
Zich respondió astutamente al reclamo de la condesa.
—¿Cómo pudo Hans haberte insultado? ¡Este chico nunca haría algo así!
‘Ah, no es de extrañar que el sirviente actuara con tanta arrogancia. Era una de las personas del lado de la condesa.’
Existía una gran posibilidad de que Hans fuera el hijo o algún pariente de uno de los sirvientes que la condesa había traído inicialmente con ella.
—¿¡S-sí! ¡Cómo podría atreverme a insultar a una familia noble!
Hans comenzó a arrastrarse por el suelo. El sudor le corría por la espalda, nada iba según el plan.
Solo quería vengarse de Zich por lastimarlo y, al mismo tiempo, dañar la reputación de Zich para respaldar aún más la sucesión de Greig como heredero. Si las cosas fueran normales, Zich habría estado ocupado poniendo excusas con la cabeza hacia abajo; y sin importar cuántas excusas diera, el Conde habría usado las palabras del caballero y de Hans como evidencia contra Zich para regañarlo.
Sin embargo, la situación había cambiado por completo debido a la actitud descarada de Zich.
Hans no podía creer que Zich se atreviera a empuñar una espada frente al Conde y que, como consecuencia, la situación ahora se inclinaba a favor de Zich.
Como dijo Zich, lo que Hans hizo realmente merecía una sentencia de muerte. Debido a la naturaleza tímida de Zich y su posición débil en la familia, Hans se había salido con la suya hasta ahora, pero ¿y si Zich realmente tenía la intención de matarlo ahora? ¿Y si la condesa no lo defendía porque la situación ahora se inclinaba a favor de Zich?
‘¡Si digo algo mal, realmente podría morir!’
Hans finalmente comenzó a darse cuenta de la gravedad de la situación.
—¡Puedo decir con confianza que nunca he dicho una palabra grosera o actuado de manera imprudente con el joven maestro!
—Entonces, ¿estás diciendo que estoy mintiendo?
—¡E-eso …!
Hans quería gritar: “¡Por supuesto!”, Pero la mirada fría de Zich lo dejó sin palabras. Y fue en este momento cuando otra voz salió desde la distancia y respondió por Hans.
—¡Así es! ¡El joven maestro está mintiendo!
La voz sonaba desesperada. La gente se dio la vuelta para ver a la persona en cuestion y Hans miró hacia atrás como si un salvador hubiera venido a salvarlo del infierno.
‘Es ese, ¿cómo se llamaba? El caballero Byner.’
El que había hablado era Byner, a quien Zich también había golpeado.
Cuando Zich entró en la habitación, Byner lo miraba con intensa furia, pero ahora que la situación se inclinaba hacia el lado de Zich, su mirada estaba perdiendo su fiereza.
Zich miró a Byner con deleite.
‘¿No se están desesperando ustedes dos? Probablemente quieras darme una lección por usar trucos en tu contra, pero las cosas no van según lo planeado, ¿eh?’
En este momento, las acciones de Hans eran el principal foco de interés, pero según las palabras de Zich, Byner también era culpable de insultar a un noble.
Dado que los caballeros eran considerados de mediana nobleza, su cuello no sería cortado como un sirviente. Sin embargo, Byner había intentado dañar a Zich directamente. Por supuesto, Byner no tenía la intención de causar un daño grave a Zich, y sus acciones estaban dentro de los límites que el Conde y la Condesa podían ocultar fácilmente.
No, si Zich fuera como siempre, no habría podido ni siquiera protestar frente al Conde. Pero contrariamente a las expectativas de Byner, la situación se había vuelto extraña, y ahora, el sirviente al que golpeó Zich se arrastraba y temblaba en el suelo. ¿Y si el sirviente fuera condenado por sus crímenes? ¿Y si esto condujera a una sentencia para Byner?
‘Incluso yo no podría ser capaz de escapar del castigo.’
La inseguridad comenzó a crecer y florecer en el corazón de Byner. La razón probablemente era que todavía era un joven caballero sin experiencia.
—¿Es eso cierto, Sir Byner?
Con cara expectante, la condesa instó a Byner. Las palabras de un caballero tenían mucho más peso que las palabras de un sirviente.
—¡Sí, mi señora! Como Hans y yo hemos dicho, Zich nos agredió unilateralmente.
—Es curioso escuchar que un caballero fue atacado unilateralmente. ¿Se han ido cuesta abajo los estándares de los caballeros de Steelwall?
Con la burla de Zich, la cara de Byner se hinchó como si fuera a explotar. Incluso el Conde refunfuñó ante las palabras de Zich con una mirada molesta.
—E-eso fue porque injustamente …
—¡Jajajaja! Injustamente, ¡y esto es de un caballero de Steelwall! ¿Vas a sacar a relucir la justicia en un campo de batalla? ¡No puedo creer que un caballero de Steelwall esté poniendo las mismas excusas que los debiluchos de la capital!
Zich hizo una risa exagerada para que todos pudieran escucharlo. La cara de Byner comenzó a hincharse aún más. Cuando Zich lo comparó con los caballeros de la capital, Byner se sintió tan avergonzado que todo su cuerpo comenzó a temblar.
Los caballeros de Steelwall estaban orgullosos de sus experiencias en comparación con los caballeros de la capital que no tenían experiencia real de batalla. Usando este conocimiento, Zich estaba atacando directamente el orgullo de Byner como un caballero de Steelwall.
—¡No importa lo que digas, la verdad no cambia que nos agrediste unilateralmente!
Byner ahora escupía con vehemencia sus palabras.
—¿Que tienes que decir sobre esto?
—Padre, ¿no es obvio que está mintiendo? Tiene miedo al castigo, por lo que descaradamente está poniendo excusas.
—¡No, esto no es cierto! ¡Es el joven maestro el que está mintiendo!
Dos lados opuestos discutían ferozmente entre sí. Aunque las palabras de Byner estaban llenas de vergüenza, sus mentiras tenían cierto peso como caballero.
—Padre, ¿no cree también que las palabras de Sir Byner son más confiables? Como caballero, estoy seguro de que no se atrevería a mentir frente a ti.
Greig, que había estado en silencio hasta ahora, intervino de repente.
‘Sí, sería extraño que no te unieras a esto.’
Siempre que Zich se encontraba en un dilema, Greig era el líder principal que empeoraba la situación de Zich. Esta era la imagen que Zich recordaba de su hermano.
—¡S-Sí, tiene razon!
Con el apoyo de Greig, la expresión de Byner se volvió más brillante. Desde la distancia, los ojos de Zich y Greig se encontraron. Greig sonrió. Su sonrisa era descarada y astuta, pero para Zich, que había retrocedido, la provocación de Greig ahora sólo le parecía infantil y ridícula.
Zich le devolvió la sonrisa con total confianza y la expresión de Greig se congeló en estado de shock. Siempre que Greig le hacía la vida difícil, Zich siempre ponía cara de vergüenza y agachaba la cabeza.
Pero eso fue en el pasado. Zich ya no le daba importancia a Greig.
‘Bueno, así ha sido siempre.’
En primer lugar, nadie estuvo nunca de su lado. La gente se vio sacudida momentáneamente por el cambio repentino de Zich.
Al darse cuenta de que la atmósfera estaba cambiando lentamente en contra de su favor nuevamente, Zich decidió poner fin al asunto.
‘Para empezar, en realidad no estaba planeando cortar el cuello del sirviente o derrotar a un caballero.’
Por supuesto, no por ahora.
Zich comenzó a moverse hacia Byner. El estado de ánimo inmediatamente se puso tenso y rígido cuando tanto Zich como Byner sacaron sus espadas. Una pelea de espadas podría estallar en cualquier momento.
—¿¡Que planeas hacer!?
Como era de esperar, el Conde gritó para detener a Zich. Sin embargo, Zich se paró frente a Byner como si no pudiera escuchar al Conde. Con ojos afilados pero desconcertados, Byner siguió a Zich con la mirada y preparó su espada.
—Oye.
—¿Q-qué?
Al ver que Zich no mostraba signos de levantar la espada, Byner respondió con un corazón aliviado: —No planeas admitir tus errores, ¿verdad?
—¡Le juro que no he dicho una mentira!
—Sí, por supuesto. Un caballero de mierda que vendió su honor no dirá la verdad de todos modos.
Una vez más, el rostro de Byner comenzó a enrojecerse.
‘Ya veo, esa reacción, quizá no eres tan basura.’
Si fuera Zich, no habría mostrado una reacción tan obvia ante una mentira tan suave como esta.
‘Qué mocoso tan inocente.’
Su inocencia era algo linda. Sin embargo, no lo excusaba de sus crímenes.
‘Tampoco cambia el hecho de que trató de joderme.’
Zich, que tenía una personalidad terrible, nunca podría perdonar a quienes intentaban joderlo.
—Dejemos de discutir sobre quién tiene la razón con solo palabras. ¿No hay una mejor manera de resolver este asunto?
Zich levantó su espada y golpeó suavemente la espada de Byner.
—¿Estás diciendo que deberíamos resolver este conflicto con un duelo?
—Sí. Así es.
—¿Estás loco?
Byner era el más joven de los caballeros. A pesar de su experiencia limitada, esto también significaba que era un genio que podía ser nombrado caballero a una edad tan temprana. Incluso si Zich dudaba de todo lo demás, Byner definitivamente era un luchador habilidoso. Además, debido a las tácticas deshonestas de la condesa, Zich nunca tuvo la oportunidad de aprender adecuadamente a luchar con la espada.
A pesar de todo esto, Zich se atrevió a desafiar a un caballero a duelo.
—¿Cómo puedes decir que estoy loco? ¿No fuiste recientemente noqueado por un golpe en la nuca? ¿Cómo puedes estar tan seguro de decir tantas tonterías?
La expresión de Byner se volvió amarga. Sus compañeros lo humillaban y se burlaban de él por ese incidente.
—¡Está bien! ¡Tengamos un duelo!
Zich se encogió de hombros y miró hacia el Conde.
—Padre, como puede ver, hemos llegado a un acuerdo. Por favor, busque un momento y un lugar adecuados para que podamos batirnos en duelo.
—¿En serio?
—Hombre, ¿por qué tú y este mocoso me desprecian tanto? Solo sugerí este duelo tengo confianza en ganar. Golpeé la parte posterior de la cabeza de este debilucho con tanta fuerza que se desmayó.
—…Está bien. Entonces continuemos con el duelo.
El Conde no trató de detenerlos.
‘Zich está subestimando demasiado a Byner.’
Incluso el Conde se enteró de cómo Zich pudo golpear a Byner con su descuido.
Era una forma cobarde de luchar, pero el Conde asintió con aprobación mientras escuchaba los detalles de la pelea. Como el Conde de Steelwall, era conocido como la fortaleza de metal que protegía el Reino, y como líder de su clan y un luchador que había pasado toda su vida evitando que los intrusos entraran en el Reino, no existían cosas tales como peleas injustas, cobardes o sucias. Solo por esa razón, el Conde aceptó fácilmente la victoria de Zich sobre Byner.
‘Pero es solo eso.’
Zich no podía vencer a un caballero en una pelea justa. El Conde pensó que Zich había sido víctima de su propia arrogancia.
‘Supongo que será una buena lección para él.’
Al conde siempre le había disgustado Zich. No se sentía mal por la humillación por la que probablemente tendría que pasar Zich si perdía el duelo. Además, con la derrota de Zich, sería más fácil para Greig ganar legitimidad sobre Zich como el próximo heredero.
‘La reputación de Zich se arruinará si se sabe que trató de encubrir sus fechorías desafiando a un caballero en un duelo en el que no tenía ninguna posibilidad y perdió.’
El Conde inicialmente planeaba regañar severamente a Zich por golpear a Byner y al sirviente, pero pensó que esto tampoco era un mal resultado. Si Zich perdía, las declaraciones de Byner serían ciertas y el Conde podría castigar a Zich más tarde.
—Encontraré un momento y un lugar adecuados.
—Entonces lo dejaré en tus manos.
Zich volvió a colocar la espada en su ubicación original. No había un rastro de mansedumbre o humildad en sus movimientos, y las miradas de la gente lo seguían naturalmente dondequiera que iba.
—Has cambiado —murmuró el Conde en voz baja. Zich, que se dirigía hacia la salida, volvió la cabeza hacia atrás.
—Es porque me di cuenta de que no ganaría nada si me quedaba como estoy. No hay razón para que desperdicie mi energía en complacer a los demás y hacer el ridículo.
Pensando en su conversación anterior, el Conde preguntó con gran incomodidad: —¿No hay nada que puedas ganar? ¿Estás hablando de tu sucesión como heredero?
Zich dejó escapar una sonrisa maliciosa.
—Incluso tú, que eres llamado el señor de la guerra de acero, está cegado por los prejuicios y no puede emitir un juicio claro sobre sus asuntos familiares.
—¿Qué?
—Querido Padre, nada de lo que digo te importara en este momento. Espero que sigas pensando como quieras.
Y con una reverencia exagerada, Zich se marchó.
Hola, soy Tibe, hasta hace poco tenía pensado subir 7 capítulos por semana, eso es algo a lo que me había comprometido cuando agarré esta novela, la semana pasada solo subí tres porque los iba a tomar como "teasers" para ver si les gustaba el proyecto, pero, viendo la buena recepción que tuvolo cual no me esperabaplaneo subir otros 4 capítulos (que corresponden a los de la semana pasada) sin contar los 7 que tocan esta semana, tómenlo como un pequeño regalo.
¡Gracias por el buen recibimiento!
Capítulo 4/7 - Semana 1
gracias por el cap
a ver que poderes de rey demonio conserva v:
Bien bien sigue muy interesante. Gracias y me alegra que la novela haya tenido buena recepción. Saludos
Que buen detalle, gracias por el cap
Gracias por la excelente noticia
ta bueno hermano
ta bueno hermano sigue asi