—Vale pues, ¿qué tal si nos guías hasta tu casa?
—¡Sí, cómo no! ¡¿Qué más piensan hacerle a mi hermano pequeño?!
El joven se resistió desesperadamente, pero no pudo escapar de los firmes brazos de Zich. Intentó lanzar puñetazos a la cara de Zich, pero este los esquivó con mínimos movimientos o utilizó su otra mano para bloquear.
El forcejeo se prolongó un rato, pero al final el joven se rindió mientras jadeaba con la cara enrojecida. Enseguida intervino Lubella. Seguía arrodillada en el suelo.
—No tenemos ninguna intención de causarle daño a tu hermano. Realmente queremos resolver los problemas que hay en la ciudad en este momento. Además, yo podría curar a tu hermano pequeño.
—¿Quieres que me crea eso?
Las palabras sobre las hazañas de Zich y Lubella se habían extendido por toda la ciudad, y su no tan buen primer encuentro hizo que el joven dudara de ellos.
Las palabras sobre las hazañas de Zich y Lubella se habían extendido por toda la ciudad, y su no tan buen primer encuentro hizo que el joven dudara de ellos.
—Eh, es comprensible que no te fíes de nosotros —añadió Zich—. Te plantearé los hechos para que puedas pensar en tu situación con más claridad. ¿No está tu hermano en muy malas condiciones? Probablemente no le duele una zona concreta, pero se va debilitando como si se acercara a la muerte.
Las pupilas del joven temblaron.
—Sin importar cuánto coma, pierde peso y le cuesta caminar. Después de eso no puede hacer otra cosa que quedarse acostado en su cama. Pero eso no será por mucho tiempo, porque morirá pronto.
—…
El joven no respondió, pero su puño apretado demostró que las palabras de Zich eran correctas.
—Aún si no nos guías hasta él, tu hermano menor morirá. Aún si trabajas duro vendiendo productos, ¿qué posibilidades tendrás de salvar la vida de tu hermano? ¿No deberías intentar agarrarte del más pequeño hilo de esperanza en una situación como esta?
Las palabras de Zich eran como las tentaciones de un demonio, y el joven se mordió los labios.
* * *
El joven guio a Zich y a Lubella hasta una casa en los barrios bajos. Al igual que el lugar en el que se alojaban, la casa estaba desgastada, en mal estado y con mal olor.
—Debe ser él.
Un niño dormía en una cama hecha con un montón de paja podrida debajo suyo y una sucia estera de paja encima. No parecía que el chico estuviera enfermo. Su complexión parecía aceptable y su respiración era normal. Sin embargo, el niño estaba extremadamente demacrado y huesudo como una momia; e incluso considerando el hecho de que los residentes de los barrios bajos no recibían suficientes nutrientes, la condición del niño era extrema.
—Sí, señora —respondió el joven, Timmy, a la pregunta de Lubella. Timmy seguía desconfiando de los dos, pero como si pensara que debía llevarse bien con ellos para ayudar a su hermano menor, su tono y su forma de hablar se habían vuelto amables.
Sin dudarlo, Lubella puso una mano en el pecho del chico. Timmy se estremeció, pero no detuvo a Lubella.
—¿Cómo está su estado?
—Es como esperábamos. —Lubella quitó la mano del niño y respondió a Zich—. Casi no puedo sentir nada de su fuerza vital. En su lugar, puedo sentir la energía sucia de Bellu. Estábamos en lo correcto; este chico es el sacrificio.
—¿Sacrificio? ¿Mi hermano es un sacrificio?
Timmy se apresuró a aferrarse a Lubella, pero esta última vaciló. Dudaba en decir la oscura verdad al hermano mayor del chico. Por ello, Zich se adelantó en su lugar.
—Te lo explicaré de forma sencilla: unos tipos propagaron muertos vivientes en esta ciudad y nos acusaron falsamente de esos crímenes. Son esos tipos de Bellid. Te son conocidos, ¿no es así? Y esos tipos succionaron la fuerza vital de tu hermano para completar un ritual. Afortunadamente, no tomaron lo suficiente para matar a tu hermano, pero eso puede ocurrir en cualquier momento-
Se le acababa de revelar un montón de planes y conspiraciones descomunales, pero Timmy no sentía curiosidad por eso.
—E-entonces ¿qué? ¿Mi hermano puede mejorar?
—Sí, por supuesto.
Con la cabeza baja y el corazón lleno de culpa, Lubella preguntó sorprendida—: ¡¿En serio?! ¿Realmente hay una manera de que se mejore?
Ni siquiera ella sabía cómo curar a una persona a la que le habían quitado su fuerza vital.
—Sí, definitivamente hay una.
—¿C-cómo…? —preguntó Timmy lastimosamente, como si hubiera desechado todo su recelo hacia los dos.
—Es sencillo. Solo tenemos que devolver la fuerza vital que perdió tu hermano. Por lo tanto, (como podrás esperar) solo tenemos que saber a dónde fue a parar la fuerza vital de tu hermano.
La voz de Zich varió ligeramente.
—¿Cómo tu hermano llegó a este estado? ¿Se te ocurre algo? Como a dónde fue o con quién se encontró antes de colapsar.
—Tengo a alguien en mente.
—Ah, ¿sí?
Timmy se mostró seguro, y Zich y Lubella se esperanzaron.
—Eso es bueno, amigo. Acabas de aumentar las posibilidades de supervivencia de tu hermano. Dinos, pues. ¿Dónde? O ¿quién?
—El bastardo de Sude.
—¿Quién?
—El bastardo de Sude. Ya sabes, el tipo que nos ayudaste a golpear. Ese bastardo.
—¿Qué?
Lubella intervino involuntariamente mientras escuchaba la conversación.
Timmy miró a Lubella. Había mucha rabia en su cara, y Lubella bajó el cuello.
—¡Digo… que es ese bastardo tendero al que salvaste! —gritó Timmy.
Zich tapó rápidamente la boca de Timmy. Para Zich y Lubella, que estaban escondiéndose, no era una buena idea armar un alboroto. Afortunadamente, Timmy no gritó después de eso, pero incluso cuando Zich bloqueó la boca de Timmy con sus manos, Timmy siguió fulminando a Lubella con la mirada.
—Oye, amigo, calmémonos un poco. Tenemos que movernos en secreto. Eso es lo mejor para tu hermano. Lo entiendes, ¿verdad?
Timmy asintió, y Zich le quitó la mano.
—Explícanos, pues. Ten en cuenta que aumentarás las posibilidades de supervivencia de tu hermano cuantos más detalles nos des.
—… Sucedió hace unos diez días. Ese día, también estaba de regreso de ganar dinero. No sé ustedes, pero nosotros, si descansamos aún si sea un día, nos morimos de hambre. No puedo descansar incluso si el estado de mi hermano es así.
Timmy limpió la frente de su hermano. Tal vez porque el chico sintió una mano familiar, una sonrisa se formó en su rostro después de algunas vueltas; era una escena conmovedora, pero el cuerpo esquelético del chico realmente hacía que la escena pareciera más lamentable.
—Ese día llegué un poco tarde porque había un trabajo que daba buen dinero.
Timmy había llegado a casa con el saco más lleno de lo habitual. Pero la satisfacción que le producía sentir el pesado tacto del saco no duró mucho.
—Mi hermano menor no estaba en casa. Siempre lo estaba cuando yo volvía del trabajo porque le dije que tenía que quedarse dentro de la casa por la noche.
Por supuesto, Timmy fue a buscar a su hermano. En los barrios bajos, donde no era exagerado decir que la ley y el orden no existían, todo tipo de pensamientos invadían la cabeza de Timmy. Sin embargo, no se rindió; su hermano era su única familia.
—Vagué por los barrios bajos durante mucho tiempo hasta que encontré a mi hermano en una plaza.
Sin embargo, su hermano menor no era el único que estaba allí. Había un hombre con una máscara.
—Mi hermano menor estaba tirado en el suelo y el hombre estaba de rodillas sobre él.
El hombre estaba clavando algo en el brazo de su hermano menor. Timmy aún podía recordarlo vívidamente mientras la escalofriante y aterradora hoja brillaba bajo la luz de la luna.
—Ni siquiera tuve tiempo de pensar. Me lancé hacia el hombre con un grito. El hombre se sorprendió, pero yo fui más rápido, y nos enzarzamos en una pelea.
La pelea había continuado. Aunque las habilidades de Timmy eran superiores a las del hombre, debió tener cuidado con el cuchillo del hombre; esto prolongó la pelea y Timmy acabó perdiendo al hombre.
—Pero aun así logré quitarle la máscara a ese hombre.
Timmy recordaba claramente el rostro revelado por la luz de la luna.
—Para buscar formas de ganar dinero o incluso mendigar a veces, fui muchas veces al distrito comercial y mercantil. Y allí, me resultaba especialmente familiar una persona.
—Y ese tipo debe ser Sude —continuó Zich por el joven.
Sin tener tiempo para perseguir a Sude, Timmy comprobó primero el estado de su hermano. Examinó el brazo de su hermano que había sido atravesado por un cuchillo, pero había algo extraño.
—No había ni un rastro de sangre, ni un solo rasguño. Y mi hermano menor se despertó poco después. Me sentí aliviado. Pensé que mi hermano casi se había visto envuelto en un secuestro que ocurrió en los barrios bajos, y que solo me había imaginado el cuchillo. Pero después de ese incidente, mi hermano perdió energía y se desmayó. Y fue ahí que empezó a transformarse en esto, como pueden ver.
Timmy miró a su hermano menor con lástima.
—Aunque de alguna manera encontré algo de comida y lo alimenté, fue inútil. Pensé que me estaba volviendo loco, ya que no parecía que le doliera nada, pero estaba volviéndose cada vez más débil. Como dijiste, era como si le absorbieran la fuerza vital.
Entonces, recordó al hombre que había atacado a su hermano y la escalofriante daga del hombre.
—Una daga que no dejaba marca después de atravesar a una persona. Pensé que debía ser un artefacto raro, lo que podría explicar el extraño estado de mi hermano.
Como era de esperar, Timmy había ido a buscar a Sude; como Sude era alguien que conocía, no era difícil encontrarlo. Pero no había nada que pudiera hacer. El magistrado no se preocupaba por la gente pobre como él, y su oponente era un miembro de la sociedad a diferencia de ellos.
—Pero no podía quedarme de brazos cruzados pensando en mi hermano menor. Por eso, finalmente decidí resolver las cosas por la fuerza.
—Y fue entonces que te encontraste conmigo.
—Sí, pensé que debía tomar la daga del tipo primero. Luego pensé que podría usarlo para intercambiar información sobre cómo sanar a mi hermano. También pensé que aún si el tipo se negara a decirnos nada, en última instancia, el magistrado podría hacerse cargo al presentárseles una prueba como esa.
Timmy dejó de hablar un momento y volvió a mirar a Lubella.
—Pero una persona virtuosa lo arruinó todo.
—L-lo siento. Lo malentendí…
—¿Lo malentendiste?
La voz de Timmy era afilada.
—¿Por qué? ¿Fue porque le dimos una paliza unilateral? ¿O porque éramos gente de los barrios bajos? ¿O porque era el hijo de un bastardo mafioso? ¿Acaso nos veías a nosotros como los fuertes y al tipo como el débil? ¿Estabas tan convencida de que debíamos estar equivocados?
La voz de Timmy empezó a crecer más y más en tono.
—¡Por tu gran malentendido, mi hermano ahora…!
—Vale, vale. Colega, alto ahí. Vamos a calmarnos.
Zich palmeó los hombros de Timmy.
—No la critiques tanto. Como has dicho, la señorita solo ha vivido una vida refinada y protegida, y no ha experimentado mucho. Por otra parte, ella es consciente de sus defectos y también está intentando arreglarlos. Y eso es algo sorprendentemente difícil.
Timmy reprimió su ira.
Lubella no pudo hacer ni una sola réplica, y cada una de las palabras resentidas de Timmy le perforó los rincones del corazón.
* * *
Con la pista sobre Sude, Zich y Lubella salieron de la casa de Timmy.
Timmy los vio largarse desde la puerta de su casa.
—Se los ruego. Por favor, curen a mi hermano menor. —Como si sus emociones se hubieran calmado, Timmy volvió a hablar educadamente.
—Sí. Aún si tengo que jugarlo por mi vida, lo conseguiremos.
Tal vez porque Lubella se sentía en deuda con Timmy, mostró una feroz determinación. Timmy miró a Lubella por un momento y asintió. Zich y Timmy también intercambiaron saludos.
—Eh, colega. Gracias por tu colaboración. No te preocupes demasiado; tu hermano mejorará pronto.
—Te lo ruego de verdad.
—Por supuesto. Pero tengo curiosidad sobre una cosa. Sorprendentemente, no pareces estar resentido conmigo. ¿Hay alguna razón para ello?
Zich había ignorado a Timmy cuando Lubella apareció por primera vez en el callejón. Podría decirse que Zich había traicionado a Timmy. Sin embargo, Timmy sorprendentemente no mostró particular hostilidad hacia Zich, y había una clara diferencia en su actitud entre Lubella y Zich.
—Ah, hablas de eso. —Timmy dudó un poco, y con vergüenza dijo—: Fuiste el primero (aparte de mis amigos) que quiso ayudarme sin ningún motivo. Ayudarnos a nosotros, a quienes nuestros propios padres abandonaron. Probablemente por eso no puedo sentirme realmente hostil hacia ti.
¿Por qué? La cara de Zich se congeló como un pájaro golpeado por una pistola de aves.
—¿Qué pasa?
—No, no es nada.
Timmy lo miró con extrañeza. Pero Zich no dijo mucho, y Timmy no preguntó más.
—En fin, ¿en serio no mataron al señor alcalde y al teniente de alcalde? ¿Ni lanzaron una gran maldición sobre la ciudad?
Pese a que su mente solo se había centrado en su hermano menor, Timmy comenzó a ordenar sus sentidos y a hacer preguntas. También era extraño que Timmy añadiera “señor” antes de solo el alcalde, pero Zich le respondió:
—Si sabes la verdad, estarás en peligro. Es mejor que no lo sepas.
—Entonces, al menos dice si el señor alcalde está muerto o no.
—Ha muerto.
Zich pensó que esto estaba bien para decírselo a Timmy, pero Lubella pensó: ‘¿Por qué Timmy mostraba interés sólo por el alcalde? ¿Estaba contento de que el codicioso alcalde estuviera muerto?’
Sin embargo, la respuesta de Timmy fue completamente inesperada.
—Qué lástima. Era una buena persona.
—¿Disculpa? —Lubella quedó sorprendida—. ¿Una buena persona? ¿El alcalde?
—Sí, era una persona demasiado buena, lo que hacía difícil creer que formara parte de esta ciudad codiciosa.
—Pero los rumores sobre él no eran muy buenos…
Timmy frunció el ceño.
—¿Los escuchaste de los comerciantes o de gente relacionada con ellos? A esa gente no le gusta el alcalde por intentar ayudar a la gente pobre como nosotros con los impuestos de la ciudad. Por supuesto, la mayoría de los comerciantes no estaban contentos con eso. Y desafortunadamente, como los comerciantes tiene una voz fuerte en esta ciudad, los rumores sobre el señor alcalde naturalmente crecieron para mal.
—Pero el estilo de vida del alcalde era extravagante y derrochador, y su casa era muy grande. ¡Es difícil verlo como una persona así! ¡Hasta se veía codicioso!
—¿De qué estás hablando? —exclamó Timmy con voz molesta, y Lubella cerró la boca.
En su estado de confusión, Lubella parecía un árbol moribundo, luchando por aferrarse a su centro.
—¿Por qué importa que su estilo de vida fuera extravagante, o que su casa fuera grande, o que fuera derrochador? Como alguien que estaba a cargo de la ciudad, también era un exitoso comerciante. Aunque puede hacer que algunos se sientan celosos, da igual lo que haga con su propio dinero. Es más, siempre donaba a los pobres. Entre todos los comerciantes de esta maldita ciudad, él era el único que gastaba dinero en los pobres y se preocupaba por nosotros. ¡¿Y qué quieres decir con que parecía codicioso?! ¿Qué tiene que ver el carácter de uno con su aspecto?
—…
Lubella no pudo decir una palabra en respuesta.
Pobre santa esta tomando daño a mansalva su HP ya debe estar en negativo
El verdadero “no juzgues a la gente por su apariencia”