Capítulo 4/7
Huh...
—¿Cómo puedes pensar así?
Era tarde; Las luces de ensueño de la vela iluminaban la habitación y ahuyentaban la oscuridad. Dos personas se encontraban sentadas en el centro de la habitación donde había una mesa gastada y manchas en la superficie del piso. Se trataba de Zich y Lubella.
La situación era esta: después de que Lubella ahuyentara a los matones, curara a la víctima y verificara su identidad, llevó a Zich a su alojamiento. Las críticas eran evidentes en el rostro de Lubella, pero Zich parecía tranquilo.
—¿Qué quieres decir?
—Te dije que ayudaras a los necesitados. ¿¡Como confundes eso con ayudar delincuentes!?
Algunos de los Caballeros Sagrados que protegían a Lubella en la habitación también parecían aturdidos.
—¿No me dijiste hace poco que ayudara a los necesitados sin agregar ningún tipo de condición? Esos tipos parecían estar teniendo serias dificultades.
—¡Pero es de sentido común!
—Te pedí un consejo porque no tengo ese sentido común.
Lubella se quedó sin palabras ante la respuesta de Zich y se agarró la cabeza. Como alguien que había pasado la mayor parte de su vida en la iglesia, esta era la primera vez que experimentaba algo como esto.
—No, esto no se debe a mi falta de experiencia.
Incluso una persona con mucha experiencia probablemente nunca habría conocido a una persona como Zich.
‘Considerándolo de otra forma, incluso esta es una experiencia increíble.’
Sino pensaba de esta manera, Lubella sintió que se le rompería la cabeza.
—Por favor, continúa tratando de ayudar a los débiles.
—Estás cambiando furtivamente las condiciones un poco.
—¿Y quién crees que es la causa de eso?
Lubella miró a Zich. Todo tipo de pensamientos sobre cómo debería resolver el asunto con Zich pasaron por su mente. Luego, se levantó de su asiento.
—Bueno, por ahora, disculpémonos con la víctima mañana.
—¿Con quien?
—Con la persona a la que golpeaste.
—Ya dije esto antes, pero hice lo que me dijiste que hiciera …
Ante la mirada de Lubella, Zich se encogió de hombros.
—Me disculparé.
* * *
—Está bien.
Briand Sude aceptó amablemente la disculpa de Lubella y Zich. Gracias al tratamiento de Lubella, tenía una sonrisa despreocupada y se veía muy tranquilo, no, agradable. Zich esbozó una sonrisa de satisfacción y asintió. Luego, miró hacia Lubella.
—Él dijo que está bien.
—Por favor, discúlpate con él de manera sincera.
—De verdad, está bien.
Con las palabras de Sude, Zich levantó aún más la barbilla. Lubella quería decir más, pero se rindió porque pensó que nada pasaría por Zich.
—Lo siento. En lugar de él, me disculpo.
—No, de verdad, no hay porque disculparse. Además, no es como si usted, Lady Lubella, hubiera hecho algo malo.
—Yo soy quien le dio la sugerencia. Yo también comparto algo de culpa.
Por supuesto, Lubella no le había dado un consejo equivocado. ¿Quién hubiera pensado que alguien podría interpretar sus palabras de manera tan inexacta? Pero Lubella aun así creía tener alguna responsabilidad sobre el asunto.
—Es usted realmente amable, señorita. Como se esperaba de alguien de Karuwiman.
—No, aun no estoy a la altura.
Pero como si le gustara el cumplido que recibió Karuwiman, una pequeña sonrisa se curvó en sus labios.
—¿Pero qué pasó? ¿Por qué te golpearon los matones en el callejón?
Lubella miró de Zich a Sude en busca de la verdad. El que respondió primero fue Zich.
—No lo sé exactamente. Los matones dijeron que tenía un objeto importante. Dijeron que solo necesitaban tomar eso.
—¿Qué objeto?
—No lo sé.
—¿No sabías lo que tenías que obtener, pero golpeaste a una persona?
—Lo importante era obtener el objeto. No importaba cuál era.
—¿Seguro que no eres un delincuente o algo así?
—¿No te dije que viví una vida dura?
Como si se hubiera cubierto la cara con metal, la expresión de Zich no cambió en absoluto. Hasta el punto en el que incluso Hans, que venía con él, suspiró.
‘De todos modos, ¿qué quiere decir con una vida dura? ¿No vivía Sir Zich una vida tranquila hasta hace poco?’
Pero Hans recordó el entorno en el que creció Zich.
‘Bueno, si considero la situación de Steelwall y Zich, supongo que se podría decir que vivió una vida dura.’
De repente, Hans se sintió un poco arrepentido por su comportamiento en el pasado. Si hubiera mantenido incluso la etiqueta más básica, Zich no lo habría sacado a la fuerza de la residencia del Conde, y no tendría que sufrir así.
Como sentía que no podía obtener más información útil de Zich, Lubella volvió a centrar su atención en Sude.
—¿Podemos saber más? Por supuesto, puede ser difícil revelarnos todo, pero podemos ayudarlo con su situación.
Lubella lo convenció en silencio y con cuidado, pero Sude vaciló. Parecía como si se preguntara si debería contarlo o no.
—En primer lugar, no tengo un objeto importante como el que mencionó—dijo Sude mientras señalaba a Zich.
—¿No tienes el objeto?
—Así es, lo inventaron para acosarme sin ningún motivo.
—¿Fue sólo para acosarte?
—Sí, pero tenían un propósito.
Sude miró lentamente a su alrededor. Siguiendo su mirada, todos en la habitación torcieron el cuello en todas direcciones. El lugar en el que se encontraban era una tienda. Parecía que la tienda vendía ropa mientras las telas enrolladas llenaban los estantes y las paredes. Sin embargo, si alguien les preguntara a cien personas si la tienda se veía bien, todos responderían: “No, no luce bien.”
El edificio de madera se inclinaba hacia abajo como si fuera a derrumbarse en cualquier momento. Una telaraña colgaba en la esquina de la habitación, los expositores estaban salpicados de manchas que parecían imposibles de borrar, sin importar cuánto se frotara contra ella, y el piso oxidado de la tienda hacía que los espectadores se sintieran sombríos.
—Es una tienda desgastada, ¿verdad?
Sude lo señaló. Lubella negó con la cabeza con firmeza.
—No, es una gran tienda. No podemos simplemente juzgar algo basándonos en su exterior.
—Estoy agradecido de que diga eso. Como dice Lady Lubella, este es un lugar especial para nosotros. Desde la época de nuestro abuelo, pudimos sobrevivir gracias a la tienda. Pero además de lo que Lady Lubella y yo pensamos, no tiene un exterior muy atractivo. —dijo Sude en un tono un poco burlón.
—De alguna manera se ha vuelto muy deplorable. Aunque la tienda es muy valiosa para nosotros, si la miras con objetividad, no vale mucho. No, solía ser así.
—¿Qué tiene de diferente ahora?
—Mucho es diferente. ¿No echaron un vistazo a los alrededores de la tienda cuando vinieron aquí?
—Sí, se estaban reconstruyendo la mayoría de los lugares.
—Recientemente se decidió que esta área se convertiría en una zona comercial. No sé si tengo suerte o no, pero mi tienda está incluida dentro de la zona.
Porti era una colosal ciudad comercial. Utilizando su trasfondo estratégico, la ciudad había acumulado una gran riqueza y había obtenido el control autónomo sobre una región específica del estado. Como era de esperar, los negocios eran lo más importante para Porti. La razón por la que eligieron una nueva zona comercial también era por eso.
—¿Están intentando apoderarse de su tienda?
Ante la pregunta de Lubella, Sude asintió con la cabeza.
—Son la Corporación Siren. Son el grupo que está remodelando las tiendas al lado de la mía. Por lo que sé, están planeando hacer una tienda enorme que sea lo suficientemente grande como para incluir la mía.
—¿Significa que han decidido robarte la tienda?—La voz de Lubella estaba mezclada con angustia.
—¿Ha solicitado ayuda al magistrado?
—No sirve de nada. El es parte de ellos. El jefe de la Corporación Siren está ofreciendo sobornos al alcalde, y no solo eso, sino que además es el hermano menor de uno de los asociados del alcalde.
—De hecho, no hay buenos rumores sobre el alcalde de la ciudad.
Uno de los Caballeros Sagrados le explicó más y la angustia de Lubella alcanzó su punto máximo.
—Intentaré reunirme con el alcalde mañana.
—¿Perdón?
—Gracias a Dios, hay una manera de expiar mis pecados.
Mientras Sude la miraba con ojos desconcertados, Lubella esbozó una sonrisa tranquilizadora.
—Lady Lubella, por precaución …
—Ya lo sé. Incluso si somos Karuwiman, no deberíamos intentar involucrarnos en política.
Lubella asintió en respuesta a las cuidadosas palabras del Caballero Sagrado. Aunque Karuwiman era una religión que tenía una influencia considerable en muchas personas, era solo eso. Incluso los miembros de la realeza y los aristócratas que inclinaban la cabeza encantados de recibir la bendición de Karuna de su parte, olvidaban sus sonrisas, derramaban intenciones asesinas y la antagonizaban si intentaba entrometerse en sus intereses.
‘Incluso si no puedo dañarlos directamente, puedo mantenerlos bajo control.’
Pero si sucediera lo peor, podría ser contraproducente para Karuwiman.
—Si intentamos entrometernos en cada pequeño asunto, podríamos perder nuestra capacidad de usar el nombre de Karuwiman. ¿Qué pasará si otros intentan mantener bajo control a Karuwiman? Pero, si mantenemos nuestra fe y ayudamos a los débiles, la gente seguirá amándonos.
Incluso con el peligro de las influencias externas, la forma en que ha actuado el grupo a lo largo de las décadas era la razón por la que Karuwiman era tan querido hoy. Los Caballeros Sagrados asintieron. No tenían la intención de encubrir este incidente y pasarlo por alto, pero también querían dar un consejo a Lubella, a quien servían.
Sude los detuvo con una expresión difícil.
—No tiene que ir tan lejos …
—Esto no solo lo involucra a usted. Como persona de Karuwiman, no puedo simplemente ignorar la injusticia y quedarme al margen. No se preocupe. Me aseguraré de que no le ocurra ningún daño.
—Realmente es una persona noble y virtuosa. Oraré para que su futuro sea dotado de una bendición eterna.
Sude se inclinó profundamente y le dio las gracias. Zich miró a Lubella inclinándose profundamente para recibir su agradecimiento. Por otro lado, Zich era tan desvergonzado como siempre. Incluso bostezó como si la conversación lo aburriera.
—¿Qué pasa?
—¡Haaa! Dado que también es mi culpa por haberte dado un consejo equivocado y el Sr. Sude también dijo que te perdona, creo que deberíamos dejar este asunto aquí. Especialmente porque no pareces estar mintiendo diciendo cuando dices querer ‘vivir una vida amable’. Pero espero que lo pienses dos veces antes de usar la violencia y reflexiones para ver si esa es realmente una acción amable.
—Entiendo.
—Además, no olvides el otro consejo que te di.
—¿Te refieres al de ‘ayudar a los débiles’? Lo siento, no me gusta mucho ese consejo—Zich se encogió de hombros.—Pero bueno, ya que es Lady Lubella quien lo dice, lo intentare.
—Gracias.
Después de terminar su conversación con Zich, Lubella se despidió de los dos nuevamente y salió de la tienda.
—Um, lo siento.
Tal vez fue porque Lubella le había dicho que ayudara a los débiles, pero después de que Lubella se fue, Zich volvió a disculparse con torpeza.
—Olvidalo, pero si todavía sientes algo de culpa, espero que protejas a los débiles como te dijo Lady Lubella.
—Ah, está bien. Lo intentaré.
Zich salió de la tienda mientras balanceaba las manos.
* * *
Pronto llegó la medianoche. Una masa oscura de nubes cubría la luna y las estrellas, por lo que era difícil ver hacia dónde se dirigían. Sosteniendo una antorcha, Hans se volvió detrás de él.
—¿Hay algo con lo que no esté satisfecho, señor?
Zich había caminado sin decir nada durante un tiempo. Parecía que estaba pensando profundamente en algo, y aunque Hans no quería hacer algo como despertar a un perro dormido, era escalofriante ver a Zich simplemente seguirlo por detrás como un fantasma. Al final, Hans no tuvo más remedio que abrir la boca.
—Sabes, lo que me dijo Lubella. ¿De verdad es así?
Aunque Zich no agregó “Lady” al nombre de Lubella, Hans lo dejó pasar. A decir verdad, pensó que si el actual Zich agregaba un honorífico al nombre de alguien, sería más sorprendente.
—¿De qué está hablando, señor?
—Lo que dijo sobre ayudar a los débiles.
—¿Hay algo de malo en eso, señor?
—De alguna manera, no se siente bien. ¿De verdad puedo hacer eso? ¿No está confundida por algo?
‘Tú eres el que está confundido.’
Hans se sorprendió cuando descubrió que Zich había ayudado a matones a ayudar a alguien que lo necesitaba.
—¿Por qué cree que está confundida?
—Puedo entender la parte de ayudar a los débiles. Pero según ella, parece que me está diciendo que ayude a alguien como Sude.
—No es ‘parece’ sino ‘lo es’, señor.
—¿De verdad?
Zich ladeó la cabeza.
—Bueno, ya que no tengo otra opción, ¿debería hacerlo? Sigo pensando que es el enfoque equivocado, pero lo que dijo Lubella …
¡Detenerse!
Zich dejó de caminar. Ante esto, Hans también se detuvo en sus pasos.
—¿Qué ocurre, señor?
—Mira allá.
Zich señaló al frente. Sin darse cuenta, habían llegado a un área mayoritariamente deshabitada. A su izquierda, el arroyo goteaba, mientras que a su derecha, las casas en mal estado alineaban escasamente el área. No había una sola luz como si fueran casas vacías o sus residentes estuvieran durmiendo.
Hans entrecerró los ojos para ver a qué apuntaba Zich.
—¿Es … una persona, señor?— Hans se calló.
La figura oscura parecía tener la forma de una persona. Sin embargo, era difícil decir que era un humano ya que los movimientos de la sombra eran extraños.
—No es humano
—¿Perdon? Entonces, ¿qué es, señor?
Antes de que Hans pudiera escuchar la respuesta, la figura en las sombras entró en el alcance de la luz de la antorcha y emitió un hedor nauseabundo.
—Es un zombi.
ayudar a los debiles? pff que se ayuden solos v:<
Gracias por el capitulo. Se viene la noche de los muertos vivientes