Search

El señor demonio regresado es amable: Capítulo 13

Capítulo 1/7
Y volvemos con la programación habitual.

Por supuesto, la manera en que Hans sacó su espada resultó irremediablemente torpe, pero su postura preparada lo remediaba. Después de todo, era un sirviente de Steelwall, y había escuchado una o dos cosas sobre el combate.

 

¡Uurgh!

 

El goblin lanzó una mirada amenazante mientras agitaba el garrote de madera.

 

El monstruo solo tiene un garrote, de todos modos.’

 

 Si bien Hans en un principio no tenía mucha fe en su espada, ahora empezaba a sentirla como algo digno de confianza. Al fin y al cabo, pese a su aspecto modesto, la espada estaba hecha de hierro fino.

 

¡Puedo ganar!

 

Hans no disimuló la creciente confianza en su rostro y se acercó lentamente al goblin.

 

¡Eeeeeeh!

 

El goblin levantó una rama de árbol con todas sus fuerzas y corrió hacia Hans.

 

—¿Eh? ¿Eh? —Hans exclamó en sorpresa.

 

En su cabeza ya se reproducían muchos escenarios: si el goblin le atacaba así, él respondería así, y así sucesivamente. Pero al final, eran los delirios de un principiante que nunca había aprendido a luchar con la espada. Cuando el goblin de pronto corrió hacia él, todo lo que Hans pudo hacer fue blandir su espada.

 

¡Bam!

 

—¡Aaah!

 

Sus dos brazos rebotaron con la espada. Su cuerpo perdió el equilibrio y se estremeció. Era lamentable.

 

—¿Oh?

 

Sin embargo, Zich se mostró gratamente sorprendido mientras observaba la batalla desde la distancia.

 

Un novato total fue capaz de bloquear el ataque de un monstruo.’

 

Eso ya era digno de elogio, pero lo que ocurrió a continuación fue más notable.

 

Tampoco soltó su espada.’

 

De la mano de Hans goteaba sangre mientras empuñaba su espada. Tenía las manos destrozadas; aún siendo un auténtico novato, no soltó la espada ni siquiera cuando recibió un ataque tan fuerte como para arrancarle la mano.

 

‘¿Está intentado demostrar que realmente es parte de Steelwall? ¿O se deberá a su talento personal?’

 

Eso no importaba, de todas formas.

 

¡Plam!

 

El goblin volvió a blandir su garrote, y Hans pudo esquivarlo, pero su postura se rompió. Bloqueó el siguiente ataque con su espada.

 

‘¿¡Cómo es tan fuerte!? ¡También es muy rápido!’

 

El monstruo apenas medía un metro de altura, pero cada uno de sus golpes portaba una fuerza inmensa. Al contrario de lo que pensaba Hans, no era un monstruo que se derrumbara al primer toque del protagonista.

 

—¡Jaaaaaaaa!

 

Frente a la gran amenaza del peligro, el cuerpo de Hans se movió por sí solo. Dejando escapar un alarido o un grito, Hans se enfrentó de nuevo al goblin.

 

Hans atacó con sus ojos brillantes, y el garrote del goblin golpeó el cuerpo de Hans un par de veces. Hans recibió muchos golpes, pero debido a su armadura y su emoción, no pudo sentir el dolor. Y antes de que lo notara, la espada de Hans golpeó la cabeza del goblin, con la suficiente profundidad como para que el ataque fuera mortal.

 

El goblin cayó dando un grito ahogado, y Hans también se desplomó en el suelo.

 

‘¿Ganó?’

 

Sorprendido, Zich miró a Hans, que ahora se hallaba temblando en el suelo.

 

‘No creí que realmente ganaría.’

 

Por más que un goblin fuera un monstruo débil, seguía siendo un monstruo; Zich no creía que un sirviente ordinario, especialmente uno que había crecido bien y prolijamente bajo el cuidado de la condesa, pudiera ganar.

 

Zich quería que Hans supiera lo peligroso que podía ser un monstruo y analizar su capacidad para luchar. Se sorprendió al ver que Hans tenía más talento para el combate de lo que esperaba.

 

—Bueno, buen trabajo.

 

Mientras Hans miraba distraído al suelo, Zich le dio una palmada en el hombro.

 

—Ah, graci… ¡Ah! —gritó Hans.

 

Tras calmarse su excitación, empezó a sentir dolor. Seguidamente, mientras Hans se retorcía, una sustancia líquida cayó sobre él, empapándolo, y su dolor empezó a disminuir.

 

—¿Una poción?

 

—Es mi trato especial; será la última vez que lo hago, así que no esperes que suceda otra vez.

 

Zich aún disponía de un montón de pociones que tomó de la residencia del conde, pero como las pociones eran increíblemente caras, Zich no quería desperdiciarlas.

 

Las heridas de Hans se curaron por completo.

 

—¿Cómo te sientes después de enfrentarte a un monstruo pro primera vez? No creerás que… al menos puedes hacerte cargo de un goblin, ¿verdad?

 

—… ¿Lo sabía, señor?

 

—Es algo que obviamente pensaría un tipo como tú, por eso te lo he preguntado. Es más importante experimentar lo peligroso que es un monstruo de primera mano. Has tenido suerte; los goblins suelen viajar en grupo, y es raro ver a uno deambulando solo.

 

Zich volvió la mirada al frente.

 

—Pero parece ser que no estaba muy lejos de la manada.

 

El sonido de la hierba meciéndose con el viento se hizo más áspero. Los goblins no tardaron en aparecer y rodearon a Hans y a Zich. Eran al menos diez.

 

—¿Estos descerebrados idearon usar cebos?

 

El hecho de que no pareciera importarles que uno de sus compañeros hubiera muerto parecía demostrar que eran monstruos sin un ápice de humanidad.

 

—¿S-señor Zich? ¿Esto no es un poco peligroso?

 

 Hans temblaba pensando en todo el esfuerzo que le tomó solo luchando contra uno.

 

—Está bien. Me he preparado lo suficiente.

 

Zich movió la mano izquierda. Los objetos que tenía en mano chocaron entre sí y repiquetearon.

 

—¿Esas no son piedras? ¿Qué es lo que está…?

 

Hans no pudo ni siquiera terminar su pregunta. Zich colocó una de las piedras en su mano izquierda y la aseguró en su dedo medio con el pulgar, como si fuera a dispararla.

 

¡Fum!

 

Estiró el dedo medio y empujó la piedra hacia fuera. Era un gesto infantil, pero si una persona del nivel de Zich lo hacía, el resultado era diferente. La piedra salió volando y atravesó el centro de la frente de uno de los duendes.

 

¡Pum!

 

Floreció una flor roja y brillante. Como si un enorme martillo la golpeara, la cabeza del goblin explotó. Zich continuó disparando las piedras.

 

¡Fum! ¡Fum!

 

¡Pam! ¡Pam!

 

Cada vez que Zich movía el dedo, sonaba un fuerte sonido y una cabeza explotaba. Todo esto ocurría al instante. Los monstruos ni siquiera tuvieron la oportunidad de responder, escapar o correr. El grupo de goblins no tardó en ser aniquilado.

 

—… ¿Qué has hecho?

 

Hans solía ser cauteloso cuando trataba con Zich, pero esta vez se encontraba demasiado conmocionado como para ser cuidadoso. Sin siquiera levantar los pies del suelo, Zich derrotó a los goblins a los que Hans se había esforzado por vencer.

 

—Tú mismo lo viste. Solo lancé algunas piedras —dijo Zich, dejando caer las piedras que le habían sobrado—. No tengo ninguna razón para usar mi espada contra un goblin. Esto es suficiente.

 

Hans miró a Zich con ojos perdidos.

 

Me imaginaba que era fuerte, pero ¿está al nivel de poder derrotar monstruos con meras piedras?

 

 ¿Acaso Zich se había hecho más fuerte en tan poco tiempo, o cualquier persona hábil era capaz de hacerlo? Pero Hans no contaba con más tiempo para pensar.

 

—Levántate rápido. Ya que te di la poción, deberías de poder moverte, ¿no es verdad?

 

—… Sí, señor.

 

Hans no quería levantarse, pero se obligó a hacerlo.

 

—Sigamos caminando.

 

Zich y Hans empezaron a recorrer el terrero de la montaña.

 

***

 

Después de eso, se encontraron con más monstruos. La mayoría de las cabezas de los monstruos estallaron por las piedras que Zich disparó burlonamente, y a los que no murieron contra las piedras, Zich los cortó fácilmente con su espada. Hans observó toda la escena mientras temblaba y juró no volver a desafiar a Zich nunca más.

 

Después de acabar con un par de orcos errantes, Zich recogió un manojo de hojas de hierba y limpió la sangre de su espada.

 

Como era de esperar, muchos monstruos surgen cuando te adentras bastante en la zona.

 

Dado que estos monstruos vivían en zonas internas donde no había humanos, se podría decir que eran inofensivos.

 

Pero ¿realmente existe un monstruo que sea inofensivo contra los humanos?

 

No había ninguno inofensivo entre los monstruos; era preferible matar a todos los que estuvieran a la vista.

 

No será de mucha ayuda, pero es bueno deshacerse de ellos.

 

Esta era la razón por la que Zich había abandonado un camino en perfecto estado para atravesar el terreno salvaje de la montaña. Otra razón era mostrar a Hans lo difícil que podía ser viajar, y la otra era…

 

Bueno, probablemente servirá de algo.

 

Zich ayudaba a Steelwall eliminando muchos de los monstruos que rondaban por su residencia. Pero él no tenía intención de ayudarles más allá de eso, y no había forma de que los de Steelwall se enteraran de su hazaña. Todo esto era para su autosatisfacción; era para desarraigar la más pequeña semilla de culpa que tuviera en su corazón.

 

Aquí termina esto. Más adelante puedo ayudar a los Steelwall según qué situación se presente. Sí, prometí ser una persona amable, así que al menos debería hacer esto. ¿No me he vuelto demasiado amable?

 

Si Hans escuchara la mente de Zich, podría haber gritado ante lo absurdo de esas palabras.

 

Zich siguió encontrándose con monstruos mientras caminaba por el áspero sendero. Hacía mucho tiempo que Zich no avanzaba en línea recta sin muchos pensamientos. Eso le hacía sentir nostalgia por su pasado, pero Hans por otro lado sentía que estaba dando sus primeros pasos hacia un camino interminable de sufrimiento.

 

A pesar de que le dolían los músculos, Hans se apoyó en su incómodo equipaje para consolarse, temiendo que en cualquier momento pudiera salir un monstruo. Pero cuando finalmente vio la vía frente a él, Hans sintió que rompía a llorar; todo ya había terminado.

 

—El sol se está poniendo. Hoy dormiremos aquí.

 

—¡Sí, señor!

 

Hans respondió a la orden de Zich con gran entusiasmo. Seguían durmiendo a la intemperie, pero Hans estaba encantado de poder dormir al menos cerca de un camino.

 

Hans preparó la zona de descanso más rápido de lo que lo habría hecho normalmente, pero todavía le costaba moverse. Al final, Zich preparó la mayor parte de la zona para dormir; por supuesto, esto era sólo por ahora, y Zich planeaba hacer que Hans realizara esta tarea cuando se volviera más hábil en ella.

 

¡Crac! ¡Crac! ¡Crac!

 

Los trozos de madera encerrados en la hoguera alimentaban las llamas del fuego con sus débiles crujidos. Después de encender el fuego, Zich y Hans comieron. En comparación con el bosque, que estaba cubierto por espesos árboles, la zona que rodeaba el camino estaba abierta. Podían ver las estrellas en el cielo nocturno.

 

—Oye.

 

—¡Señor!

 

—¿Estás cansado?

 

Ante la repentina pregunta, Hans se preguntó cómo debía responder. Por supuesto, estaba cansado, pero pensó que un puño saldría volando en su dirección si respondía con sinceridad.

 

—Estoy bien, señor.

 

—¿De veras? Entonces, ¿está bien si seguimos por este camino…?

 

—¡A decir verdad, señor, estoy un poco cansado! —gritó Hans por reflejo, sus ojos empezando a ponerse en blanco.

 

Bajó el cuello y se estremeció como si le dieran un puñetazo en el estómago. Zich se rió a carcajadas de lo gracioso que le resultó. La cara de Hans enrojeció, pero se sintió aliviado de que el ambiente no se hubiera tornado violento.

 

—Pequeño bastardo. No te preocupes; solo viajaremos por aquí hasta salir del territorio de Steelwall.

 

—… ¿No todavía estamos muy lejos de salir de Steelwall, señor?

 

—Así es. Por eso solo vamos a abastecernos en esta ciudad y volver a entrar en la montaña.

 

Hans no pudo evitar preocuparse. Zich echó una risa al ver cómo Hans se desmoronaba visiblemente por dentro sin hacer ruido.

 

¡Clip! ¡Clop!

 

De repente, escucharon las pezuñas de caballo a lo lejos. Zich y Hans miraron hacia el lugar de donde procedía el sonido y, desde la distancia, una luz tenue se acercó lentamente a ellos.

 

—¿Quién será, a estas horas? ¿Un mercader?

 

—No, en comparación con el sonido de los caballos, el carruaje es demasiado silencioso. Si es un mercader, el sonido de las pezuñas y del carruaje deberían ser más o menos el mismo ya que llevan una carga pesada.

 

—Entonces ¿podría ser un viajero, señor?

 

—Ningún viajero va con un caballo y un carruaje.

 

—Entonces ¿quién es, señor?

 

—Lo más probable es que sea alguien de alto rango con sus guardaespaldas.

 

Como dijo Zich, las personas que vieron bajo sus luces de leña eran obviamente de un entorno rico. También había gente vestida con armadura completa protegiendo el enorme carruaje.

 

Son los caballeros sagrados de Karuwiman.

 

Karuwiman era una poderosa familia religiosa. Servían al dios sagrado, Karuna, al que seguían muchos miembros de la realeza, nobles y plebeyos. En resumen, eran una fuerza que no se podía tomar a la ligera.

 

Pensar que sería alguien protegido por los caballeros sagrados de Karuwiman.

 

Efectivamente, no eran unos cualquiera. Los caballeros sagrados y el carruaje siguieron hacia donde estaban Zich y Hans y se detuvieron frente a ellos.

 

¡Jiiii!

 

Los caballos resoplaron. Nervioso por la magnitud y el poder de los caballeros sagrados, Hans tembló y Zich se levantó.

 

No creo que estén planeando luchar.

 

Karuwiman era una familia religiosa. Por supuesto, eso no significaba que no tuvieran manzanas podridas, pero no iban por ahí propagando el mal. Sin embargo, la relación de Zich con ellos no era buena. No, antes de regresar, Zich había luchado con ellos con su vida en juego.

 

Por supuesto, Zich desconfiaba de ellos.

 

Esa mujer también era parte de Karuwiman.

 

No solo formaba parte, sino que también era su santa. Como uno de los miembros del grupo del héroe, ella podía brindar una increíble bendición a los miembros de su grupo para que pudieran maximizar sus habilidades. También podía curarlos, haciendo que uno se preguntara si sus compañeros eran zombis o humanos.

 

Ahora que lo pienso, ¿cómo estarán todos ellos en este momento?

 

Zich se perdió en sus pensamientos por un momento cuando…

 

¡Pam!

 

Una persona abrió las puertas del carruaje y se bajó. Al ver cómo los caballeros sagrados intensificaban su defensa, dicha persona parecía ser la que estaban protegiendo. Zich apenas miró a la persona con interés, sus ojos se abrieron de par en par.

 

Era una de esas personas a las que Zich jamás podría olvidar.

 

¿La santa?

 

La persona en la que Zich acababa de pensar y que había sido una figura central en su definitiva muerte estaba parada justo frente a él.

Comentarios

4.9 10 votos
Calificación
Suscribirse
Notificarme de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

7 Comentarios
Más antiguos
Más nuevos Más votados
Retroalimentaciones en línea
Ver todos los comentarios
Absolute
Administrador
Respondiendo a  Tibe
hace 3 años

a

pepoV.png
Absolute
Administrador
Respondiendo a  Tibe
hace 3 años

Cuánto tiempo sin vernos, queridísimo amigo mío. ¿Cómo has estado?

Absolute
Administrador
Respondiendo a  Tibe
hace 3 años

Pues, no se puede evitar que de semejante brillante mente salgan tantas ideas.

Brian
Brian
hace 3 años

Muchas gracias lo esperaba con ansias. Ahora que tipo de santa nos presentaran una inocente, una manipuladora, una chiflada, una promiscua, tantas opciones espero me sorprenda gratamente. Saludos

Apóyanos

Te podría interesar

7
0
Nos encantaría conocer tu opinión, comenta.x
Skip to content