El señor demonio regresado es amable: Capítulo 1

‘Ah, maldita sea’.

En un libro de cuentos para niños que Zich leyó cuando era pequeño, había un pasaje que describía la caída de un gran héroe. Según el pasaje, incluso los cielos se llenaron de dolor al ver al héroe moribundo, incluso lluvia comenzó a caer del cielo. No sabía exactamente por qué, pero incluso después de muchos años, este pasaje permanecía atrapado en su mente.

‘Bueno, era de esperarse, los cielos no parecen quererme’.

Al mirar el sol brillante sin una nube a la vista, Zich estaba seguro de que los cielos debían haberlo despreciado, definitivamente no amarían a una persona como él.

‘Bueno, es bastante comprensible por qué’.

Zich ni siquiera podía contar la cantidad de personas que lloraban por su culpa ni recordar cuántas personas había matado. La gente lo llamaba Señor Demonio, aquel que había traído caos y desesperación a este mundo. No le gustaba comer sangre o carne en particular, pero tampoco lo rechazaba cuando se lo ofrecían; había vivido una especie de vida en la que utilizaba todos los medios posibles para lograr una meta.

Si los cielos realmente lo amaran, habrían abofeteado a Zich y le habrían dicho que cambiara sus costumbres.

—¿Se acabó?

Zich escuchó una voz. Era una voz tan heroica y noble que resultaba irritante. Bajó la mirada del cielo y miró hacia adelante. Un hombre vestido con una armadura brillante miraba a Zich con una mirada altiva en su rostro. Era el hombre apodado “Héroe entre héroes”.

Con un título tan vergonzoso, casi repugnante, llamado “El guerrero del sol”, era el humano llamado Glen Zenard.

‘Es muy guapo’.

Zich deseaba poder escupir en una cara así al menos una vez.

‘¿Debería intentarlo?’

Zich consideró el ángulo, la resistencia que le quedaba, la velocidad de evasión del tipo, etc. Incluso en su estado de aturdimiento, era capaz de calcular este tipo de cosas rápidamente.

‘No, no debería’.

Este era su fin. Zich no quería perder la calma en el último momento con algo como esto. Todavía tenía algo de orgullo, la gente lo llamaba Señor Demonio después de todo.

‘Ah, pero espera. ¿Cuándo empecé a enorgullecerme de algo así?’

Zich estaba moviendo la boca para disparar un escupitajo justo en la punta de la nariz esculpida y perfectamente formada de Glen cuando éste repentinamente exclamó:

—¡Tus malas acciones han llegado a su fin, Señor Demonio Zich Moore!

‘Qué frase más cursi’.

Que falta de creatividad. De verdad, no era nada creativo. Como si realmente se tratase de un héroe de un libro de cuentos, Glen reiteró líneas que solo dirían los personajes de una novela de héroes mohosa de tercera.

‘¿Incluso siendo un héroe, no debería haber dejado de leer libros de cuentos para niños a esta altura?’

Sin embargo, Zich ni siquiera tenía la fuerza para responderle. Solo podía parpadear ante el glorioso héroe que tenía ante él y mirarlo fijamente.

—¡Acaba rápido con él! Nuestro oponente es el “Señor Demonio de la Fuerza”. ¡No sabemos cuándo recuperará sus poderes!

—¡Sí! ¡Tiene razón!

‘No, no me quedan poderes. Me duele el cuerpo y no quiero moverme’.

Zich quería explicar esto a los compañeros del héroe, quienes le decían al héroe que lo acabara. Pero era agotador incluso abrir la boca. Además, se preguntó si tenía algún propósito explicarles esto.

‘Pueden estar en guardia si lo desean’.

Pensó que era un poco divertido verlos preocuparse por su cuerpo moribundo.

Sin embargo, también lo hizo sentir un poco satisfecho. ¿No significaban sus palabras que él representaba una gran amenaza?

—No, ya no tiene poder para hacernos daño.

El placer de Zich se evaporó de repente con las palabras de Glen.

‘Este tipo es un aguafiestas. Debería haber intentado terminar con él en lugar de perder mi tiempo haciendo cosas inútiles’.

 Zich no pensaba en algo como “¡Si tan solo me hubiera librado de este tipo, yo…!”.

Solo quería destrozar la cara de este tipo molesto.

¡Golpe!

El héroe levantó su espada y la empujó contra Zich. Los bordes de la espada sagrada parecían lo suficientemente afilados como para rasgar incluso un alma por la mitad.

—¡Escucha, Zich Moore! ¡Antes de que mueras, recitaré todas las malas acciones que has cometido!

‘¿Qué clase de mierda es esta?’

El héroe empezó a escupir tonterías mientras Zich miraba a los compañeros que lo rodeaban.

‘Pensar que trabajan junto a un tipo como él. Son muchachos muy impresionantes’.

En comparación con las bolas de fuego gigantes que le lanzaban, los escudos que bloqueaban todo tipo de ataques, las flechas dirigidas a sus puntos vulnerables o los milagros que maximizaban las estadísticas de habilidades de sus compañeros o curaban instantáneamente sus heridas, permanecer cerca de un chico como él, le parecía más impresionante a Zich.

‘Bueno, no se puede evitar. Supongo que tengo que escuchar esto’.

Incluso si sus oponentes habían formado un grupo para luchar contra él, Zich no podía negar que él, que era llamado el “Señor Demonio de la Fuerza”, fue derrotado.

‘¿Qué puede hacer un perdedor sino dejar que el ganador haga lo que le plazca?’

Zich se esforzó por abrir los ojos y mirar al héroe. Como si estuviera completamente inmerso en su papel, Glen escupió palabras sin siquiera mirar a Zich.

‘¿Vino aquí preparado con todo memorizado?’

Si ese fuera el caso, Zich pensó que debería aplaudir a Glen por sus esfuerzos.

‘No, espera. Ahora que lo pienso, ¿no es esto algo que debería herir mi orgullo? Debe haber pensado en cómo hacerme aún más daño’.

Por un momento, las emociones comenzaron a estallar en Zich, pero las reprimió.

‘Olvídalo. Lo único que importa es que perdí’.

Si hubiera ganado, habría sido diferente, pero enojarse por algo como esto después de perder solo lo haría parecer un mal perdedor. Era apropiado que actuara como un perdedor al haber perdido. Por lo tanto, se acostó sin vida y escuchó sus “malas acciones”.

‘Oh, es cierto, hice algo como eso. Oh, sí, eso también. Esto me trae recuerdos. Debe haber investigado mucho’.

Como un anciano atrapado en sus recuerdos pasados, Zich escuchó todas las cosas que había hecho. Todo esto describía un camino sangriento que encajaba con su apodo, “Señor Demonio”.

—¡Con todos estos pecados en mente, entrego mi juicio de justicia al Señor Demonio, Zich Moore!

‘¿Qué? ¿Ya termino?’

Zich se despertó de su charco de recuerdos y nostalgia que el discurso del héroe revitalizó. Se humedeció los labios con lástima.

‘Bueno, recibí un buen regalo de despedida’.

Este era realmente su final. Zich volvió a examinar cuidadosamente las figuras a su alrededor. El joven mago lo miraba con desprecio, el espadachín estaba en guardia para proteger al héroe si surgía una emergencia y el arquero aún estaba en alerta máxima con una cara de corazón frío. La santa estaba llorando y rezando incluso por un completo extraño como Zich. Y, finalmente, el héroe sostenía su espada con confianza.

La espada del héroe se elevó lentamente sobre Zich, moriría en el momento en que cayera sobre él. Zich sabía que no podía escapar a su fin. Ni siquiera pensó en luchar por sobrevivir.

‘Pero‘.

Comenzó a reunir la última cantidad de poder que le quedaba.

‘Ya que me llaman Señor Demonio, no puedo morir así como así’.

Como los otros señores demonios en los libros de cuentos, lanzó una maldición sobre el héroe.

Entre las herramientas mágicas que había recogido mientras viajaba por el mundo, había un objeto que tenía un efecto similar al de una maldición.

‘Definitivamente dijeron que se llamaba «La llave que distorsiona el destino»’.

Era el nombre de la pequeña hoja que había insertado dentro de su dedo índice. Había sido muy problemático meterse esa cosa dentro de su dedo sin sentir incomodidad en su vida diaria. Pero gracias a eso, ahora tenía la oportunidad de dar el último golpe a su molesto oponente, haciendo que el problema valiera la pena.

‘No será suficiente para matarlo’.

Este objeto no era para algo así, pero para alguien como Zich, a quien le encantaba joder a sus oponentes, realmente le quedaba bien.

‘Es una pequeña espada que puede cambiar el futuro de alguien cuyo destino ha cambiado. Sin embargo, no sé cómo cambiará su futuro’.

Pero no importaba. Todos los demás señores demonios ya estaban muertos. No era difícil imaginar que Glen Zenard, quien finalmente había matado al último Señor Demonio, Zich, tendría garantizado un futuro heroico. Incluso si el futuro de Glen cambiara para mejor, solo significaba que su ya heroico futuro brillaría un poco más. Pero si su futuro cambiaba para peor…

‘Hagamos una prueba, héroe. Si continúas caminando por un camino heroico incluso si te golpea, es tu victoria. Pero si el destino que estás a punto de afrontar está lleno de tinieblas, será más miserable que el de cualquier otra persona’.

Zich realmente esperaba que Glen conociera esto último. Lo único lamentable era que no había forma de que él pudiera ver que esto sucediera.

—¡Si naces de nuevo, oro para que seas alguien que haga el bien!

Como un juez dando su juicio final, Glen gritó mientras balanceaba su espada hacia abajo.

Zich, que había estado acostado sin vida, se levantó de repente.

—¡Si tengo la oportunidad, lo haré!

—¡Pero no ahora!

¡Empujón!

La espada de Glen cortó el cuerpo de Zich desde su hombro izquierdo.

Incluso cuando su cuerpo estaba siendo cortado, Zich centró toda su atención en su dedo índice. Luego, una pieza de oro afilada apareció sigilosamente.

Glen parecía sorprendido, sus compañeros se movieron apresuradamente.

‘¡Soy más rápido!’

¡Empujón!

No era un golpe crítico. Zich estaba en malas condiciones y la barrera mágica de Glen era demasiado fuerte para que él le diera un golpe crítico.

Pero debido al descuido de Glen, la pequeña hoja en la que había vertido todo su poder pudo deslizarse a través de la barrera y dejar un pequeño rasguño.

—¡Bastaaardo!

El rostro serio de Glen cambio.

‘¡Jajajajaja!’

A diferencia de Glen, Zich quería estallar en carcajadas. Pero como una marioneta que había perdido todas sus cuerdas, no pudo mover el cuerpo ni la cara.

¡Swing!

El cuerpo de Glen se movió una vez más y cortó el cuello de Zich. La visión de Zich se oscureció. Pero antes de perder completamente el conocimiento, pensó haber visto algo brillante.

—¡Qué! Esto… no es… pos… finalmente. ¡Aquí… esta vez… perfecto…!

Glen estaba murmurando algunas cosas aterrorizado, pero la conciencia de Zich se desvaneció en la oscuridad.

*    *    *

¡Chirrido! ¡Chirrido! ¡Chirrido!

—Qué…

Afuera hacía mucho ruido. Zich frunció el ceño y se dio la vuelta.

—¡Ah, maldita sea! ¡No puedo dormir con este ruido…!

Después de murmurar molesto, se detuvo.

Se levantó rápidamente. Mientras inspeccionaba sus alrededores con una mirada estúpida en su rostro, el temible “Señor Demonio de la Fuerza” no se encontraba por ninguna parte. De hecho, parecía un tonto.

Comenzó a tocar su cuerpo por todas partes. La herida que había sido lo suficientemente grave como para cortarlo en dos había desaparecido por completo. Ni siquiera había un rasguño; su piel, que estaba áspera por la batalla, ahora se sentía suave y tersa.

Luego tocó su cuello. Había sido completamente cortado; nadie podría haberlo revertido a menos que fuera un dios. Pero increíblemente, su cabeza seguía unida a su cuerpo.

‘¿¡Qué demonios!?’

Aunque había experimentado el mundo al máximo y atravesado todo tipo de experiencias hasta el punto de ganar el título de Señor Demonio; nunca había pasado por nada como esto. Se preguntó por un momento si sus estadísticas desaparecieron y trató de calmarse para averiguar la situación por ahora.

‘Al menos estoy vivo’.

No podía creerlo todavía, pero esa era la parte importante. El futuro que le había sido cerrado se había abierto de nuevo. Aunque había aceptado de mala gana su muerte, eso no significaba que no estaría feliz de estar vivo de nuevo. Zich se sintió mejor después de volver a controlarse.

¡Flap!

Se quitó la cosa que lo cubría.

‘Es una manta’.

Era una manta suave de gran calidad.

Luego, miró a su alrededor. Estaba acostado encima de una cama en una especie de habitación. Había muchos muebles lujosos y de alta calidad en la amplia sala. No parecía una habitación familiar típica.

‘De alguna manera se siente bastante familiar’.

Zich se levantó de la cama y comenzó a explorar la habitación. Pasó junto a un espejo que colgaba de una pared.

—¿Eh?

Zich marchó hacia el espejo.

‘¡Esto!’

Definitivamente era la cara de Zich, pero a su vez tampoco lo era. Se frotó las mejillas y se rascó un grano que había reclamado una mancha visible en su rostro.

—¿Me volví más joven?

Mientras Zich gritaba, el rostro en el espejo, que copiaba la forma de su boca le dejo claro que era el reflejo de su yo más joven.