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Una Cierta Chica y el Castigo Divino (Lado de Milia)

La lluvia negra cae del cielo. No, no es simplemente agua.

Levanté mi bastón hacia el cielo.

—¡[Escudo de Arcilla]! (Milia)

El [Escudo de Arcilla] es una magia que crea un escudo circular de tierra. Puse todo mi poder mágico en el y creé un grande y grueso escudo de arcilla. Tiene casi dos metros de diámetro. Nunca antes había podido hacer algo así de grande hasta ahora, ni siquiera cuando practicaba.

—¡Muy bien, con esto…! (Milia)

Tiré mi bastón y sostengo el escudo que cae para usarlo como un paraguas. Casi me aplasta, pero Meltier-san, que se deslizo debajo de el, me apoyó.

—¡Milia, idiota! ¡Si hubiera llegado un poco más tarde, la anciana hubiera quedado aplastada! (Meltier)

—Lo siento… Pero, algo en esa lluvia, no se siente bien… (Milia)

El agua negra cayó como un aguacero torrencial. El líquido me salpicó la ropa y la cara, sentí dolor de cabeza y nauseas por unas simples gotas.

—¿Qué es esta agua…? —Miré el líquido negro en mi ropa.

Había gritos de angustia a mi alrededor. Las personas que habían sido golpeadas jadeaban en agonía, con todo su cuerpo ennegrecido y quedándose rápidamente inmóviles.

Era obvio que los que habían sido golpeados ya estaban muertos. Sus cuerpos estaban ennegrecidos y arrugados.

—E-Esto… ¿Por qué…?

La lluvia negra era más fuerte en el centro de la Ciudad Santa, pero también caía a cantaros en los bordes de esta. La mayoría de las personas que estaban al aire libre en la Ciudad Santa pueden haber muerto a causa de la lluvia.

Jornes, que se encontraba flotando en la sección transversal del cuello del ángel, era un monstruo fuera de todo lo que había visto antes.

—¡Milia, corramos hacia ese edificio! ¡No sabemos cuánto tiempo durara el [Escudo de Arcilla]! ¡Sostendré el escudo! ¡Lleva a la abuela contigo! (Meltier)

—¡S-Sí! (Milia)

Sujeté la espalda de la abuela mientras me movía y conseguimos escapar al interior de un edificio.

La lluvia negra se detuvo unos pocos minutos después. Miré por la ventana del edificio en el que había entrado, y me quedé mirando a Jornes en el cielo.

Hay innumerables cadáveres que yacían afuera, sus cuerpos estaban ennegrecidos y arrugados.

La lluvia negra de ahora… probablemente mató a incontables decenas o cientos de personas. Si existe tal monstruo, es solo cuestión de tiempo antes de que la Ciudad Santa… no, no solamente el Reino Sagrado de Lialum, sería solo cuestión de tiempo antes de que el mundo se acabe.

—¡Maldición…! ¡Si al menos la Santa Lilyxila o los Caballeros Sagrados estuvieran aquí…! —Meltier-san dijo mientras golpea la pared.

—Incluso si estuviera presente la Santa Lilyxila, es poco probable que pudiera contrarrestar el ataque de ahora… (Milia)

Al ver los ataques de Jornes de ahora, creo que están mucho más allá de la categoría de algo que se puede hacer.

—¿Qué estás diciendo, Milia? El Héroe y la Santa nacen originalmente en el mundo para derrotar al Rey Demonio. Es imposible que la humanidad no pueda hacer nada. Además, el líder de los Caballeros Sagrados, Alexio, es considerado el guerrero más fuerte del mundo. ¡Es un mejor espadachín que el Cazador de Dragones que vimos en Alban! ¡Esa cosa es solo una imitación de Jornes…! (Meltier)

Tal vez para inspirarse, Meltier-san gritó con fuerza mientras su voz temblaba.

—Es la verdadera Jornes-sama. Después de miles de años… volvió a este mundo con el permiso del Dios Santo. (Abuela)

Meltier-san se mordió el labio ante las palabras de la abuela.

—¡Todavía dices eso! ¡Si ella fuera la verdadera Santa, ¿por qué haría algo como esto?! ¡Abuela, mira con cuidado! ¡Mira el número de cadáveres! ¡Nosotras también estuvimos a punto de morir! (Meltier)

—… La espadachina viajera, Jornes-sama, se ha hecho un nombre como la Santa más fuerte de todos los tiempos. Si no es ella, ¿quién más seria capaz de hacer algo como esto? Es algo horrible… pero, eso es lo que demuestra que se trata de Jornes-sama. —La abuela también estaba pálida.

No es que siga adorando al monstruo en el cielo. Sin embargo, al ver la abrumadora magia a gran escala de ese monstruo, no puede pensar en ninguna otra persona más que Jornes.

Cuando miro hacia afuera, vi que Jornes había entrelazado sus manos y estaba orando. Va a hacer algo una vez más.

—Algo más que esto… que demonios… (Milia)

—[Nirvana] (Jornes)

La luz roja se extiende alrededor de Jornes.

No pude cerrar las cortinas a tiempo. En el mejor de los casos, pude ocultar mi rostro con mis manos frente a esa luz deslumbrante.

Cuando abrí mis ojos a toda prisa… vi una escena salida del infierno en el exterior.

—M-Milia, ¿¡estas bien!? Justo ahora… ¡Hubo algo mágico…! (Meltier)

—Hay… personas afuera… (Milia)

—¿Afuera? Debería haber pocos sobrevivientes afuera. ¿Qué demonios…? —Meltier-san, que se acercó rápidamente a la ventana para ver el exterior, se quedó sin palabras.

Las espaldas de los cadáveres ennegrecidos estaban abiertas y desde su interior salía una extraña criatura. Tenían un aspecto extraño, claramente diferente al de cualquier monstruo que hubiera visto antes. Todo su cuerpo es blanco y su superficie es tan liso como el cristal. El contorno de su cuerpo es similar al de un humano, pero es claramente diferente de forma humana.

Algunos de sus rasgos diferían de un individuo a otro, unos tienen su cara rota, otros tenían la cabeza cuadrada, algunos brazos inusualmente largos y delgados, y otros tienen seis ojos.

Aunque tienen la apariencia de un humano, su propia existencia es irreal. Son de alguna manera artificiales, como si hubieran salido de un cuadro abstracto. Sus expresiones faciales no cambian en absoluto, como si llevaran una máscara.

—No puede ser… es imposible… es un sueño… (Milia)

Mi mente es incapaz de seguir el ritmo de la situación en frente de mí. Me sujeté la cabeza y me agaché en el lugar.

Meltier-san también se quedó atónita mientras mira el exterior.

—¿Q-Qué está pasando…? ¿No me digas que todos los cadáveres de las personas de afuera se han convertido en esos monstruos? (Meltier)

Probablemente es la magia llamada [Nirvana], tiene el poder de convertir en monstruos los cadáveres de todas las personas que estén dentro de su alcance.

Si ese es el caso, entonces cientos de monstruos han nacido en la Ciudad Santa en este momento.

Rachidor: Al ver estas magias no puedo evitar pensar en las franquicias de terror en las cuelas un virus mortal se esparce un por una ciudad y termina convirtiendo a sus residentes en monstruos asesinos, aunque de cierta manera, se siente como una magia que se esperaría de una Santa, por mientras que el Héroe se fortalece a si mismo y el Rey Demonio fortalece a sus subordinados, la Santa utiliza a los demás a su conveniencia.

Trad. ~Rachidor

Ed. ~Aucifer Sakuya

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