Cerda Villana — Capítulo 29

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La cerda blanca y la fiesta en la capital real

Era mediodía en la fecha de la fiesta.

Celebrada en el jardín central, resultó ser comparativamente pequeña pese a su total extravagancia.

Debido a los muchos participantes juveniles, se celebró cerca de la tarde en lugar de por la noche.

Avisté muchachos que nunca había visto antes charlando entre ellos. Alrededor de los bordes del jardín, las señoritas nobles los observaban ávidamente.

Como era de esperar, Ryuze se encontraba rodeado de un gran número de señoritas. Es increíble que Lily pudiera mezclarse naturalmente entre ellas. Al fondo, Nora también estaba entre las que rodeaban a Ryuze. Fue ahí que noté su vestido de color rosa con volantes.

«¡Nora! ¿P-por qué llevas ese vestido?».

El diseño enfatizaba su ternura infantil, pero su figura excepcionalmente atractiva no estaba a la vista. Ese diseño, junto con su estatura, parece desequilibrado y destaca de mala manera.

Es una lástima que no lleve el mismo vestido que cuando viajábamos. Pareciera estar preocupada por las miradas que la rodean y, al igual que la primera vez que nos vimos, mostraba una actitud nerviosa.

Mientras observaba a mis amigas y me quedaba cerca de Ryuze, que es el único miembro de mi familia presente, algo inesperado chocó con mi cuerpo.

—¿Eh…?

Pisé con fuerza para evitar caerme. Al volverme, vi a un muchacho con el ceño fruncido. Parecía un poco mayor que Ricardo, pero algo más joven que Ryuze.

—¡Estás atravesada en el camino, gordita! ¡Tienes bastante valor para mostrarte en una fiesta patrocinada por Su Alteza el príncipe heredero con un cuerpo tan feo y gordo!

No se disculpó pese a ser quien me chocó; en su lugar, empezó a discutir conmigo. Era de lo peor.

Y aunque diga todo eso, Su Alteza fue quien me pidió participar en esta fiesta.

—Para empezar, ¿por qué estás aquí? Este lugar es para buscar futuros candidatos de compromiso… ¿No me digas que realmente esperabas que alguien te proponga matrimonio teniendo un cuerpo tan gordo?

«¿¡Perdón!? ¡Mi participación y el hecho de que esté o no gorda no es de tu incumbencia!

»En primer lugar, ¡que ahora mismo estés molestando a una señorita en público te convierte en un hijo de puta!».

Abrí la boca para contestarle, pero una sombra se me puso enfrente antes de que pudiera pronunciar una palabra.

—Vaya que hablas mucho… ¿Por qué haces tanto alboroto en este lugar?

Frente a mí estaba Ricardo, mi exprometido, protegiéndome.

No sé quien sea nuestro oponente, pero la casa Astal es rica y tiene gran influencia en la capital real. Debería haber pocos nobles que pudieran hacerle frente a Ricardo.

Se diferencia del condado Hakusu, que está en la miseria y apenas ha evitado la bancarrota… Y eso que ambos son condados.

—Ah, pero si es el hijo de la familia Astal… Esta molesta cerda estaba bloqueando el paso.

Probablemente no sabe que Ricardo me conoce. Ese tipo expresó su afirmación con confianza mientras me apuntaba con el dedo. Los jóvenes de la nobleza circundante también soltaron risitas reprimidas.

Este mundo es demasiado frío hacia los gordos…

Sin embargo, las palabras que Ricardo pronunció a continuación los sorprendió a todos.

—¿Que está bloqueando el camino? Eso sí es gracioso. Por mucho que mire, solo puedo ver otros caminos por los que pasar.

En efecto, no estaba parada en el camino. Hay un pasadizo estrecho cerca de la mesa donde la entrada y la comida están puestas, pero el lugar donde estaba parada era en medio de la plaza y la gente puede transitar fácilmente sin problemas.

—Pero ¿no crees que es un engendro? Es una mujer tan horrenda y aun así está asistiendo a la fiesta de Su Alteza el príncipe heredero.

—Entonces dices que es un adefesio, ¿eh? Ella fue invitada directamente por Su Alteza el príncipe heredero… ¿Acaso criticas las acciones de Su Alteza Marlow?

—¿¡Qué…!?

Ricardo pareció darse aires.

—En ese caso, si sigues lanzando esas falsas acusaciones, perderás mucho prestigio.

Al soltar ese último comentario, Ricardo me tomó de la mano y rápidamente se marchó de la zona.

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