Mi exprometido se está comportando de forma sospechosa
Después de escuchar a Ryuze, tal parece que en este mundo existe el concepto de algo similar a una patente, tal y como en el manga.
En este país, sin embargo, expiran cuestionablemente luego de tres años, y su contenido difiere un poco del de Japón. Aunque están medio mal, son baratas y aún dan paso a un monopolio durante tres años.
No me habría importado que él lo archivara a su nombre, pero parece que mi primo tiene una considerable integridad.
Si son solo tres años, no le veo ningún problema puesto que aún estaré en el condado Hakusu.
La suave luz de la tarde daba una sensación de calma en las praderas.
En estos momentos, me encuentro en un carruaje de cuatro plazas de nuestro condado. Hay otros carruajes viajando con nosotros, pero esos son para los sirvientes.
Finalmente llevaba el día de la fiesta en la capital real.
Ryuze y Nora viajaban conmigo en este carruaje. Como estaba bien asistir con amigos, invité a Nora y a Lily a venir.
Nora fue amable y aceptó ir conmigo, pero parece que Lily ya tenía planeado ir con Ricardo.
Y así, nosotros tres provenientes de áreas remotas similares decidimos ir a la capital real.
Nora viajó desde el territorio vecino, a través del condado Hakusu, y luego cruzando el condado Astal.
Al igual que la última vez, Nora observaba a Ryuze con una expresión atontada. Sus mejillas estaban un poco rojas y sus ojos se le notaban húmedos.
Entiendo tus sentimientos, pero no puedo recomendarte a este primo mío. Lo único que es refrescante en él es su apariencia.
—Nora-sama, he oído que su región ha pensado en una nueva especialidad.
En respuesta a la pregunta de Ryuze, Nora nerviosamente respondió:
—Eh, es todo gracias a Britney…-sama. El lodo que cosechamos en nuestro territorio es de buena calidad, y parece servir para embellecer. Otou-sama ha estado promoviendo las ventas ofreciendo muestras a las esposas de los nobles, y parecen ser recibidas favorablemente.
Según Nora, en algunas partes de su territorio la gente tiene la tradición de pintarse la piel con lodo para mantenerla bonita. Al oír eso se me ocurrió que el lodo podía ser vendido, así que se lo sugerí.
Tenían una gran cantidad de lodo, pero nadie pensó en venderlo.
No obstante, una vez que lo puse en un bonito contenedor y empecé a promocionarlo, la nobleza —muy preocupada por la belleza— inmediatamente empezó a usar los paquetes de lodo. Por lo visto, se volvió toda una sensación.
A propósito…, de parte de Nora, he estado recibiendo lodo gratuitamente.
Aparentemente los paquetes de lodo han aumentado los ingresos del territorio, así que Nora ha conseguido un bonito vestido nuevo. Era un buen vestido de un relajante tono amarillo con pequeñas flores bordadas. Nos podremos nuestros vestidos una vez que lleguemos a la capital real, pero hasta entonces usaremos ropa informal.
Mi vestido era azul oscuro como el océano nocturno con un simple encaje. El diseño de este está pensado para hacerme parecer más delgada.
Por cierto, mi peso actual ha bajado lentamente a 60 kilos.
Valió la pena el esfuerzo de hacer dieta todos los días; por fin me he vuelto un poco gordita. Aunque mi apariencia sigue siendo regordeta, ha llegado al punto en que los pequeños cambios de peso tendrán un drástico efecto en la apariencia.
Me pregunto si debería revisar mis hábitos alimenticios y seguir lavándome con jabón.
Mi cuerpo ya no produce casi ningún hedor corporal.
Mi cabello es brillante, y mi piel es juvenil y suave. Bueno, eso es porque actualmente tengo doce años.
«¿Será esto suficiente? ¿Seré capaz de encontrar un prometido ahora que mi apariencia ha mejorado tanto?».
Sin embargo, la pequeña confianza que tenía se derrumbó en el momento en que vi a Lily del condado Astal.
Nuestros grados de perfección como mujeres bonitas eran fundamentalmente diferentes.
Vale, lo siento, me dejé llevar. Soy solo una cerdita blanca.
—¡Britney-sama, Nora-sama, me alegro de volver a verlas!
La adorable cosa llamada Lily vino hacia nosotros con pasos rápidos.
Aquel vestido verde menta le sentaba muy bien. Además, como era de esperar del condado Astal…; aunque era un vestido de uso casual, se veía muy hermoso.
Lily también se fijó en Ryuze, y mostró una cara ligeramente enrojecida.
«Y aquí tenemos a otra hija de nobles que está siendo engañada…».
Una vez en la finca de Ricardo, nos tomamos un pequeño descanso.
El conde de Astal y su esposa nos saludaron, pero al verme sus ojos parecieron mostrar algo de incomodidad.
Por cierto, la esposa del conde era considerablemente más joven que él.
Parece que el hermano de Ricardo, que tenía una constitución débil, se sentía mal hoy y por eso no pudo salir de su habitación.
Como se me permitió acceder libremente al jardín, decidí salir a hacer ejercicio.
Estuve atrapada en el carruaje durante todo el viaje, así que no pude evitar querer mover el cuerpo.
Las dos hijas nobles acamparon cerca de Ryuze. Sin tener en cuenta a Lily, me sorprendió un poco la firmeza de Nora.
Mientras estaba caminando por el jardín, por alguna razón Ricardo se me acercó. Quizá sintió lástima por mí al ver que estaba sola.
—Oh, Ricardo-sama. Saludos.
—Hola. El otro día me salvé gracias a que preferentemente me diste jabones. Tienes mi agradecimiento.
—Para nada; la cooperación mutua es algo terriblemente importante. Estamos muy agradecidos por el tema de los limones y las aceitunas, y también esperábamos recibir ayuda para construir un canal en el condado Hakusu.
—Bueno, no será muy difícil dado que mi territorio está apenas un paso por delante del tuyo en la construcción de un canal… Por cierto…
—¿Sí?
Por alguna razón, Ricardo comenzó a agitarse nerviosamente como si tuviera algo difícil de decir.
—… Me enteré por Ryuze, tu primo. Al parecer, fuiste molestada durante mucho tiempo por tus sirvientes. No lo sabía, por lo que parece que tuve una impresión equivocada de ti.
—¿Los sirvientes?
—E-em… ¿Ricardo-sama? ¿Qué quieres decir con eso…?
—Está bien; no necesitas recordarlo. Entiendo que los enfrentaste lo mejor que pudiste… Lo siento por haberte malentendido por tanto tiempo.
—Um…
—Todo ha quedado en el pasado, pero quería transmitir eso. Nos vemos.
Ricardo regresó a la mansión pareciendo satisfecho.
Pero yo seguía sin tener la más mínima idea de lo que estaba hablando.
«Onii-sama, ¿qué le dijiste a Ricardo?».
De alguna manera, parecía que la actitud de Ricardo se estaba suavizando.
«Bueno, da igual. Si con esto puedo establecer relaciones favorables, resultará de mucha ayuda».
No entiendo de qué estaba hablando, pero decidí dejarlo así.