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Cerda Villana — Capítulo 11

Decidí empezar a estudiar coreano. Aún me falta ver algunas cosas, pero debería empezar esta semana o la próxima. Deséenme suerte. 😬


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El primer encuentro con mi prometida (Punto de vista de Ricardo)

 
En la foto del portafolio donde se mostraba la historia de mi prometida había una hermosa muchacha delgada con cabello negro rizado y ojos azules.
Yo, Ricardo Astaru, me enamoré de ella a primera vista.
Mi padre me contó sobre el compromiso después de mi decimotercer cumpleaños. Al principio estuve desconcertado, pero pronto pensé que sería bueno casarse con una chica como esa. Más bien, sería un honor ser elegido como prometido. El retrato hasta parecía transmitir su belleza, sabiduría y virtuosa personalidad.
Su nombre era Britney Hakusu, nieta del buen amigo de mi padre que vivía en el territorio vecino, el Conde Hakusu.
Era probable que faltara tiempo para que nos encontremos, pero quería conocer a Britney un poco antes. Quería verla frente a frente, así que… fui a ver a mi prometida en secreto.
Por suerte, ese día, ella había salido.
Si tuviera que decir cómo pude identificarla, fue porque una sirvienta dijo su nombre.
—Britney-sama, ya hemos preparado la mesa y las sillas.
Al parecer planeaba tener un picnic cerca de la mansión.
A propósito, para no tener que entrar sin autorización, había hablado con el Conde de antemano. Pareció contento con mis acciones, así que cooperó amigablemente.
Me escondí detrás de un árbol, observando a Britney y su picnic.
(¿¡Es una broma!? ¿¡En verdad es la misma chica que la del retrato!?)
Allí estaba una cerda blanca que era totalmente diferente a la chica que había visto en el retrato. Creí haberme equivocado, pero las criadas seguían llamándola por ese nombre; esa gorda, indudablemente, mi compañera de compromiso. Me sentí profundamente desesperado.
(No, espera. Tal vez…, aunque se vea así de mal, quizá dentro guarde una personalidad pura y angelical. El Conde dijo algo por el estilo, y parecía muy encariñado con su nieta.)
El cariño que el Conde Hakusu tenía por sus nietos es bastante conocido entre la nobleza. Sus palabras giraban en torno a que sus nietos “eran como ángeles”.
Sin embargo, lo que llegó a mis oídos fue algo que se suponía era imposible.
—Ah, ¡esto no sirve! ¡Eh, la criada de allá! ¡Tú, sí, la fea! —regañó Britney, señalando a una criada que claramente tenía mejor apariencia.
(Oye… ¿No eres tú la fea?)
La aparecía de la criada estaba, en gran medida, en la norma. No era guapa, ni gorda, y daba una sensación de pulcritud.
—¡Acaso crees que puedo tomar el té con tan pocos bocadillos! ¡Tráeme más dulces ahora! ¡Que le digo a mi abuelo, eh!
—¡L-lo siento mucho! ¡Le traeré más de inmediato!
Haciendo que la apurada sirvienta se tropezara apenas empezara a correr, Britney soltó una risa que parecía de sapo. Mi compañera de compromiso era totalmente horrenda, tanto en apariencia como en personalidad.
(¡No! ¡No quiero casarme con ella…!)
Al regresar a casa, fui con toda seriedad a rogarle a mi padre. No quería comprometerme con Britney.
Pero mi padre no quiso escuchar. Estaba demasiado contento porque su hijo se comprometiera con la nieta de su mejor amigo. ¡Qué desgracia!
Tuve pesadillas cada noche después de eso. Pesadillas donde aparecía esa cerda blanca, riendo con un gufufu mientras se sentaba encima mío.
(Los compromisos son aterradores… Las gordas dan miedo…)
Mi compromiso con Britney se convirtió en el mayor trauma de mi corazón.
Más adelante, esperé a que mi padre se ausentara para anular el compromiso. A decir verdad, estaba consciente de que no debía hacer eso, pero no me quedó más opción. Las pesadillas continuaban, no podía dormir, y hasta perdí 5 kg en una semana… Si esto continúa, me convertiré en un inválido.
Sin embargo, cuando la situación fue descubierta por mi padre, me llevó a rastras hasta la mansión del Conde Hakusu. Y entonces, me encontré nuevamente con la espantosa gordita. Esa persona seguía igual de fea. Y no solo eso, tenía el cuerpo empapado de sudor. Esta cerda blanca no tenía nada bueno…
Fui forzado a disculparme con Britney… Qué humillante. Si se trata de esta gordita, lo primero que diría seguramente son insultos. Empero, la señorita de mal carácter dijo, en su lugar, unas palabras sorprendentes.
—Levante la cabeza, por favor. Esto realmente no me importa —dijo con una sonrisa.
Qué raro… ¿Será que tiene algo entre manos?
—No me den atención, y por favor tenga una buena charla con el abuelo. Aceptaré la decisión a la que lleguen ambos.
Britney, habiendo confiado todo el asunto al Conde con tanta sencillez, se volvió y rápidamente abandonó la habitación.
Quedé desconcertado.
(No, eso no importa. Si esto sigue así, volveré a estar comprometido con esta gordita… a menos que haga algo para evitarlo.)
La conversación entre los dos condes comenzó casi inmediatamente después de eso, así que decidí perseguir a Britney. El Conde y mi padre probablemente pensaron que yo había cambiado de opinión, así que no estuvieron en contra de que la persiguiese.
El campo de la familia Hakusu era grande. Había muchos árboles con hojas teñidas de bermellón.
Tras caminar un rato, encontré a Britney parada sola frente a una gran roca.
(¿Qué hace ella en un lugar como este?)
Al acercarme mientras me preguntaba eso, sentí un agrio olor a sudor. Como dama de una familia condal…, no, como mujer, está acabada.
Britney, advirtiendo mi presencia, hizo un giro de 90° con su cuello gordo.
Um… ¿Necesitas algo de mí?
Oh sí, hay tantas cosas que quiero decir. Dejé que mis pensamientos salieran de mi corazón, desahogándome con ella.
—… Ah, ¿sí?
Sin embargo, la expresión de la contraparte siguió siendo la misma, sin una reacción, contestando con calma. Pensé que entraría en cólera, pero parece que no había necesidad de preocuparse tanto.
Le conté sobre mi deseo de deshacerme del compromiso, y pedí su cooperación. Ella sin mucho problema contestó que hablaría con el Conde.
—No te puedo prometer nada, pero puedo charlarlo con mi abuelo. Sin embargo, tengo una condición.
—¿¡Condición…!?
—No es nada difícil. Para ti será como un juego de niños.
Su condición era drenar el agua de este manantial termal a una piscina artificial. Cuando mencionó lo de hacer un sistema de agua en el territorio del Conde, tuve de que dar paso atrás…, pero si solo se trataba de trabajos pequeños como el del manantial, el dinero y la mano de obra requerido no sería mucha en comparación. Me contó que tenía más peticiones que pediría más adelante, pero si están al mismo nivel que esta, puedo escucharlas.
Acepté la negociación de Britney. Esta gordita resultó ser bastante razonable.
—Por cierto, tú… apestas a sudor.
Habiéndome quedado sin paciencia, le dije con honestidad lo que tenía en mente.
—Sí. Hoy me moví mucho, después de todo.
—No me gustan las mujeres sucias, y muchos menos las cerdas perezosas.
—Creo que casi todos los hombres en este mundo pensarían lo mismo. Yo también odio a las gordas sudorosas…
Entonces, ¿por qué no estás ejercitándote para perder peso? ¿Y acaso no sabes desodorizarte el cuerpo? Odio a la gente que solo habla.
Como pensé, Britney y yo somos incompatibles.


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Muffin6
Muffin6
hace 4 años

Muchísima suerte aprendiendo coreano! 💜

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