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Capítulo 1 – Un sueño de alguna vez

Se sentía como si hubiera estado soñando.

 

Un sueño sobre un recuerdo de hace mucho, mucho tiempo.

 

Mucho más lejano que el asesinato de sus padres.

 

Era un recuerdo que ningún ser humano debería tener.

 

—Kou, ¿estás despierto?

 

Kou Kaguro abrió sus ojos violetas.

 

La cara de alguien entró en su borrosa visión.

 

En ese momento, una sola lágrima rodó por su mejilla.

 

—Eh, que raro.

 

Con una inclinación de cabeza, llevó una mano a su ojo. Kou no solía llorar. De hecho, no podía recordar haber llorado nunca, sin importar cuán triste fuera algo. Pero ahora no podía parar.

 

Estaba desconcertado por las lágrimas que brotaban sin razón. Delante de él, una chica con rasgos vagamente infantiles inclinó la cabeza de manera similar confundida.

 

—¿Mmm? Kou, ¿estás llorando? ¿Por qué?

 

—No estoy seguro… ¿Tal vez tuve un mal sueño?

 

—No recuerdo haberte visto llorar alguna vez. Me pregunto con qué estabas soñando. —dijo, desconcertada. Ella parpadeó. Sus grandes ojos castaños complementaban su corto cabello también castaño.

 

Kou observó su figura completa. Llevaba un uniforme bermellón y abrazaba un libro de texto y varios libros de investigación contra su pecho.

Recordó lo que sabía de ella.

 

Ella era Asagiri Yuuki, una chica del mismo año que él. También reflexionó sobre algunos hechos importantes y obvios.

 

Kou Kaguro es un estudiante que vive en la Academia Crepúsculo, un internado de magia, pensó.

 

Y de repente esos pensamientos volvieron al día de la ceremonia de entrada.

 

Había una razón particular por la que era difícil describir el comienzo de la escuela en la Academia Crepúsculo como agradable. Durante la ceremonia, muchos de los nuevos estudiantes temblaban de nervios o incluso lloraban. Alineados ordenadamente en sus filas, estaban sumidos en la desesperación y la confusión.

 

Kou era el único que se encontraba tranquilo.

 

Luego de la estricta y austera ceremonia, se dirigió a los edificios que albergaban sus clases. Cada mayor tenía dormitorios y aulas separados ubicados en edificios dispersos por todo el vasto complejo. Las alas del edificio de la Sede Central se extendían hacia el este y el oeste, como un pájaro gallardo. Su majestuosa presencia también parecia abrumar a muchos de los estudiantes.

 

Pero Kou no se veía particularmente afectado por eso; simplemente siguió caminando. Fue entonces cuando alguien de repente lo llamó.

 

—No tienes miedo, ¿verdad? Te tengo envidio.

 

Kou volteo la mirada. Había una chica pequeña parada justo a su lado.

 

La miró a los ojos y vio que estaba asustada. Y por eso le respondió.

 

—No, no tengo miedo. No me importaría acompañarte, si te hace sentir mejor.

 

Él le tendió la mano. Ella parpadeó mientras la tomaba y le dijo: “Eres lindo”.

 

—Solo creo que sería bueno ayudar un poco. No creo que eso cuente como ser lindo. —respondió Kou, la chica sonrió. Entonces ella le dijo su nombre.

 

—Soy Asagiri. Asagiri Yuuki.

 

Los dos se volvieron amigos desde entonces.

 

Kou confirmó toda esa información y luego preguntó: —Asagiri, ¿estaba… durmiendo?

 

Los ojos de Asagiri se abrieron como platos, luego una suave sonrisa se dibujó en su rostro.

 

—Todavía estás bastante fuera de sí, ¿no es así, Kou? Tú mismo dijiste que probablemente tuviste un mal sueño. ¿Y no puedes decir si estabas durmiendo?

 

—No sé si eso es necesariamente cierto. En este momento, no tengo idea… En realidad, tienes razón, definitivamente estoy delirando.

 

Volvió la cabeza de un lado a otro. Sintió que los restos del extraño sueño aún estaban pegados a sus globos oculares.

 

Se frotó los ojos y luego miró a su alrededor. Estaba en una habitación grande. Las ventanas de las cuatro paredes estaban ocultas tras cortinas negras cerradas. Encima de la alfombra escarlata había hileras de sillas mirando hacia el centro de la habitación.

 

Estaba en una enorme sala de conferencias circular escalonada.

 

La clase de fundamentos, que todos los estudiantes de primer año tenían que tomar, estaba llegando a su fin. Muchos de los estudiantes ya se estaban levantando de sus asientos y siguiendo sus propias direcciones. Kou y sus compañeros de clase del Departamento de Investigación Mágica estaban allí, al igual que los estudiantes de los departamentos de Combate, Defensa, Medicina y Arquitectura, entre otros.

 

El estudio académico se consideraba necesario en esta institución, incluso si estaba especializado hacia un objetivo en particular.

 

Kou de repente bajó la mirada. Había un garabato desordenado escrito en su cuaderno.

La historia se puede dividir en dos períodos principales: Antes de que aparecieran los kihei y después.

 

—Uno se cansa de escuchar tanto sobre eso, ¿no es así? Al menos yo estoy harta de eso. —dijo Asagiri con un suspiro.

 

—Sí, no puedo decir que sea interesante escuchar sobre algo que ya memorizaste una y otra vez. —Al ver que Kou estuvo de acuerdo con ella, Asagiri asintió profundamente.

 

—¿Verdad? Tiene que ser bastante malo si incluso tu estás harto de eso.

 

—No diría que estoy harto de eso. No todavía.

 

—Oh, vamos, Kou. Eres demasiado relajado.

 

Asagiri sacó la lengua y luego tocó el papel con su dedo delgado. Las oraciones que describían la lección de la clase de fundamentos eran aterradoras, pero Asagiri sonrió por alguna razón mientras trazaba la letra desordenada de Kou.

 

Aunque estaba confundido, miró al frente.

 

En el centro de la sala de conferencias había un enorme panel flotante hecho de cristal mágico. La proyección 3D utilizada en la clase que acababa de terminar aún se estaba formando dentro del grueso cristal.

 

Mostraba una forma extraña y aterradora. Exteriormente, parecía duro. Sin embargo, al mismo tiempo, tenía una crueldad realista. Era tanto orgánico como inorgánico. Era como un insecto pero también como una bestia. Y a la vez, tampoco parecía como eso.

 

Eran seres extraños, una amalgama de bestia y máquina.

 

Los ojos de Kou se entrecerraron mientras confirmaba lo que era.

 

…Es un kihei Tipo B.

 

La palabra kihei podría escribirse con los caracteres de demonio y soldado. O podría escribirse con los caracteres de máquina y soldado. Cualquiera de los dos estaba bien.

 

Todo lo que hacían era atacar a los humanos. No se comían a los humanos; simplemente los mataban.

 

En pocas palabras, eran enemigos de la humanidad.

 

Kou pensó en la conferencia sobre los kihei.

 

Antes de la Erosión… Año Imperial 25 AE.

 

Los kihei aparecieron abruptamente y atacaron el imperio, arrojando a la humanidad al caos. El sesenta por ciento de la población en ese momento fue asesinado. Innumerables kihei invadieron el territorio imperial. Cortaron el contacto con otros países, dejando al imperio aislado. Desde entonces, se habían visto obligados a luchar solos en una guerra larga y agotadora.

 

Eso es todo en el pasado lejano.

 

Esos “otros países” que solían existir se habían desvanecido hace mucho tiempo de la memoria. La investigación mágica independiente del imperio permitió que el país construyera defensas impenetrables, lo que, a su vez, había llevado al mínimo de paz que se disfruta hoy.

 

Esta academia también formaba parte de esos planes.

 

Un gran número de alumnos se reunían en estas casas de aprendizaje.

 

Todos ellos, incluido Kou Kaguro, eran estudiantes oficiales.

 

No solo estudiantes sino también soldados. Estudiaron y también sirvieron como infantería del imperio.

 

Los estudiantes existían con el propósito de luchar contra los kihei.

 

Pero…

 

En este punto, Kou volvió a centrar sus pensamientos en el presente.

 

Las sillas de madera pulida de la sala de conferencias estaban dispuestas en fila tras fila. En el techo había un hechizo de fuego oscilante, contenido dentro de jaulas plateadas complejas y unidas. Junto a Kou estaba Asagiri, sus libros de investigación apretados contra su pecho.

 

A simple vista, no había señales de la aterradora guerra, en la vida diaria de la Academia.

 

Probablemente no tenía sentido insistir en el estado actual de las cosas.

 

—Bien… probablemente debería irme también.

 

Kou rápidamente puso su libro de texto en su mochila. Sosteniéndolo a su lado, se puso de pie y se alejó. Asagiri se apresuró a alcanzarlo y caminar a su lado.

 

Con voz burbujeante, dijo: —¡Oye, escuché de un amigo que podemos verlos practicar para la próxima ceremonia en la plaza! Vas a volver a los edificios de investigación, ¿verdad? Podríamos pasar a ver la práctica juntos. ¿Qué opinas?

 

—Sí, seguro… Será mejor que nos apresuremos, entonces. Probablemente quieras llegar lo más cerca posible del principio, ¿verdad?

 

Kou no tenía ningún interés particular en la práctica de la ceremonia, pero parecía que Asagiri quería verlo. En cuyo caso, debería unirse a ella. Su mente tomó una decisión y comenzó a caminar más rápido.

 

Asagiri apretó un puño y asintió en señal de logro. Aunque un poco confundido, Kou asintió en respuesta.

 

No sabía por qué ella hizo eso, pero era bueno que ella fuera feliz.

 

A veces, Asagiri podía ser un poco infantil. Y Kou siempre se había sentido protector con ella por alguna razón. ¿Por qué? Kou sentía como si hubiera conocido a alguien hace mucho tiempo… Alguien que ocasionalmente actuaba de esa forma tan infantil.

 

Sin embargo, todavía no tengo idea de quién es esa persona.

 

Kou sintió un extraño vacío. Un vacío creció en su pecho, algo parecido a una dolorosa soledad. Pero sacudió la cabeza y siguió caminando.

 

No había forma de que pudiera llenar ese vacío en este momento.

 

Los dos caminaron por la alfombra escarlata y, al salir, encontraron a un estudiante que no se había levantado de su asiento.

 

Estaba mirando a la figura que aún se mostraba en el cristal mágico.

 

Kou se le acercó por detrás. Asagiri le susurró a Kou que se detuviera, pero este estudiante tenía un aura a su alrededor que a Kou le resultaba difícil ignorar. Kou puso una mano en su hombro.

 

Con el tono más tranquilo que pudo, Kou dijo: —Isumi, es hora de volver a Investigación. No deberías insistir en esto…

 

—¡Cierra la boca! ¡Una máscara blanca como tú simplemente no lo entiende!

 

El estudiante lanzó un insulto específico de la Academia a Kou para luego apartar la mano de Kou, que luego se quedó flotando inútilmente en el aire.

 

Las máscaras tenían un significado especial en esta academia. Durante las ceremonias, la gente usaba máscaras con todo tipo de patrones, como zorros y gatos. Imitaban máscaras utilizadas en las fiestas del imperio. Una máscara blanca se refería a una máscara que aún no había sido alterada.

 

Era suave, sin color ni adornos, nada más que una superficie blanca.

 

No representaba ni un animal ni una persona, sino algo desconocido y sospechoso.

 

En otras palabras, Isumi estaba llamando sospechoso a Kou, alguien que no mostraba emociones ni expresiones.

 

Kou asintió en aceptación. Había algo de lógica en eso; Kou tenía menos altibajos emocionales en comparación con una persona promedio. Asagiri podría llamarlo especial, mientras que Isumi podría llamarlo sospechoso. La mayoría probablemente estaba del lado de Isumi. Pero eso hacía enojar a Asagiri.

 

Como un gato al que le acaban de pisar la cola, levantó la voz.

 

—¡No seas grosero, Isumi! ¡Kou no es una máscara blanca! ¡Si odias tanto a los kihei, deberías haber elegido el curso de Combate, no el de Investigación!

 

No quiero escucharlo de alguien que tomó la misma decisión que yo, Asagiri. Y todos llaman a Kou una máscara blanca. Un bastardo con suerte como él… Ni siquiera puede entender por qué estoy enojado con los kihei, por qué los odio, ¡y aun así se atreve a entrometerse!

 

—¿Por qué eres siempre tan desagradable? Podría entender si Kou fuera un Coexistente. Apesta escuchar a alguien decir: “Deberíamos hacer las paces con los kihei” y todo eso. Pero Kou no es uno de ellos, así que no entiendo por qué estás tan molesto.

 

—Tienes razón, él no es un loco Coexistente… ¡pero nunca ha perdido a un miembro de la familia por culpa de los kihei! Él es fundamentalmente diferente de nosotros. Alguien tan despreocupado como él no debería de abrir la boca…

 

—Bueno, mis padres también están muertos. —dijo Kou honestamente, sin pensar. Era increíble lo frío que parecía haberse puesto el ambiente. Kou solo había querido decir algo relevante para la conversación actual, por lo que no entendió esta reacción. Sus ojos se movían de un lado a otro; se sintió algo incómodo.

 

Kou, Isumi y Asagiri eran huérfanos. El setenta por ciento de los niños alojados en la Academia lo eran. De ese 70 por ciento, el 90 por ciento de ellos perdieron a su familia por culpa de los kihei. Sin embargo, la situación de Kou era diferente.

 

Sus padres fueron asesinados por manos humanas.

 

Kou no tenía ningún recuerdo de su primera infancia. Cada vez que intentaba recordar ese momento de su vida, lo asaltaba un fuerte dolor de cabeza. Era posible que subconscientemente se negara a recordar porque la muerte de sus padres había sido tan horrible. Una vez que llegó a esa conclusión, se rindió y dejó de intentarlo.

 

Nadie le había contado los detalles de lo sucedido. Todo lo que sabía era que un ladrón había asesinado a sus padres.

 

Sin otra familia en quien confiar, Kou había terminado aquí.

 

A los huérfanos del imperio se les garantizaba comida, ropa y cobijo. A cambio, todos eran enviados a la Academia y luchaban como estudiantes o eran empleados para mantener las instalaciones. Aun así, muchos de los estudiantes que lograban sobrevivir más allá de su graduación se establecian en la zona de defensa segregada frente a la capital imperial. Sus hijos también debían inscribirse en la Academia. Sin embargo, el objetivo de muchos estudiantes era obtener la ciudadanía en la zona de defensa segregada.

 

La venganza contra los kihei, entre otras razones, llevó a un segundo grupo a permanecer en la Academia. Junto con sus familias, le daban         al lugar la sensación de un pequeño país.

 

En general, parecía pacífico dentro de los muros de la Academia.

 

Pero todas y cada una de sus vidas todavía estaban en cierto peligro.

 

Es por eso que muchos de los estudiantes estaban temblando de nervios ese primer día. Muchos de ellos incluso lloraban. Creo que fui el único que mantuvo la calma… Sin embargo, todos parecen haberse acostumbrado, o incluso se encuentran cómodos con eso. Pero Isumi me tiene un poco preocupado… Ojalá pudiera ayudarlo de alguna manera.

 

A diferencia de Kou, quien estaba perdido en sus pensamientos, Isumi parecía conmocionado por alguna razón. En voz baja, murmuró: “Lo siento”. Antes de que Kou pudiera decir nada, Isumi agarró violentamente su bolso y salió corriendo. Los hombros de Asagiri se hundieron.

 

—Hah… En el fondo no es un mal tipo. —dijo.

 

—Tienes razón, no lo es… ¿Deberíamos irnos? —preguntó Kou.

 

—Sí.

 

Los dos caminaron por la sala de conferencias.

 

Desde afuera llegó el espléndido sonido de la actuación del Cuerpo de Música.

 

* * *

 

El pavimento de ladrillos de la plaza estaba colocado en un patrón intrincado, y ahora el brillo de la magia lo cubria con uno nuevo. El Cuerpo de Música, formado por voluntarios, pisó motas de oro y plata sin un hilo fuera de lugar.

 

La magia se utilizó al máximo para el desfile. Pétalos de flores y espíritus bailaban con gracia en el aire al ritmo de la música.

 

Muchos estudiantes estaban en el área, animando.

 

Kou notó a alguien conocido. Algunas chicas del Departamento de Investigación Mágica estaban entre la multitud viendo el espectáculo. Una de ellos se volvió hacia ellos, su cabello rubio recogido hacia atrás ondeando mientras lo hacía. Era amiga de Asagiri.

 

La chica vio a Kou y Asagiri y sonrió. Se escapó de la multitud y se acercó a Asagiri.

 

—¡Bien por ti, Asagiri! Para ser honesta, no estoy seguro de tus gustos, pero… Veo que invitaste a Kou. ¡Parece que mi consejo está funcionando para ti!

 

—¡Olvida eso! Concéntrate en la marcha; ¡es increíble!

 

Asagiri se puso de color rojo brillante y empujó la espalda de su amiga. Mientras avanzaban, Asagiri gritó: —Kou, espera aquí un segundo; ¡Vuelvo enseguida!

 

—Sí, estaré aquí…—dijo Kou. Sonrió levemente mientras los observaba irse y dijo: —Parecen buenas amigas.

 

Fue entonces cuando lo vio. En dirección a las chicas, a lo lejos, había una pared extrañamente orgánica. No pudo evitar entrecerrar los ojos ante su asquerosa apariencia. Su compleja estructura parecía haber sido hecha a partir de una fusión de bestias de todos los tipos y tamaños. Innumerables alas y patas mecánicas formaban el sistema de ataque automático del sofisticado muro mágico.

 

Kou había oído que era una reliquia de mucho antes del Período de Erosión, antes de que se registrara la historia.

 

La Academia estaba rodeada por él. Un muro mágico aún más poderoso aparentemente se elevaba sobre la capital imperial. Pero aún no era suficiente para proteger a todo el país. Los barrios marginales que se extendían a lo largo de la periferia de las sencillas murallas de la ciudad eran particularmente vulnerables.

 

También habia muchas personas que abandonaban temporalmente el imperio para ganar dinero en las ruinas. Los niños perdían constantemente a sus familias de esa manera.

 

Si bien los estudiantes requerian el servicio militar, no había riesgo de un ataque sorpresa de los kihei en la Academia. Por lo que se podría decir que era relativamente pacífico.

 

Menos esa única excepción, pensó Kou mientras su mirada dejaba la pared.

 

Algunos estudiantes se relajaban en un café, mientras que otros iban a la librería o la armería. A los estudiantes se les permitia actualizar su equipo a su propia discreción. Un grupo de alumnas participaba en una animada conversación mientras cortaban rebanadas de pastel hechas con alimentos sintetizados por espíritus. Ni siquiera la Academia contaba con los recursos necesarios para brindarles a todos alimentos naturales. Las personas que vivían aquí no conocían nada más que el sabor de la comida sintetizada, pero eso no significaba que el nivel de vida aquí fuera bajo.

 

La actuación despreocupada del Cuerpo de Música era prueba suficiente de eso, con sus instrumentos de metal apuntando alto en el aire.

 

Hubo un estallido de pétalos, hechos con magia, causando una ola dorada que se precipitó hacia el cielo y se desvaneció. La multitud aplaudió. Por encima de ellos, pétalos rosas y aguamarina bailaban caóticamente en el aire antes de derretirse en el viento.

 

Un silencio momentáneo cayó sobre la multitud mientras esperaban la próxima actuación. Fue entonces cuando Asagiri regresó. Su respiración era irregular, como si hubiera estado discutiendo con su amiga.

 

—Perdón por la espera. ¡V-vamos, Kou! — dijo ella.

 

—Parece que habrá algo más. ¿No quieres ver el resto? Ya estás aquí. No me importa si quieres volver con tus amigos.

 

—¡Está bien! ¡Iré contigo! ¡Si tú vas, yo también iré!

 

—¿De verdad? Muy bien, entonces vamos juntos.

 

Kou miró de reojo el desfile, luego se dirigió hacia los edificios de Investigación con Asagiri. Los estudiantes tenían edificios separados para clases y sus dormitorios, determinados por su especialización.

 

Los edificios del Departamento de Investigación Mágica, que eran para Kou y los demás, estaban pintados en un calmante azul marino. Por un momento, cuando la noche se convertía en mañana, los edificios eran del mismo color que el cielo. La calidad de las instalaciones quedó muy por detrás de departamentos más prioritarios como Combate, Medicina y Exploración. Todos los estudiantes de Investigación se habían sumado a la petición para hacer algo con las camas duras y las interrupciones regulares del suministro de agua.

 

Mientras tanto, Kou había oído que las instalaciones del Departamento de Combate eran perfectas. Y el Cuartel General Central estaba un poco por encima. Solo los estudiantes de primera clase podían ingresar. El cuartel general albergaba el único dispositivo de teletransportación que conducía a la capital imperial, así como una colección de equipos de lo mejor de lo mejor de cada tipo de magia. El edificio en sí también era deslumbrante, con una fachada que parecía un castillo. Sin embargo, se dice que los estudiantes de primera clase estaban limitados a aquellos bajo el mando directo de Kagura, el profesor más poderoso.

 

Intentar unirse a ese grupo era demasiado ambicioso. Kou ni siquiera tenía quejas reales sobre la vida en el Departamento de Investigación Mágica.

 

—No creo que las camas sean tan duras— dijo.

 

—Um, Kou, ¿de qué estás hablando? Las camas del Departamento de investigación son duros como rocas— dijo Asagiri.

 

—¿De verdad? Tal vez es porque ya me acostumbré a ellas.

 

—¡Es exactamente eso! Ah, quiero darme prisa y obtener mi calificación especial. Si ayudo mucho con la investigación, entonces puedo ahorrar dinero para comprar una cama diferente, e incluso…

 

—Quieres una bestia fantasma, ¿no?

 

—¡Sí! Quiero investigar bestias fantasmas y minerales de las ruinas —respondió Asagiri enérgicamente. Aquellos estudiantes que completaban su curso y entrenamiento de combate podían recibir una cierta calificación. En ese momento, se les proporcionaba un salario, cuyo monto estaba determinado por su contribución a las misiones de investigación o batalla.

 

Durante algún tiempo, Asagiri había estado deseando comprar y criar a su propia bestia fantasma.

 

En general, los estudiantes eran libres de elegir a qué departamento se unían. De un vistazo, la Academia parecía pacífica.

 

Pero Kou Kaguro lo sabía mejor.

 

Los estudiantes que eligen el Departamento de Combate tienen una fuerte sed de venganza contra los kihei.

 

O eso o necesitaban dinero. O tal vez querían derechos prioritarios para vivir en la zona de defensa segregada. Y el 80 por ciento del ejército estaba formado por estudiantes, con el otro 20 por ciento soldados regulares. Y el 40 por ciento del total moriría en batallas rutinarias.

 

Y cuando hay una excepción…

 

Asagiri sintió la tristeza en los ojos violetas de Kou.

 

A su lado, su pequeño cuerpo rebotaba arriba y abajo.

 

—Sabes, también tenemos que ir a reunir cosas para la investigación.

 

—Sí es cierto. Parece que todos ya se están acostumbrando y trabajan bien juntos. —   dijo Kou, tratando de tranquilizarla.

 

Los hombros de Asagiri se relajaron, pero una fugaz sonrisa cruzó su rostro. Entrelazó los dedos y dijo rígidamente: —Quiero ayudar en la lucha contra los kihei por detrás, al menos. Por eso elegí Investigación. No me arrepiento de esa decisión, pero… siempre rezo para que no suceda el peor de los casos. No solo por mí, sino también por ti, Kou. Rezo para que nunca nos pongamos en peligro.

 

—Gracias, Asagiri. Pero… ¿en qué tipo de peligro estás pensando?

 

—Bueno, en el caso de que nos topemos con un Tipo A o un Tipo especial, y todos muriéramos…

 

La visión de Kou Kaguro se retorció y arremolinó.

 

Todo se volvió negro, como si una cortina cayera ante sus ojos.

 

Su entorno comenzó a cambiar.

 

El cambio ocurrió tan rápido, como alguien que hojea las páginas de un libro que estaba aburrido de volver a leer.

 

 

* * *

 

 

—Kou, ¿estás despierto?

 

Kou Kaguro abrió sus ojos violetas.

 

La llamada de Asagiri resonó en lo profundo de su mente.

 

Su visión se llenó de verde.

 

Frente a él había una ventana hecha de cristal mágico muy puro.

 

Una especie de planta parecida a la hiedra se balanceaba del otro lado. Sin embargo, no podía sentir el flujo de aire debido a la armadura mágica completa en la que estaba. Tenía dificultad para respirar y trató de frotarse los ojos, luego se dio cuenta de que sus manos no podían tocar su rostro directamente a través de la armadura. Se rindió y sacudió la cabeza.

 

—No estoy durmiendo… probablemente, estoy seguro— dijo, con una arruga arrastrándose entre sus cejas. Estaba seguro de que no había estado durmiendo.

 

Quedarse dormido al aire libre era similar al suicidio. De todos modos, no era como si pudiera quedarse dormido durante una misión de exploración.

 

Así es, no estoy en la Academia en este momento.

 

Finalmente se dio cuenta de lo que estaba pasando.

 

Actualmente estaban en el exterior en una misión para recolectar objetos para la investigación. La armadura que cubría su cuerpo y la vegetación desbordante eran prueba de ello. No había manera de que pudiera quedarse dormido. Pero ciertamente tuvo una extraña ruptura en su conciencia.

 

Si se sentía como si hubiera tenido un sueño increíblemente largo.

 

Un sueño largo, largo y nostálgico.

 

—¿De verdad? Sin embargo, te tomó mucho tiempo responder, si realmente estabas despierto…

 

—Probablemente se quedó dormido. Después de todo, no es como si una máscara blanca tuviera algún sentido del miedo.

 

—¡Callate, Isumi!

 

—Vamos, dejen de pelear. No tiene sentido cuestionarlo. Sí, tienes muchos huevos si te las arreglaste para quedarte dormido afuera, pero… Incluso si estás despierto, Kou, necesitas concentrarte, ¿sí? Démonos prisa y acabemos con esto. Podríamos terminar muertos si arruinamos esto… Aunque no es como que crea que veremos el peor de los casos.

 

—Entendido. Lo siento.

 

Kou respondió claramente a la advertencia del estudiante de último año después de las disputas de Asagiri e Isumi.

 

Los cristales mágicos enviaban los mensajes de los demás directamente a sus oídos mientras eliminaban el ruido de fondo y el sonido y las vibraciones del movimiento de su armadura. Si Kou se enfocaba únicamente en los sonidos que le llegaban, casi podría ser engañado para que pensara que estaban conversando en un salón de clases tranquilo. Pero eso no era lo que realmente estaba sucediendo. Estaban en un lugar de muerte, y todos lo sabían.

 

Al mismo tiempo, Kou entendió que ese no era el caso.

 

En ese momento estaban caminando entre los restos de un edificio de la época prehistórica. Áreas como esta fueron el lugar de nacimiento del desarrollo de tecnología mágica. Sin embargo, también eran la raíz enigmática de la situación actual. Estas ruinas salpicaban el territorio imperial desde antes del Período de Erosión.

 

La gente del imperio tomaba objetos de las ruinas para realizar investigaciones y desarrollar tecnología mágica. Pero un día, los kihei llegaron por todos lados.

 

Los kihei atacaron a los humanos, matándolos sin fin ni razón.

 

Y eso marcó el comienzo de una larga historia de guerra.

 

Todavía no habían resuelto todos los misterios de las ruinas, y aún no habían descubierto cuántos kihei había en total. Sin embargo, el Departamento de Exploración se había centrado en crear rutas seguras en varias de las ruinas. Estas áreas habían sido completamente limpiadas de nidos de incubación así como de kihei vivos y fueron designadas como Zonas Limpias. Kou y los demás estaban actualmente en una de esas zonas.

 

No hace mucho, esos kihei que aparecieron habían sido eliminados por el Departamento de Combate. Era prácticamente inaudito que aparecieran nuevos kihei en una Zona Limpia que acababa de ser limpiada.

 

Esa era una de las razones por las que nadie del siempre ocupado Departamento de Combate los acompañó. Todos los presentes eran del Departamento de Investigación Mágica.

 

—Muy bien entonces, vamos. No te quedes muy atrás.

 

—Entendido. No me detendré sin importar lo que pase. —dijo Kou.

 

—Solo esperemos que no pase nada— respondió el estudiante de último año a través de las comunicaciones con una voz alegre.

 

Kou miró hacia adelante. Cerca estaban los restos esqueléticos de estructuras hechas de materiales aún desconocidos. Las plantas extendían sus fuertes raíces sobre ellos, trayendo serenidad a la escena. A veces incluso veían un animal pequeño. Mirando hacia adelante, Kou pudo ver a sus camaradas caminando en línea recta.

 

Cada uno de ellos estaba envuelto en el negro mate de la armadura mágica.

 

Parecía que sus figuras habían sido recortadas en la oscuridad de la noche. De hecho, parecía un poco ridículo, considerando la falta total de camuflaje de la armadura. Sin embargo, no podian cambiar su color debido al material. Los hacía parecer caballeros negros sacados de un cuento de hadas. Quizás realmente era apropiado llamarlo armadura.

 

La armadura mágica fue uno de los mayores inventos que surgieron del Departamento de Investigación Mágica.

 

Un estudiante regular no tendría ninguna oportunidad en una pelea contra un kihei sin ella.

 

El uso de esta armadura, hecha con tecnología de punta a partir de las mejores investigaciones, era absolutamente esencial para que un estudiante así se enfrentara a un kihei. El problema era que incluso el Departamento de Investigación Mágica no entendía los fundamentos de cómo funcionaba. La mayor parte todavía estaba envuelta en misterio.

 

Para hacer una armadura mágica, usaban partes del cuerpo de un kihei.

 

Los investigadores simplemente habían sentido cómo funcionaba a través de prueba y error. De ninguna manera habían desentrañado los misterios de los kihei. Y había otro punto importante:

 

Solo puedes luchar contra un kihei tipo B con la armadura mágica.

 

Si te topabas con un Tipo A o un Tipo especial, ambos más poderosos que el Tipo B, entonces estarías mejor muerto. Sin embargo, un estudiante promedio podría enfrentarse a un kihei Tipo B, y los estudiantes con un poco de experiencia en combate podrían enfrentarse a varios. Las partes básicas de la armadura mágica podrían duplicarse con material de un nido de incubación. Pero para mantener el desarrollo, tenían que tener cadáveres de kihei frescos.

 

Necesitaban al enemigo para luchar contra el enemigo.

 

Era toda una paradoja.

 

Pero la investigación no podría avanzar sin materiales.

 

Es por eso que Kou y los demás de Investigación estaban tratando de recuperar cadáveres Tipo B.

 

—Lo veo; ahí está—dijo el estudiante de tercer año. Kou entrecerró sus ojos violetas.

 

Entonces su visión de repente se abrió. Había entrado en un espacio circular abierto de par en par. El techo que probablemente existió hace mucho tiempo había sido volado, dejando pilares aquí y allá. Hierba corta crecía sobre el suelo.

 

Estaba allí, en el centro.

 

Kou centró su atención en la extraña masa.

 

Estaba acostumbrado a verlos, esta cosa que yacía en el suelo, sin embargo algo se sentía mal acerca de ellos.

 

Era tanto orgánico como inorgánico. Era como un insecto pero también como una bestia. El que estaba frente a ellos ahora se parecía un poco a una araña. Ni sus ocho patas ni sus ojos de cristal rojo parecían querer moverse de nuevo.

 

Kou confirmó con calma la información que habían recibido del Escuadrón de Exploración que había pasado antes.

 

…Es un kihei Tipo B.

 

Aquí estaba uno de los enemigos de los estudiantes.

 

Y comenzaron a desmembrarlo.

 

 

* * *

 

 

Los estudiantes de último año se pusieron a trabajar, sus movimientos eficientes.

 

Con facilidad practicada, procedieron con el desmembramiento.

 

La magia de fuego se usaba para calentar las cuchillas a temperaturas extremas. Esas hojas, junto con el fuerte agarre de la armadura mágica, les permitieron cortar cada una de las articulaciones del kihei y luego cortar el cuerpo en pedazos para que pudieran transportarse.

 

Kou y los otros estudiantes de primer año ni siquiera necesitaban ayudar. Todo terminó en menos de treinta minutos.

 

Los estudiantes de primer año formaron una fila para turnarse para recoger fragmentos del kihei. Cuando llegó el turno de Kou, el superior a cargo levantó un pedazo particularmente grande. Parecía que había escuchado el intercambio de antes.

 

—Tu llevaras este, ya que fuiste el que se distrajo.

 

—Bien, supongo. Sin embargo, parece un poco irrazonable— respondió Kou.

 

Extendió los brazos a pesar de sus quejas, y el estudiante de último año colocó una enorme garra sobre ellos. Kou sintió un fuerte impacto, incluso a través de la armadura mágica. El estudiante de quinto año pareció reírse entre dientes. Miró a su alrededor y dio su señal.

 

—Bien, todos tienen una pieza. Pongamos este espectáculo en…

 

Una fracción de segundo después, su cabeza se había ido.

 

Le habían cortado el cuello, justo a través de la armadura.

 

La cabeza voló en un arco limpio por el aire, luego rebotó y rodó por el suelo.

 

Segundos más tarde, una absurda cantidad de sangre brotó hacia el cielo.

 

El cuerpo sin cabeza giró lentamente y luego se derrumbó.

 

Hubo unos segundos de silencio. Un momento después, estalló una explosión de gritos. Uno tras otro, gritos violentos se convirtieron en un vórtice.

 

—O-oye, ¿qué-qué diablos está pasando?

 

—¿H-hola? Esto no puede estar pasando… Responde; que alguien responda!

 

Kou apagó temporalmente sus comunicaciones.

 

No puedo dejarme arrastrar por el pánico.

 

Una máscara blanca como él debería poder tomar una decisión tranquila. Luchó desesperadamente para mantenerse bajo control.

 

Repasó sus recuerdos para confirmar lo que había visto.

 

Un momento antes, una membrana translúcida parpadeó desde la sombra de un pilar. Era más suave que un pétalo de flor y más afilado que una cuchilla. La sábana reluciente parecía un velo. Ese velo envolvía una figura humana que caminaba suavemente por el suelo.

 

Kou reprimió su deseo de negar lo que vio. No tenía sentido huir de la verdad.

 

Soltó el aliento y reabrió sus comunicaciones.

 

Avistamiento confirmado. Es un tipo especial.

 

Mientras decía eso, Kou entendió. Habían ganado la lotería de la mala suerte. Este era el “peor escenario”. Cuando se priorizaba la eficiencia, la muerte podía sonreírte en cualquier momento. Mucha gente se había encontrado con esto antes.

 

Por eso ya sabían la respuesta.

 

Los estudiantes regulares no podrían ganar contra un tipo especial, ni siquiera si hubiera cien de ellos.

 

Todos en el escuadrón iban a morir.

 

Nadie aquí iba a llegar vivo a casa.

 

* * *

 

 

Los cuchillos relampaguearon, las pistolas dispararon, todo en vano.

 

El arma colocada en el hombro de la armadura mágica le daba direccionalidad a la magia del usuario. Un rayo salió disparado del final con gran precisión. El kihei de tipo especial se puso rígido por un momento, pero ni siquiera fue suficiente para frenar su aproximación.

 

Unos cuantos juegos de armaduras mágicas, y las personas dentro de ellos, fueron suavemente acariciados por la membrana. Fue un movimiento tan suave, como si estuviera acariciando su piel.

 

La armadura se separó brevemente de sí misma. Galones de sangre brotaron.

 

Las plantas se tiñeron de rojo; Los gritos de la gente llenaron el área.

 

Si los estudiantes de Combate hubieran estado aquí, habrían podido dar una respuesta adecuada, aunque eso no cambiaría el resultado. Kou lo sabía. Diez o más peleadores hábiles harían una estrategia de batalla, perderían a la mayoría de ellos y podrían o no destruir el kihei. Era más probable que todos murieran, al igual que Kou y los demás estaban a punto de morir.

 

Era un tipo especial, un kihei particularmente poderoso en batalla. Había muy pocas personas que pudieran toparse con eso y salir con vida.

 

Sin embargo, Kou recordó un rumor que había escuchado. Se trataba de un profesor de la Academia famoso por ser el más poderoso: Kagura. Su Escuadrón de Elite junto a él podría ganar. Pero incluso si rezaba por su ayuda, nadie vendría.

 

—Date prisa, date prisa, envía un mensaje de socorro— ¡Gah!

 

—¡Esto no puede estar pasando! ¡No, no, nooooooo! ¡Gck!

 

Gritos de muerte desgarradores fueron entregados a Kou con una claridad vívida. Luego se abrió un silencio abrumador, como un agujero.

 

La matanza continuó; el pánico no terminó.

 

Si las cosas continuaran como estaban, todos y cada uno de ellos terminarían muertos.

 

Ni siquiera los estudiantes de último año podrían dar consejos en un momento como este. Del mar de muchos gritos, Kou escogió dos voces específicas.

 

¡No no no! Aqui no; no quiero morir; ¡Ni siquiera he logrado nada!

 

¡Mierda, mierda, mierda, mierda! ¡Yo no, yo no!

 

Los gritos de Asagiri e Isumi asaltaron los oídos de Kou.

 

Un fuerte sentimiento se apoderó de él. Odiaba ver morir a la gente ante sus ojos. Era demasiado.

 

Ya no podía soportar el sentimiento de su propia impotencia.

 

Sangre, hueso, carne, cadáveres, llamas, lágrimas.

 

Alguien que se ve tan increíblemente triste.

 

Escenas de otro tiempo pasaron ante sus ojos.

 

Su mente se aceleró durante unos segundos. Buscó a tientas todas las soluciones disponibles.

 

La solución llegó tan fácilmente que lo sorprendió incluso a él.

 

Tomó un respiro profundo.

 

Y decidió su destino.

 

¡Llamaré su atención! ¡En tres segundos, todos corran lo más rápido que puedan!

 

¿Kou? ¡No puedes hacer eso!

 

¡No seas idiota! ¡No quiero algo así de ti!

 

Isumi, lleva a Asagiri contigo. ¡Cuento contigo!gritó Kou, poniendo su volumen tan alto como pudo. Luego cortó sus comunicaciones.

 

En ese momento, tuvo la sensación de que Asagiri e Isumi dijeron algo. Pero no lo escuchó.

 

No tenía intención de escuchar sus palabras, sus esfuerzos por detenerlo, sus gritos de corazón.

 

Muchos de los estudiantes odiaban a los kihei y querían matarlos. Ante esta injusticia, podrían rebelarse. Pero Kou estaba seguro de que nadie lo seguiría.

 

La mayoría de los estudiantes del Departamento de Investigación Mágica eran cobardes. Todos querían vivir. Y Kou no era una persona muy querida. Tenía sus preocupaciones sobre Asagiri, pero Isumi no era de los que traicionan una última voluntad.

 

Kou se preparó y se giró para mirar al tipo especial.

 

Simplemente estaba jugando con su presa.

 

Su membrana reluciente revoloteó con gracia mientras arrojaba la cabeza cortada, todavía en su casco. Atrapó la cabeza y luego la lanzó de nuevo. Luego, de repente, cortó la cabeza en cuatro partes. El casco negro se partió, su contenido se convirtió en una lluvia de fluido cerebral.

 

Kou empujó una espada a los pies del kihei, clavando la membrana en el suelo.

 

Dejó de moverse por un breve momento.

 

Antes de que pudiera sacar la espada, Kou alineó un tiro y disparó un rayo mágico a la hoja.

 

La electricidad corrió a través del kihei, y se espasmó violentamente. En ese momento, Kou volvió a abrir sus comunicaciones.

 

¡Dispersense!

 

Como diminutas arañas que huyen de su madre, la multitud de estudiantes se fue corriendo. Un estudiante de contextura pequeña trató brevemente de correr hacia Kou, pero otro lo agarró y lo arrastró lejos. Probablemente fueron Asagiri e Isumi. Finalmente, todos estaban lo suficientemente lejos.

 

Cuídatemurmuró Kou, su voz tan baja que los dos no podían escuchar.

 

Dio un pequeño saludo rápido.

 

La vista de los pétalos de flores en la ceremonia y la sonrisa de Asagiri cruzaron por su mente brevemente.

 

Escenas pacíficas de la vida en la Academia giraban en su memoria, pero las apartó.

 

Ahora solo quedaban Kou y el kihei. La membrana alrededor de su cuerpo tembló ligeramente, luego se desvaneció lentamente de un blanco turbio a un rojo oxidado.

 

Kou estabilizó su respiración, sabiendo lo que venía.

 

Aquí es donde las cosas se ponen mal.

 

Él podría decirlo. El kihei estaba expresando enojo.

 

Kou sacó la espada antes de que cesaran los temblores de la membrana. Cayó hacia atrás, sin perder el impulso. Un corte de la membrana acarició sus huellas. Cayó a un lado, cortando la hierba. No dejó de moverse. Mientras se movía, la membrana rozó ligeramente la parte posterior de su armadura.

 

El impacto lo hizo tropezar, pero la membrana no llegó a su cuerpo.

 

Luego, sin mirar atrás, corrió con todo lo que tenía. Había ido en dirección opuesta a los demás.

 

Kou se adentró más en las ruinas.

 

Lo único que quedaba por hacer era correr.

 

Correr, hasta que la muerte lo alcance.

 

 

* * *

 

 

Kou continuó su trágico vuelo. Mientras corría, a veces disparaba a las paredes de las ruinas.

 

El kihei de tipo especial parecía estar flotando, pero los bordes de su membrana definitivamente tocaban el suelo. Los escombros resultantes eran suficiente para retrasarlo. El problema era que la mayoría de las ruinas repelían la magia.

 

Todo lo que Kou podía hacer era ensanchar los agujeros que se habían abierto a través de la degradación natural o cortar la vegetación. Eso no era suficiente para causar un obstáculo significativo, pero frenéticamente siguió tratando de resistir.

 

Aun así, a mitad de camino por el pasillo recto, lo alcanzó.

 

La membrana se deslizó hacia adelante y cortó la pierna de la armadura de Kou.

 

¡Ah, gah!

 

Afortunadamente, no alcanzó la carne de su pierna, pero aún así el impacto le destrozó el tobillo.

 

Kou cayó hacia adelante. Tragando el dolor agonizante, escudriñó el área circundante. No podía escapar arrastrándose; el kihei lo atraparía en unos momentos. En una decisión de una fracción de segundo, Kou se quitó la armadura mágica.

 

En este punto, la muerte de Kou Kaguro estaba casi garantizada.

 

Nunca antes un estudiante se había quitado el exoesqueleto protector mientras estaba en el exterior y regresado con vida. Pero le dio tiempo a Kou.

 

¡Ah!

 

Ahora significativamente más delgado, Kou torció su cuerpo a través de un agujero en la pared.

 

Parecía que se había formado recientemente por un colapso natural. Por suerte para él, el agujero era bastante profundo. Detrás de él llegó el sonido de algo cortando el aire. Kou siguió adelante, esperando que esto detuviera la persecución del kihei.

 

Solo había oscuridad a su alrededor. Como una oruga, Kou se arrastró.

 

Fue entonces cuando sucedió.

 

De repente ya no sintió nada debajo de él.

 

Otro agujero se había abierto dentro del primero. Incapaz de agarrarse a nada, se cayó.

 

Algo en la forma en que cayó fue extraño.

 

Fue una caída increíblemente larga.

 

Kou perdió el conocimiento a la mitad antes de ser despertado a la fuerza cuando se estrelló contra el vidrio reforzado.

 

Los huesos se rompieron por todo su cuerpo, sus órganos fueron aplastados y tosió sangre. Sin detenerse, cayó hacia un agujero abierto en el cristal. Desafortunadamente para él, su cuerpo se enganchó en un fragmento afilado que sobresalía del borde.

 

Con el estómago abierto, Kou cayó más adentro de la estructura de vidrio.

 

La carne y la sangre bañaron la zona.

 

Una bandada de pájaros blancos voló    a la vez.

 

Su cuerpo había llegado a descansar en un espacio extrañamente sereno.

 

Tomó su último aliento.

 

Curiosamente, no tenía miedo. No estaba asustado. Ni siquiera estaba triste.

 

Simplemente se preguntó si había logrado algo.

 

Y así murió Kou Kaguro.

 

 

* * *

 

 

Cae una lluvia cálida. Gotas rojas, tragadas lentamente.

Reinicio en curso.

Se agitó, despertó, operó, conoció la vida.

Una chispa en su circuito pseudo-nervioso. Por primera vez, llegaron cantidades masivas de información, arrastrándolas en la inundación.

Alegría.

Impulso.

Instinto.

Nostalgia.

Deleite.

Celebración.

Encantado de conocerte gracias lo siento por la espera bienvenido, ¿mi, mi, mi, mi?

Mi regalo, mi alimento, mi amo, mi rey, mi sirviente, mi alegría, mi destino… mi Novio.

Y así abrió los ojos.

El fin del mundo, en la forma de una chica.

 

* * *

 

Kou Kaguro abrió sus ojos violetas.

 

Sangre carmesí fluyó en ellos.

 

Su visión era borrosa y roja.

 

Realmente no sabía lo que había sucedido. Pero sí notó un hermoso “algo” frente a él.

 

En un espacio que parecía una jaula de pájaros, había una cosa de color blanco puro.

 

Sus ojos azules eran como el cielo, su cabello blanco como la nieve.

 

Sus brazos y piernas eran elegantes, y la complexión esbelta pero templada de su cuerpo recordaba una espada de acero.

 

Aturdido, Kou pensó en lo que estaba frente a él.

 

¿Una… una persona? ¿Una chica…?

 

La hermosa chica extendió su mano. Kou instintivamente movió su brazo en respuesta. Un intenso dolor atravesó todo su cuerpo, pero se obligó a levantar la mano. Aun así, estaba demasiado lejos.

 

Ella parpadeó. Arrancó los cables conectados a su cuerpo y caminó hacia adelante. Cuando alcanzó a Kou, tomó su mano. Algo se extendía desde su espalda.

 

La vegetación circundante fue cortada y desgarrada. Millones de pétalos revolotearon. Flores blancas, casi plateadas, revoloteaban por el aire.

 

Los pétalos se congelaron momentáneamente antes de caer en picado al suelo.

 

En medio de esta escena sagrada, la chica se arrodilló.

 

Presionó sus labios contra los dedos de Kou.

 

—A partir de este momento, eres mi maestro. Mis alas te pertenecen. Encantada de conocerte, mi amado. Y oh, cómo te he esperado. Mi nombre es Princesa Blanca. Mi alias es “Llamada de Telón”.

 

Al igual que un caballero de leyenda, como una princesa en un cuento de hadas, la chica despierta hizo un juramento.

 

—Aunque te rompan, te destruyan o te pierdas, estaré a tu lado por toda la eternidad.

 

Kou no entendía lo que estaba diciendo. Simplemente sintió una curiosamente poderosa sensación de familiaridad.

 

Recordó haber visto esto antes, en algún sueño lejano.

 

Junto a la sombra de un rostro a veces infantil y un rostro triste. De hecho, lo recordaba.

 

Lágrimas débiles brotaron de sus ojos.

 

Una luz azul cayó de sus alas, regenerando su cuerpo herido. En medio de esa calidez, Kou susurró: —Siento que he estado esperando este momento desde siempre.

 

—Sí, entonces somos afortunados. Esto debe ser lo que llaman destino.

 

La chica sonrió. Una mirada de amor abrumador se extendió por su rostro inhumanamente hermoso.

 

Parecía el rostro de una madre o quizás una hermana mayor.

 

Kou no sabía por qué la chica lo miraba de esa manera. De hecho, estaba confundido por las palabras que habían salido de su propia boca. Pero no había tiempo para preguntar nada sobre ella.

 

Hubo un estrépito y el suelo tembló. Algo nuevo había caído en la jaula con un gran sonido.

 

Una membrana ligera, como un velo, apareció a la vista.

 

Kou se quedó boquiabierto. Era el kihei tipo especial. No había pensado que continuaría persiguiéndolo hasta aquí. Él tembló. No era solo él quien estaría en problemas si atacaba ahora; la chica también sería arrastrada a él.

 

Siguiendo la mirada de Kou, la chica se volvió. Vio el tipo especial.

 

Kou trató frenéticamente de mover su cuerpo roto, pero todo, excepto sus brazos, se sentía como una piedra pesada.

 

Le gritó a la chica.

 

—¡Cuidado! —le gritó a la chica. —¡Corre tan rápido como puedas!

 

—¿Cuál es tu nombre? —ella respondio.

 

—¿Q-qué?

 

—Me gustaría saber tu nombre.

 

La chica no respondió a los gritos de Kou. Ella volvió a mirarlo, inmóvil mientras esperaba su respuesta. El kihei se acercó detrás de ella. Su color volvió a ese rojo oxidado.

 

Parecía que la chica no se movería hasta que él respondiera.

 

—Es Kou Kaguro, —gritó en pánico. —¡Ahora date prisa!

 

—Kou Kaguro… Registro completo. Kou, ¿esa cosa te lastimó?

 

Estiró un brazo, señalando al kihei sin volverse hacia él.

 

Lo que se extendía desde su espalda blanca se balanceó. Kou finalmente notó las alas mecánicas de aspecto perverso. Se preguntó qué eran, pero no tuvo tiempo de cuestionarlo. El kihei se estaba moviendo.

 

Es por eso que él simplemente continuó respondiendo sus preguntas.

 

—¡Sí lo hizo! ¡Es por eso que tienes que salir de aquí!

 

—Entendido. Eso lo convierte en mi enemigo.

 

Las alas mecánicas se agitaron en el aire.

 

El kihei de tipo especial fue cortado en dos de arriba a abajo. Su construcción central era robusta, todo lo contrario de su suave exterior. Innumerable componentes orgánicos fueron expuestos, luego el kihei se dividió nuevamente horizontalmente.

 

El movimiento parecía más fácil que romper un juguete.

 

Usando sus alas mecánicas, la chica recogió el cadáver del kihei y lo arrojó a la pared como si fuera basura. Se estrelló contra el vidrio reforzado y se hizo añicos.

 

Kou miró con incredulidad lo que estaba sucediendo frente a él.

 

Lentamente, una hermosa sonrisa se deslizó en el rostro de la chica.

 

Y luego susurró:

 

—Te doy mi control, mi servidumbre, mi confianza… Esto lo juro, Kou: mataré todo por ti.

 

No tenía idea de lo que estaba pasando.

 

Kou Kaguro perdió temporalmente el conocimiento.

 

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Azu
Azu
Respondiendo a  Tibe
hace 2 años

Muchas gracias por la traducción y el esfuerzo! La obra esta muy interesante

Lautarobarreth
Lautarobarreth
hace 2 años

Yandere? Que… maravilla
Gracias por el cap

Apóyanos

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