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Bursters!! Capítulo 26

Pack (1/3)
Gif: Se acostumbraron a los packs? Pues lastima, todo lo bueno llega a su fin :V
Lancelot: Buenas mis fieles y fuertes compañeros y compañeras, aquí su noble caballero cumpliendo su promesa (por poco no llego -.-) con esto tienen 6 capítulos en 2 semanas, Disfrútenlo! Lamentablemente no todo son buenas noticias. La próxima semana no subiré cap, ya que quiero centrarme en corregir algunos capítulos de Bursters! Espero me perdonen y los veo en 2 semanas Saludos Compañeros!
 
 

Edición y Corrección: Gif


Día libre

 
—«… ¿Ah?…Oh, si… Kazuha estuvo bastante salvaje anoche…»
Seiji se despertó en su cama al otro día, completamente sin vida agotado hasta el punto en el que uno creería que fuera a morir al momento siguiente. Con su esposa durmiendo a su lado.
—…Haaaa… Cuando la veo así me cuesta creer lo peligrosa que puede ser enojada.
El esposo de la hermosa mujer se encontraba con el torso desnudo y cubierto por las sabanas de la cintura para abajo. Su mujer por su parte también se encontraba como llego al mundo, dejando ver esos enormes pechos por los lados a pesar de que estaba recostaba sobre su estómago.
Seiji se lleva un pequeño susto al escuchar su teléfono celular, que se encuentra en sus pantalones, los cuales se encuentran tirados en el suelo con el resto de sus ropas y las de Kazuha.
— ¡…! « Oh, solo es mi teléfono…» — pensó Seiji aliviado.
El hombre trata de salir de su cama lo más silenciosamente posible para no despertar a su esposa, quien seguramente ya estaba despierta por el sonido del celular. Sin embargo, al momento de intentar pararse, el cansancio de la noche anterior se hace notar, haciendo que le tiemblen un poco las piernas.
— « ¡UHOOOOH!…Casi me caigo…»
Una vez evita darse de cara contra el suelo como primera cosa en la mañana, el hombre se pone ropa interior y toma su teléfono. Decide sentarse en el borde de la cama matrimonial, dándole la espalda a su esposa la cual sigue acostada.
— ¿Diga?
— Seiji, soy yo, Kenjuro.
— Ohh, Kenjuro-san. ¿Cómo conseguiste mi número?
— Se lo pedí a tu esposa cuando entrenábamos a Yashiro, pensé que podría necesitarlo.
— Ya veo… ¿Qué necesitas?
— Bueno… estoy al tanto de la relación entre Fuuko y tu esposa, así que… podríamos decir que me preocupe un poco.
— Bueno, tuvimos una pequeña discusión, pero logramos llegar a un acuerdo pacífico.
— « Explica “pequeña discusión”…» — pensó Kenjuro incómodo.
— De cualquier forma, mi esposa acepto ayudarlos a pesar de tener que verla. Aunque creo que mi método fue demasiado efectivo, ehe…hehehe, Auch…
— ¿Estas lastimado amigo?
— No… solo digamos que estoy algo agotado…
— « Creo saber porque… pero creo que es mejor no hablar del tema…» — pensó el general. — Escucha, logre convencer a Fuuko de ayudar también, pero me dijo por E-mail que estará en Okinawa por unas semanas más. Creo que tendrá todo listo dentro de un mes, más o menos.
— Entendido, creo que debo hablar con Miu para más detalles…
— ¿Que detalles Querido? Uhuhu…
— Que-Querida, lo siento, no quise despertarte.
Seiji sintió dos enormes, suaves y cálidas cosas presionándose contra su espalda, seguido de un gentil y suave susurro en su oído. Su esposa se había despertado y lo abrazo por sorpresa.
— Uhuhu, no te preocupes… más importante.
Kazuha mordisqueo gentilmente la oreja de su marido y bajo sus manos a una zona un tanto peligrosa.
— Aun no termino contigo…
Kazuha, gira torno a él y lo tira sobre la cama. El hombre ahora tiene un primer plano del hermoso cuerpo de su esposa, dejándolo sin palabras.
— Ahora… continuemos… — Susurra Kazuha en el oído de su esposo.
— Hey, Seiji, ¿sigues ahí? Seiji… — pregunto Kenjuro.
Kazuha toca el botón para colgar la llamada y comienza a divertirse.
—… Creo que estará ocupado un tiempo… — se dijo Kenjuro a sí mismo.
Bastante incomodo por la situación, Kenjuro decide dejar el tema de lado y va hacia un helicóptero que lo estaba esperando.
— Bueno, padres informados… ahora solo queda verte otra vez, renacuajo — dijo Kenjuro sonriendo.
El día solo había comenzado, así que Yashiro se levantó. Hoy era domingo, por lo que no tenía que ir a clases.
— Veamos, creo que iré por las chicas y daré un paseo por el lugar.
— Je, tómalo con calma mientras puedas…
Luego de tanto tiempo, Yashiro se acostumbró un poco a las provocaciones de Sora, por lo que ahora era más como si estuviera molestando más que acosando.
— ¿No crees que ya es hora de que te rindas? — dijo Yashiro seriamente.
— No importa cuántas veces lo ignores chico… puedo ser otra persona, pero nuestro pensamiento es igual.
— Ya te he dicho que no busco matar todo lo que se ponga enfrente.
— Jejejeje. ¿Estás seguro? Cuando cruzaste miradas con aquel viejo bastardo, tu odio fue tan grande que casi logro salir de nuevo.
— Eso… no tiene nada que ver.
Yashiro salió del baño donde hablaba con Sora a través del espejo. Aunque a pesar de que el muchacho se marchó de la habitación, Sora aún seguía proyectado en el vidrio.
— No puedes escapar de mi… me necesitaras en algún momento… y cuando eso ocurra, será mi momento de brillar. Jejejejeje…
Luego de tan tétricas palabras, Sora se desvaneció poco a poco en el cristal, hasta desaparecer completamente.
Ya con la tarde amargada, el muchacho sale algo malhumorado de su habitación y se retira de los dormitorios. A la final decide ir a un café de la zona comercial para desayunar.
— Haaaaa… «Sora, hijo de puta… si algo sabe hacer es amargarme la existencia. ¡Sé que puedes oírme bastardo! »
Esta vez, su demonio interior se queda callado, quizá no le importe mucho la opinión de su otra parte. Esto molesta a Yashiro, pero de nada sirve molestarse con algo que ni siquiera tiene cuerpo propio, por lo que lo deja pasar.
— ¡Oh! Este café se ve bien… veamos que tal.
El muchacho encuentra un pequeño café luego de caminar un rato. Era un local algo pequeño comparado con los enormes y algo lujosos cafés de cadenas importantes, pero ese toque humilde hacía de la atmosfera del lugar algo agradable. Una camarera llega a la mesa donde el muchacho se sienta y toma su orden.
— Un café y un par de tostadas, por favor.
— Entendido, ya le traeremos su orden.
La amable y simpática chica fue hacia la cocina, dejando al chico relajarse un tiempo mirando por la ventana. Unos pocos minutos después, la chica llega con el café de Yashiro. Lo deja en la mesa y se despide.
— Gracias. — dijo Yashiro.
Yashiro disfruta tranquilamente de su desayuno mientras mira por la ventana. Hasta que ve a alguien conocido, Momoka, quien estaba caminando sola. Esta siente la mirada de Yashiro y lo ve dentro del café.
El muchacho la saluda con la mano y ella entra en el café.
— Hola, Momoka-san. No esperaba verte por aquí. — dijo Yashiro alegremente.
— Yo-yo tampoco…
Momoka se encontraba un poco nerviosa, era la primera vez, al menos sin contar su encuentro, en que se encontraban solos.
— Es raro no ver a Enju contigo.
— Ah… Enju suele dormir hasta tarde en sus días libres. No pude despertarla de ninguna manera.
— Jejejeje, suena muy de su estilo. Pide un café, es muy bueno. Yo te invito.
— ¡Ah!…Eh…Bi-bien, gracias, Yashiro-san.
— No te preocupes. — dijo Yashiro con una sonrisa.
— Oh, vaya. Momoka-san.
— ¿Eh? ¿Se conocen?
Aparentemente la mesera conocía a Momoka, por lo que esto tomo por sorpresa a Yashiro.
— Si, Momoka-san es conocida por este lugar. Sus fans vienen seguido aquí.
— « ¿Sus fans?…» — pensó Yashiro incómodo.
— Por favor no me lo recuerdes…— dijo Momoka avergonzada.
Mientras la mesera seguía relatando lo que ocurría por el lugar. Una voz conocida interrumpe en el local.
— ¡Yahooo! ¡Buenos días!♥
— Vaya, Misora-chan. Es bueno verte.
— « ¡MIERDA! » — pensaron Momoka y Yashiro.
Ambos trataron de llamar la atención lo menos posible. Por lo que solo tomaron el café que Yashiro le invito a Momoka y se quedaron callados mientras observaban a Misora, quien estaba hablando con la mesera.
— Ne, Ne… Ayumi-chin… Ryu-chin fue muy grosero conmigo hoy en la mañana.
— ¿En serio? ¿Qué sucedió?
— Veras…
Hace aproximadamente una hora…
— Uaaaaaaahhhh… ¿Qué hora es?… Oh, hoy no hay escuela. ¡Iré por Ryu-chin♥!
Misora se levantó luego de un gran bostezo. Su cabello rosa era un desastre y debido a que se olvidó limpiarse el maquillaje anoche, su cara y almohada estaban aún peor. No se dio cuenta de esto hasta que se vio en el espejo de su habitación.
— ¡KYAAAAAA! ¡Parezco salida de una fiesta Rave!
La gyaru no tardo ni 20 segundos en decidir darse una ducha para reparar ese nido de buitres que tenía en lugar de cabeza.
Un baño después…
— Ufff, me siento mejor… ¿Oh?
Misora había salido del baño, ya con el pelo más presentable y sin maquillaje. Era lo que se podría decir una chica linda. Sin embargo, al estar solo con una toalla, ella ve la marca en su muñeca producto del apretón de Yashiro.
— …
Nuevamente, Misora recuerda la diferencia de actitud entre como Yashiro trato a sus amigas y Ryuji la trato a ella.
— Tal vez no se dio cuenta. ¡Si, eso es! Ryu-chin no es tan malo♥

— ¿Huh? Olvídalo, tengo sueño. Ve tu sola.
Ryuji abrió la puerta con el torso desnudo y completamente dormido. Misora había ido a buscarlo para salir a desayunar juntos, a lo cual este le respondió de manera cuando menos grosera y le cerró la puerta en la cara.
— Vaya modales para dirigirse a una dama…
Ebisu había acompañado a Misora hasta la habitación de Ryuji para evitar inconvenientes, por lo que presencio el espectáculo desde primera fila.
—No pasa nada… es su día libre después de todo.
Misora habla con Ebisu para que no juzgue a Ryuji, aunque su sonrisa amarga le quita algo de credibilidad.
— …
El mayordomo no dice otra palabra y ve como la pobre chica se va sola con una cara algo triste en su rostro.
— « Entiendo que aprecies a Fuudo, Tousaku-san… pero no deberías ocultar tanto tus verdaderas emociones.»
Ese fue el pensar del Mayordomo al ver aquella escena.
Volviendo al presente…
— ¡Ryu-chin es un cretino! ¡Uwwaaaaahhh! ¡No tenía por qué rechazarme de una manera tan grosera!
— Ya, Ya, Misora-chan… toma, el pastel de fresa que te gusta. Come esto y anímate ¿sí?
— Si~…— respondió Misora algo triste.
Mientras la gyaru ahogaba su enojo en azúcar, Yashiro y Momoka estaban observándola.
— Es…como decirlo… algo inesperado.
— Ciertamente Momoka-chan. No esperaba ver ese lado de Tousaku.
— Es que…
Luego de poco tiempo luego del accidente, también se supo de lo que Kusoda había hecho, por lo que la mirada hacia Misora seguía siendo la de una chica fácil. Aunque se le justificaba haber mandado a volar a ese imbécil.
— Últimamente más hombres se están haciendo fanes de Misora.
— ¡Cof!… ¡En serio!
— ¡Yashiro-san! Shhhhh… nos va a descubrir. — murmuro Momoka.
— Ya los descubrí♥
— ¡…!
La chica ya estaba frente a ambos, con el plato de pastel en una mano y un tenedor en la otra.
— Nos vemos de nuevo, Ya-chin♥
Sin ningún tipo de vergüenza, Misora se sienta junto a Yashiro. Demasiado cerca. Esto molesta un poco a Momoka e incomoda a Yashiro.
— Creí ser claro cuando dije que no quiero nada contigo, Tousaku.
— Ohhhh… no seas tan malo Ya-chin… ¿sabes? Estoy algo triste por como Ryu-chin me rechazo hoy en la mañana.
La gyaru seguía insinuándose más y más. Desde provocaciones hasta leves toques en las manos. Momoka ya empezaba a molestarse más, al punto de romper la manilla de taza.
— ¡Buenos días! — dijeron varias voces.
Para añadirle más leña al fuego, el club de fans de Momoka había aparecido, dirigido por el muchacho de lentes.
— ¡El club de raritos! — exclama Misora.
— ¿Huh? ¿Qué has dicho de nuestro gran… Tsu-Tsu-tsutsutsu-Tsukino-sama.
Los 6 chicos que habían entrado se quedaron rojos como un tomate y sudando pesado al ver a su diosa tan cerca de ellos.
— Tsu-Tsukino-sama… es un honor verla.
— « Este tipo es muy raro…» — pensó Momoka.
— De-Déjeme presentarme soy…
— No le interesas, cuatro ojos. — interrumpió Yashiro.
— ¡Eso no te incumbe macarra!
— ¡¿Huh?! ¿A quién le dices macarra, fracasado!?
Yashiro reacciono bastante molesto ante el grito del chico raro. A lo cual se levantó del su lugar y clavo miradas con aquel chico.
— He… normal de un macarra como tu salir con la gyaru de la academia.
— ¿Huh? ¿Salir con esta?
— ¿Parecemos pareja? Haces que me sonroje, Nyshishi.
— Como podría ser de otro modo, alguien tan puro y gentil como Tsukino-sama jamás andaría con un delincuente maleducado y violento como tú.
— « Serás hijo de…»
Antes de que Yashiro pudiera contestar, todos se sorprenden al escuchar un fuerte sonido. Fue Momoka golpeando sus manos contra la mesa.
— ¡…!
—… ¿Cállense un poco quieren?
— Tsu…Tsukino-sama…
Momoka se levantó de su asiento y fue a donde estaba Yashiro. Lo tomo de la mano y lo saco del lado de Misora.
— No es de tu incumbencia con quien me junto… chico raro.
— «GAH!!»
Ser llamado chico raro por la diosa que idolatraba fue un golpe duro para la moral de aquel excéntrico muchacho.
— Además…— dijo Yashiro.
— ¿Huh?…
Yashiro tomo a Momoka por la cintura y la arrimo hacia el. A lo cual la pelimorada se ruborizo muy violentamente.
— No es bueno interrumpir en la citas de otras personas.
—… ¡EEEEEEEEEEEHHHHHHHHHH!! — gritaron todos.
Todos, incluidas Misora y Momoka gritaron de la sorpresa. Aunque el de la amiga de Yashiro fue más de vergüenza.
— ¡MI-MIENTES! TSUKINO-SAMA NO PODRIA ACEPTAR A UN SANGUINARIO COMO TU PARA UNA CITA.
— Oh, ¿en serio?… pero si estamos en una ahora… ¿verdad, Momo-chan?
— «Momo…chan»
Decirle de esa forma tan tierna hace que los cuatro ojos empiece a llorar sangre de la frustración. Esto empeora cuando Momoka decide responder con la cara roja por la vergüenza.
—…Si… estoy en una cita con Yashiro ahora…
Ese fue el último disparo que derribo por completo la salud mental de aquel raro fan. Al caer desmayado el resto del grupo lo toma y huye del lugar.
— ¡Te acordaras de nosotros Demonio Blanco! ¡Esto no ha terminado! — gritaron los insensatos mientras huían.
— Mo…
Yashiro estaba a punto de decirle a Momoka que ya había pasado todo pero al verla, el muchacho dudo en decir esas palabras.
— ¡AHEM!… aún estoy aquí… — dijo Misora.
— ¡…!
Del susto ambos se separan y Misora los ve riéndose un poco.
— Nyshishi… así que la novia no era la pelirroja violenta… era la tímida Yandere. Nyshishi.
—  ¡OYE! — grita Yashiro.
— Bueno, el pastel estuvo bueno… me voy.
En un segundo, Misora desapareció frente a ellos.
— Demonios, sí que es rápida.
— Ummm, Yashiro-san…
Momoka vuelve a hablar con su amigo en un tono nervioso y timido,
— Gracias por ayudarme con esos tipos raros…
— No hay problema… ahora que lo pienso puedes devolverme el favor.
— ¡¿EH!? ¿Qué-que me pedirás hacer?…
—Hmpf…
El muchacho avanzo a su amiga con una sonrisa en el rostro y la tomo de su mano con gentileza.
— Lo que dije… ¿podríamos hacerlo en verdad?
— ¡EHHH! Ya-Yashiro-san… te refiere a…
— Si, ten una cita conmigo Momo-chan. Aprovechemos que el perro guardián no está.
— ¿Perro guardián?
Por perro guardián, se referían al guardaespaldas personal de Momoka, Enju. Quien seguía roncando en su habitación.
— Zzzzzz…
— ¿Qué me dices Momo-chan?
— …
— ¿Huh?
Sin decir nada y roja de la vergüenza, Momoka toma el brazo de Yashiro y lo abraza como si fueran una pareja.
— Vamos… Yashiro. — dijo Momoka sonriendo.
—…Si… — respondió Yashiro tranquilo.
Ambos salieron del café.  Con Momoka abrazada a su brazo, Yashiro estuvo disfrutando de su día libre. En su primera cita. Aunque desde lo alto un edificio se podía ver a Misora en cuclillas.
— « Que envidia…» — fue lo que pensó.


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